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Uscarrés - Uskartze

La calle principal de Uscarrés se encuentra hoy dividida en dos tramos, que reciben, respectivamente, los nombres de San Lorenzo e Izizbidagaña. En ella predominan las casas de dos alturas, con tratamiento mural que combina un enlucido blanco y cadenas de sillar en esquinas y enmarques de puertas y ventanas. Adosada al ábside de la iglesia se encuentra la casa abacial, que es un bloque de dos alturas más ático, y aspecto tradicional.

Siguiendo por la calle Izizbidagaña y tras doblar ante la iglesia se llega a una plaza bastante amplia. Uno de los frentes va ocupado por dos casas adosadas en "L", muy remozadas y con la totalidad de los vanos rectos. Otra casa, igualmente reformada, conserva en su fachada un paño de sillería de buena ejecución, en la que se abre un arco apuntado de nueve dovelas cortas, en cuya clave se ha labrado el anagrama de Cristo IHS, decorado con ramitas, una crucecita y un animal cuadrúpedo. Se trata sin duda de un ejemplar datable como del siglo XV. Va rematado en alto por una ventana geminada a la que falta su mainel central, y en cuyo dintel monolítico se han labrado dos arquillos conopiales.

En la calle Krutzealdea vemos casitas muy remozadas, con dos alturas y tratamiento mural tradicional. En una de las fachadas se ha remetido, a modo de escudo, la clave de un desaparecido arco, en la que va labrado un anagrama de Cristo similar al antes reseñado.

Más interesante resulta la calle Jauregi, pues en ella, dando sentido al nombre de la calle, y además de otras casas de características similares a las ya reseñadas, hay un hermoso palacio medieval dotado de una torre y un cuerpo bajo residencial. No aparece en las nóminas de palacios de cabo de armería. Va edificado en sillarejo de formato muy regular, teñido por una hermosa pátina oscura, que da empaque y denuncia antigüedad. El cuerpo residencial tiene dos alturas, accediéndose a él por una puerta de buen tamaño, cuyo dintel de madera va reforzado por dos ménsulas cóncavas de piedra. Encima, los vanos son rectos y con síntomas de haber sido rasgados a posteriori, aunque el que se abre sobre la puerta muestra trazas de haber tenido mainel central, respondiendo a un modelo de transición entre los vanos geminados del medievo y las ventanas típicamente rectas de la Edad Moderna. Se trata de un tipo muy extendido por Navarra. Completan esta fachada algunas ménsulas que denotan la antigua existencia de elementos volados dotados de jabalcones. La torre se eleva a doble altura que el cuerpo bajo, y va hoy cubierta por tejado en pabellón, aunque sin duda tuvo antiguamente algún tipo de adarve defensivo. Luce una ventanita geminada, en cuyo dintel monolítico van labrados dos arquillos apuntados que llevan, a su vez, intradós trilobulado. El mainel central ha sido sustituido por un barrote de hierro. El diseño del vano y sus proporciones angostas denotan una cronología algo más antigua que el cuerpo residencial, pudiéndose remitir al menos a los siglos XIV o XV. El hecho de que los muros del cuerpo residencial y la torre solo vayan trabados hasta el primer forjado refuerza esta hipótesis. Frente a esta casa hay otro bloque de dos alturas y muros enlucidos que salvan enmarques y esquinas, además de un zócalo bajo. Los vanos son rectos, a excepción del medio punto de la puerta y una antigua ventana geminada que ha sido toscamente desfigurada. Tiene sin duda mayor antigüedad que el resto de los elementos visibles del edificio. La calle remata en la parte más alta con un edificio de menores pretensiones, con planta rectangular alargada y dos alturas. Los muros van hoy sin enlucir, y se abre en uno de los lados cortos con un arco de medio punto de once dovelas y anagrama de Cristo IHS, muy estilizado, en la clave. Encima se abre una ventanita geminada de arcos conopiales, a la que falta la columnita central.

En la calle Karrikatxikina vemos varias casitas de origen medieval. Una de ellas, situada en la parte alta de la calle, muestra muros de sillarejo sin enlucir, y aunque los vanos han sido rasgados, conserva intacto un portalón apuntado de trece dovelas cortas, cuyo canon apuntado denota antigüedad, pudiendo ser datado probablemente dentro del siglo XV. Otra casita, muy remozada, mantiene un arco de similar apuntamiento y clave decorada con un anagrama IHS.

  • Parroquia de San Martín

Se trata de un templo medieval, propio del tránsito del siglo XII al XIII y edificado en estilo protogótico, aunque detalles como la cabecera absidial remiten aún al Románico. Consta de una única nave, dividida en dos tramos de desigual longitud, más una profunda cabecera semicircular. La puerta se abre en el segundo tramo, por el lado de la Epístola, y va protegida por un pórtico ligero al que luego haremos alusión. A la cabecera se adosa, por el mismo lado, una sacristía de planta cuadrada. En el muro del Evangelio se aprecia el volumen que aloja las escaleras de acceso al coro alto y a la torre.

Los muros son de sillarejo muy menudo, aunque en la intervención correspondiente a la sacristía se empleo un sillar de mejor estereotomía. Al interior estos muros van revocados. Para dar iluminación al interior se abre un tragaluz en el eje de la cabecera y otro en el primer tramo de la nave, por el lado de la Epístola. A los pies de la nave, por último, se levanta un coro de madera.

La fábrica recibe una bóveda de cañón apuntado, datable en torno al año 1200. Se articula mediante arcos fajones, del mismo perfil, que separan los tramos y apean sobre pilastras dotadas de basa, fuste y capitel. Estos capiteles se prolongan en una moldura lisa que recorre todo el perímetro interior del templo. El ábside se soluciona mediante una bóveda de horno. En cuanto a la sacristía, se cubre con bóveda de cañón.

Al exterior destaca en primer lugar la torre, que es un bloque prismático y macizo, inusualmente esbelto y que apea sus empujes sobre el primer tramo de la nave. Va perforado en alto por los medios puntos para alojamiento de las campanas. Se cubre con tejado en pabellón y va coronada por un reloj moderno. El acceso del templo consta de un vano adintelado, que apea sobre medias columnas carentes de basa y que, a modo de capitel, llevan sendas ménsulas cóncavas cuyo interior va decorado con pomas. El vano remata con un arco de medio punto rematado con un único baquetón, en cuyo tímpano se puede ver, por toda labra, un crismón trinitario.

El interior va presidido por un retablo dieciochesco, realizado en estilo barroco. Su traza es ochavada para adaptarse a la forma absidial de la cabecera. Consta de banco, dos cuerpos de tras calles y remate en forma de cascarón. Esta arquitectura se articula mediante columnas salomónicas y lleva abundante decoración vegetal. El sagrario es de estilo romanista, obra del siglo XVII. La iconografía va expresada mediante escultura de bulto en la calle central, mientras que las calles laterales llevan tablas pintadas propias del siglo XVI, y por lo tanto reaprovechadas. Representan a Santa Bárbara, Santa Águeda, San Joaquín, Santa Ana aleccionando a María y Santa Catalina de Alejandría. El retablo va presidido por una talla de la Asunción de María, titular del templo, barroca y del tiempo de la mazonería. Va flanqueada por sendas tallas de San Francisco Javier y San Ramón Nonato, mientras que el ático va ocupado por un Crucificado igualmente barroco. Todavía en la cabecera, se aprecian restos de pinturas murales de estilo gótico, muy perdidas, que probablemente representaban la Última Cena.

En la sacristía se puede ver una escultura barroca de San Lorenzo, resto probable de la ermita homónima, hoy desaparecida, así como algunas piezas de orfebrería.

  • Ermitas

Pérez Ollo cita las ermitas de Santa Marina y San Lorenzo, que existían al parecer en el año 1796, aunque ya por entonces solo tenía culto la segunda, y desaparecieron hace tiempo. La memoria de la ermita de San Lorenzo queda hoy perpetuada por el nombre de una de las calles del pueblo.

  • CARO BAROJA, J. La casa en Navarra, Pamplona, vol. III, C.A.N. 1982, pp. 287.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. alt.). Catálogo Monumental de Navarra, vol. IV, Merindad de Sangüesa, Abaurrea Alta-Izalzu. Pamplona: Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1989, pp. 454-457.
  • PÉREZ OLLO, Fernando. Ermitas de Navarra. Pamplona: C.A.N., 1983, pp. 248.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. alt.). Navarra, guía y mapa. Estella: C.A.N. 1983, pp. 178.

JAS 2011