Retos de la integración europea. Para finalizar, cabe advertir que alrededor del año 2000 se aprecia una saturación del mercado de empleo en las titulaciones universitarias clásicas. En este sentido, los cambios tecnológicos y culturales acelerados, así como las exigencias de la integración en la Europa Comunitaria, están conduciendo a una reestructuración y revisión general de las carreras consagradas, y se está apostando por nuevas especialidades de ciclo más corto, flexibilidad de los conocimientos impartidos y formación continuada y diversificada, a fin de atender las expectativas de una sociedad cada vez más compleja, en donde los saberes científicos van quedando rápidamente anticuados. Por otro lado, la integración europea ya mencionada, y la nueva educación superior que ella exige, pasa por reorientar las universidades desde necesidades y finalidades regionales o nacionales hacia una vertebración de intereses comunitarios. Como en el Antiguo Régimen, algunas universidades lograrán alcanzar esta dimensión trans-territorial, y otras, inevitablemente, quedarán reducidas a universidades localistas. El reto está planteado para los 165.000 alumnos universitarios (1991) que integran el «campus transfronterizo» de Aquitania, CAV y Navarra.