Monarchy and Nobility

Sancho Garcés II Abarca (1996 version)

El primer soberano cristiano que llega para negociar con Al-Hahkam (961-976) un tratado de paz es Borrell, conde de Barcelona (junio, 971); luego son los embajadores vascones los que llegan en nombre del rey Sancho Abarca (12 agosto, 971). El califa, sentado en su trono junto a sus hachivas y en presencia de sus wazires y las diferentes clases que de pie llenaban el alcázar hasta la calle, recibió a los embajadores vascones empezando por el abad Basal y el caudillo Belasco, juez de Nájera, todos ellos del reino de Pamplona. El 30 de septiembre del mismo año llegan de nuevo los embajadores de Pamplona, entre ellos el conde Ximeno, hermano del rey Sancho Abarca, que se hallaba como rehén y garantía en Córdoba. El 23 de septiembre de 973 es recibido en Córdoba el embajador de Sancho Abarca y otros de los condes cristianos, en cierto modo pieza clave de la política dominadora del califa. Se hallaba en Córdoba la embajada de Garci Fernández de Castilla estrechamente emparentada con el rey de Pamplona. La ocasión consistía en que el general musulmán Galib, jefe militar de la frontera, se hallaba en Marruecos dirigiendo las operaciones militares en plan de guerra. El conde de Castilla comenzó atacando por sorpresa la plaza musulmana de Deza, cerca de Soria (2 septiembre 974), feudo del bereber Amril ben Timlat, que acababa de morir. La reacción no se hizo esperar en Córdoba; la diputación castellana fue detenida cuando se hallaba camino de su patria y llevada, prisionera, a Córdoba. Galib llegó apresuradamente al Califato y preparó un ejército para castigar al conde castellano. Los vascones, que no tenían nada que ganar ni perder en ese pleito, se vieron en el trance de apoyar a la Castilla cristiana ante las insistentes llamadas de auxilio. Gallegos y vascones acabaron por entrar en el conflicto. Era abril de 975 cuando los aliados, en total unos 60.000, atacaban la plaza musulmana de Gormaz. El 28 de junio el ejército cristiano fue derrotado ante los muros de la fortaleza. El general Galib, victorioso, irrumpió por tierras castellanas. Allí, en Esterkuel, cerca de Tudela, sorprendió a una avanzada de la caballería navarra mandada por Ramiro Garcés, hermano del rey, que gobernaba en Viguera. En esta ocasión había salido de Sos al frente de quinientos jinetes enviando por delante a unos doscientos para patrullar la zona de Tudela. Estos fueron los sorprendidos y derrotados.