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Ororbia

Ororbia ha visto su casco urbano notablemente agrandado por la proximidad de Pamplona, pese a lo cual ha sobrevivido cierto número de casas de sabor tradicional. El lugar se sitúa en llano, en un antiguo cruce de caminos que aún hoy mantiene su importancia. Detrás de la iglesia encontramos una casa con planta en "L", con tres alturas y muros sin enlucir, dejando ver mampostería concertada. Todos los vanos son rectos, incluyendo el acceso. Junto al templo vemos la moderna Casa de Cultura, con la parte inferior en piedra y los paramentos de cierre acristalados. Da la espalda a un edificio de sabor tradicional, con muros enlucidos al modo habitual y con vanos rectos. Una calle lleva hasta una placita presidida por un caserón palaciano de buenas hechuras, que alberga la sede del Ayuntamiento de la cendea de Olza. Presenta planta rectangular alargada, con tres alturas y tejado con alero doble. Los muros son de sillería en el primer piso, y en la parte superior presenta enlucido con cadenas de sillar en esquinas y enmarques. Todos los vanos son rectos, incluido el portalón de acceso, y el piso noble va destacado con cinco balcones y los escudos modernos de los pueblos que conforman la cendea. Entre ellos figura aún el escudo original del palacio, que al parecer perteneció a la familia Satrústegui, y al que acompaña la leyenda: ESTAS ARMAS SON DE/ LOS SATRUSTEGUIS/ SE FABRICO ESTA CASA/ AÑO 1831.

En otra calle vemos una casa muy remozada, que aprovecha una fachada de sillar, con arco de medio punto que lleva la rosca ricamente moldurada con baquetones, y en cuya clave se lee: IHS. M. AÑ/ O 1567/ A.Z. DE MA/ Y HIZO Mº/ Pº CAYES/ DE DOM/ AR DE OROR. Encima preside una ventana recta con antepecho labrado. Sigue un caserón dieciochesco de planta rectangular, con dos alturas más desván, y tejado a cuatro aguas. Los muros, sin duda enlucidos en origen, muestran hoy mampostería picada, con cadenas de sillar en los lugares habituales. Las ventanas son rectas, con antepechos de piedra en el piso noble, y la puerta es un medio punto sin moldurar. Sobre la ventana central, una inscripción reza: EL AÑO DE 1785 HI/ ZO EDIFICAR ESTA/ CASA JOAN JOSE/ DE BIDAURRETA. Enfrente hay otro caserón encerrado por una cancela, con portal de medio punto y ventanas rectas.

Junto a la carretera vemos otras casas modernas, junto a otras de sabor antiguo, de los siglos XVII y XVIII, una de ellas con la fecha de 1785. Salva el río Arga un puente medieval de cinco ojos de medio punto y potentes tajamares, y cerca vemos un crucero del siglo XVI con base circular, pedestal prismático, columna de capitel compuesto decorado con bucráneos y cartela en la que puede leerse: ESTA CRUZ/ HIZO AZER/ DN JOAN DE ORO/ RBIA BENEFICI/ ADO AÑO 1540. La cruz propiamente dicha va rematada con frutos bulbosos, y presenta al Crucificado en el anverso y la Virgen con el Niño en el reverso.

  • Ermitas

Pérez Ollo menciona la ermita de San Cristóbal, de la que tan sólo subsiste el topónimo.

  • Parroquia de San Julián

Hubo una fábrica medieval de hacia el año 1200 y estilo protogótico, que se encontraba en ruinas en el siglo XV, momento en el que se acometió su reconstrucción, aunque parte de las obras se alargaron a los siglos XVI y XVII. La planta consta de una única y larga nave, articulada en cuatro tramos idénticos, más cabecera poligonal de cinco lados. A los pies de la nave se añade una capilla bautismal, sobre la que se levanta la torre medieval, de planta cuadrada. El acceso principal se practica por el muro de la Epístola, a la altura del segundo tramo, aunque existe otra puerta original en el muro norte, en su tercer tramo. En el mismo lado apreciamos el volumen que aloja la escalera intramural de acceso al coro y a la torre. Al cuarto tramo se adosan sendas capillas laterales, dispuestas de modo simétrico a modo de transepto. En cuanto a la sacristía, es una estancia de planta cuadrada, adosada a la cabecera por el lado de la Epístola.

Los muros son de sillería menuda, cortados con correcta estereotomía. Se abren por varias ventanas, la primera de ellas medieval, abierta en la cabecera y con arco apuntado en el que se inscriben dos arquillos trilobulados. Las otras dos son modernas y se sitúan en los tramos primero y tercero del muro de la Epístola, para mejor captar las condiciones lumínicas del exterior. A los pies de la nave se levanta un coro del XVI, con arco de embocadura rebajado y arco de entrada a la capilla bautismal del mismo perfil.

En cuanto al sistema de cubrición, está formado por cuatro tramos de bóveda de crucería, separados por fajones apuntados. Los nervios apean en capiteles vegetales, aunque uno de ellos presenta una lucha de animales muy toscamente ejecutada. En la cabecera hay una bóveda también nervada, pero en este caso los haces de nervios llegan hasta el suelo. Las capillas laterales llevan bóvedas de cañón apuntado, igual que la capilla bautismal, que procede de la primera fábrica protogótica. El sotocoro recibe en cambio una bóveda de crucería, una de cuyas claves va decorada con el Cordero Místico, y en la sacristía se aprecia una bóveda de terceletes.

Al exterior apreciamos el esbelto fuste de la torre, de planta cuadrada y perforado en alto con medios puntos para las campanas, bajo cornisa saliente y tejado a cuatro vertientes. En el lado de la Epístola se encuentra el ingreso, gótico, con un arco de elegante canon ojival, cuyo abocinamiento se salva mediante cuatro dobles arquivoltas del mismo perfil, baquetonadas, y con un pequeño crismón trinitario situado en la segunda arquivolta por toda decoración. Apean en otras tantas columnitas por lado, dotadas de basa, fuste y capitelillos, que llevan decoración a base de hojas de vid, típicamente gótica. Por el exterior del arco corre un guardalluvias. Como se ha dicho más arriba, en el muro septentrional hay una segunda puerta, de menor empaque y hoy cegada. Parte de su altura ha sido colmatada por rellenos sucesivos, pero aún puede verse un arco apuntado, con dos arquivoltas más guardalluvias exterior. Lleva también un crismón insertado en la clave central, y las arquivoltas apean en columnas cuyos capiteles están muy mal conservados, aunque se aprecian trazas de decoración vegetal.

El presbiterio va presidido por un retablo renacentista de empaque, realizado hacia el año 1530 por el denominado "maestro de Ororbia". Su traza consta de alto banco, tres pisos de cinco calles y ático tripartito, rematado en su centro con frontón triangular. Se articula mediante pilastras y columnas abalaustradas, y la mazonería va invadida por una menuda decoración de grutescos. El banco luce tallas de bulto en hornacinas aveneradas, mientras que por encima se ven tableros pintados, salvo la talla central de San Julián.

En cuanto a la iconografía, en el banco vemos las tallas de San Juan Evangelista, Santa Apolinia, San José, la Virgen con el Niño y San Juanito, San Cristóbal y un posible San Gregorio. Se debe destacar el grupo de la Virgen con Jesús y San Juanito, en el que María, un tanto hierática y con expresión ausente, sostiene a Jesús mientras que San Juan juega a su lado, siguiendo modelos italianizantes bien conocidos. Encima podemos ver la talla titular de San Julián, vestido como un cortesano de la época y con elegantes ademanes. En cuanto a las tablas de pintura, se suceden las escenas de la vida y milagros de San Julián, extraídas de la Leyenda Dorada de Jacobo de la Vorágine. Así, el ciervo anunciando a Julián que matará a sus padres, el santo confesando a su mujer su crimen, la construcción de un hospital por el santo y el ángel disfrazado de peregrino enfermo, transportado en barca por Julián. En el segundo piso hay escenas de la infancia de Cristo, con la Huida a Egipto, Matanza de los Inocentes, la Circuncisión y Jesús ante los Doctores. En el cuerpo superior va la Anunciación, Visitación, la Virgen con el Niño entre San Abdón y San Senén, la Natividad y la Adoración de los Magos. El ático finaliza este completísimo programa iconográfico, con episodios de la Pasión de Cristo, con la Flagelación, la Crucifixión y la Resurrección. En el frontón superior preside el Padre Eterno. Se trata, en suma, de la obra de un artista que conocía bien los modelos flamencos, germánicos e italianos, recibidos sin duda a través de grabados coetáneos. Aunque la influencia de los modelos italianos es evidente, incluso por la inspiración en la obra de Jacobo de la Vorágine, el gusto minucioso por el detalle y el paisaje remite a modelos septentrionales, tal vez cercanos a los talleres de Gossaert y Van Orley.

En el muro del Evangelio podemos ver el retablo del Sagrado Corazón, obra renacentista del siglo XVII, obra de Pascual Ochoa de Olza. Lleva banco y un único cuerpo, rematado con un entablamento. Alberga una talla moderna del Sagrado Corazón. En el muro opuesto vemos un retablo moderno de la Inmaculada Concepción, cuya traza es idéntica a la ya descrita, en la que se inspiró.

En el coro alto hay una sillería de coro barroca, de hacia 1670, un facistol de la misma época y un lienzo barroco de San Juan Bautista, del XVIII. En el sotocoro podemos ver la pila sacramental, compuesta por un fuste formado por cuatro columnas, capitel en el que se distingue un hombre a caballo, y copa gallonada decorada con una cenefa sogueada. También en la capilla bautismal vemos un Crucificado renacentista algo tosco de ejecución. En la sacristía, por último, vemos un Calvario romanista, un Crucificado barroco y diversas piezas de orfebrería.

  • CARO BAROJA, J. La casa en Navarra, Pamplona, vol. II, C.A.N. 1982, pp. 436-437.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C.: La escultura romanista en Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1986, pp. 41, 51, 99, 115.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. alt.): Catálogo Monumental de Navarra, vol. V**, Merindad de Pamplona, Imoz-Zugarramurdi, Pamplona, Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1996, pp. 456-464.
  • PÉREZ OLLO, Fernando: Ermitas de Navarra, Pamplona, C.A.N., 1983, pp. 192.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. alt.): Navarra, guía y mapa, Estella, C.A.N. 1983, pp. 216-217.

JAS 2009