El Pirineo, eje de un pueblo. El Pirineo constituyó siempre la vertebración de los vascones de las dos vertientes, la bisagra que les dio unidad y les defendió de la sumisión a francos, visigodos y musulmanes. Durante estos siglos (476-824) no se conoce ni un solo suceso bélico de vascones entre sí en el área comprendida del Garona al Ebro. El Pirineo, pues, sirvió de refugio-y de soporte contra las invasiones tanto a los del norte como a los del sur, aunando a ambos en las concentraciones y emboscadas de Orreaga-Roncesvalles. En los siglos altomedievales el pueblo vasco vive extendido alrededor de los Pirineos hacia el río Garona, por el norte, y hacia el río Ebro por el sur. Eginhard se percata de ello cuando dice:...wascones qui trans Garonnam et circa Pirineum montem habitant...(Eginhard. Annales Regii. «M. G. H. S. S.», I, p. 203)...los vascones que viven al otro lado del Garona y en derredor de los Pirineos...Eginhard escribe al norte del Garona. Si el autor hubiera sido un hispano hubiera escrito «los vascones que viven al otro lado del Ebro y en derredor de los Pirineos». El Pirineo es algo así como la columna vertebral de la Euskalerria alto medieval incluida la época pamplonesa (824- 1234) pero con una diferencia, la creciente romanización de la Vasconia ducal que paulatinamente se va convirtiendo en Gascuña y la romanización progresiva de las tierras más orientales de Pallars, Ribagorza, Sobrarbe y Jaca.