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Orcoyen

Orkoien es una de las localidades de la cuenca pamplonesa que se han visto afectadas de manera radical por la proximidad de la capital. Su tamaño ha aumentado muchísimo en los últimos años, aunque es justo decir que el núcleo antiguo se ha conservado bien, manteniendo de manera razonable su aspecto original. El casco urbano se extiende en un altozano con buena visibilidad, en cuyo punto más alto se encuentra la iglesia. Del propio templo arranca una calle que describe una curva en pronunciado descenso. Se inicia con dos casas adosadas, adaptadas a la pendiente. Tienen tres alturas y tejados con amplios aleros. Una de ellas conserva su enlucido, mientras que la otra muestra una mampostería concertada con cadenas de sillar. Esta última tiene amplios vanos, de los cuales la puerta, de medio punto, parece original. Algo más adelante vemos una casa remozada, con muros enlucidos y vanos con enmarques de ladrillo.

En un nivel inferior se levanta una casa de mayores pretensiones, con planta rectangular bien desarrollada, tres alturas y tejado a cuatro aguas, con alero prominente. Los muros llevan el tratamiento clásico en la zona, con un enlucido que salva un zócalo bajo, enmarques y esquinas. Las ventanas son rectas, con antepechos labrados en el piso noble, y la puerta de medio punto.

Una plaza cercana va presidida por un caserón palaciano que sigue una tipología muy extendida en el país. Lleva planta cuadrangular muy desarrollada, tres alturas y tejado en pabellón con alero doble. Los muros repiten el tratamiento antes descrito, llamando además la atención un paño de sillar en el centro de la fachada, en el que se abre la puerta, de medio punto. Uno de los muros se prolonga en una suerte de contrafuerte, que protege la fachada desde su lado izquierdo. Las ventanas del piso noble llevan antepechos resaltados, y la central lleva cabezal en el que puede leerse: ERO ABEMA RIA PURISIMA/ ESTA CASA HIZO REDIFI/ CAR MARIA TERESA DE E/ CHARTE CON QUATRO HI/ JOS SOLTEROS AÑO 1792. Cerca se levanta un caserón que repite características ya reseñadas, en cuya fachada se ha insertado un escudo doble moderno. En medio de la plaza hay un monolito en el que se ha remetido un escudo barroco, del siglo XVIII, donde se reproducen las armas del poderosísimo caballero beaumontés Charles de Artieda, que fue señor de Orkoien entre los siglos XV y XVI, tal y como se refleja en el Libro de Armería del Reino de Navarra. Luce en su campo las armas de los linajudos clanes Almorabid, Urtubia, Uriz, Arazuri y Beaumont.

En la zona baja del pueblo, y a la altura de la Plaza de Euskal Herria, la vía se bifurca en dos calles paralelas. En la calle Irunbidea hay alguna casa de cierto empaque pero excesivamente reformada, hasta el punto de perder su carácter original. En una placita muy cuidada vemos dos casas reformadas, una de las cuales lleva una inscripción que reza: ESTA CASA SE LLAMA LEONENA/ LA HICIERON JUAN FERMIN DE ECHAR/ TE Y LORENZA DE ORCOYEN SU/ MUJER AÑO MDCCXLIII Y FIRME/ YO JUAN DE SUESCUN A DEO. Cerca, otra casa de sabor tradicional, también muy alterada, muestra su fachada en mampostería desnuda, y los hastiales laterales enlucidos y con cadenas de sillar. Se reparte en dos alturas más desván, con tejado a cuatro aguas y alero saliente. La puerta es de medio punto, y el resto de los vanos son amplios y rectos.

Cerca vemos otro inmueble de cierta prestancia, que sigue parámetros constructivos ya reseñados, y que conserva el tratamiento de muros y vanos tradicional, llamando tan sólo la atención el portalón de entrada, que es adintelado. Su fachada va cruzada en alto por una balconada, y una inscripción informa: SE CONSTRUYO POR DON TOMAS LEYUN Y DOÑA ROSA DE AGUINAGA AÑO 1868.

Dentro del término de Orkoien y junto a un camino viejo vemos un crucero del siglo XVI, conocido en la zona como la Cruz Blanca. Consta de plinto cuadrado, pedestal cúbico moldurado y fuste ochavado en el que figura un escudo con la inscripción: ESTA CRUZ MANDO AZER/ EL MAGNIFICO SEÑOR/ MARTÍN D'AOIZ/ RECIVIDOR DE LA/ MERINDAD DE/ PAMPLONA. La cruz propiamente dicha es añadida, con Crucificado en el anverso y Virgen con el Niño en el reverso.

  • Ermitas

Pérez Ollo menciona las ermitas de la Cruz Blanca y San Bartolomé, ambas perdidas.

  • Parroquia de San Miguel

Hubo un templo medieval, del siglo XIII, del que queda algún vestigio, aunque la fábrica fue muy reformada en el siglo XVI y aún en alguna intervención realizada en el XVIII. La planta consta de una única nave, con cinco tramos de tamaño similar, de los cuales el último hace las veces de cabecera recta. El acceso se ubica en el lado de la Epístola, a la altura del segundo tramo, muro por el que también se adosa la torre. El ángulo formado se cobija mediante un pórtico sobre columnas. En el muro frontero se aprecia el volumen de la escalera intramural de subida al coro, y en el tramo central de la nave se adosan dos capillas laterales, que conforman un transepto embrionario. En cuanto a la sacristía, es una estancia relativamente amplia y con planta rectangular, adosada a la cabecera por el lado meridional.

Los muros son de sillarejo y mampostería concertada, y al interior van enlucidos. Registramos dos arcos de medio punto para acceder a las capillas laterales, y para dar luz al interior se perforaron con una ventana recta abierta en la cabecera, por el lado de la Epístola, un óculo del XVI en la capilla lateral del mismo lado, y una ventana de medio punto en el muro de los pies. En este mismo ámbito se levanta un coro del XVI, con arco de embocadura escarzano y balaustrada de madera.

La nave se cubre con cinco tramos de bóveda de terceletes, cuyos nervios apean en ménsulas insertadas en el muro perimetral. Las claves van decoradas con motivos decorativos de raigambre circular, tales como sogueados, rosetas y ruedas. Las capillas laterales y el sotocoro reciben igualmente bóveda de terceletes. La sacristía se cubre con tres tramos de bóveda de lunetos, separados por fajones de medio punto que apean sus empujes en los muros de carga, merced a ménsulas incrustadas a media altura.

Al exterior, la torre se levanta adosada al primer tramo de la nave, por el lado de la Epístola. Su fuste es prismático, de planta cuadrada, y se perfora por una puerta baja y los medios puntos de las campanas. En alto se corona por una cornisa y un remate aterrazado. Un pórtico neoclásico se adosa por el mismo lado. Consta de cuatro arcos de medio punto comparativamente alargados, sobre columnas dotadas de alto pedestal prismático, basa moldurada, fuste cilíndrico liso y capiteles toscanos con ábaco y equino. Al interior se cubre con un techo plano con viguería de madera y bovedillas. La puerta propiamente dicha es uno de los pocos vestigios de la iglesia del siglo XIII. Consta de arco apuntado de gran formato, cuyo derrame se solventa con tres arquivoltas baquetonadas, además de un guardalluvias externo. Las arquivoltas apean en otras tantas columnas por lado, dotadas de basa, fustes cilíndricos y capiteles troncopiramidales invertidos, dotados además de collarino. Los capiteles se decoran con motivos vegetales y algún rostro humano muy simple, permaneciendo los externos de ambos lados lisos. Por encima hay cimacios con entrelazos y motivos circulares.

El interior va presidido por un retablo de mediados del siglo XVI, ejecutado en estilo plateresco. Su arquitectura consta de banco, dos cuerpos de cinco calles y ático tripartito rematado por un frontón triangular. Se articulan mediante columnas y balaustres, y presenta además un sagrario romanista añadido a posteriori. La decoración, "a candelieri", es invasiva y ocupa toda la mazonería. El banco va ocupado por tallas de santos y apóstoles emparejados, a saber: San Pedro y San Pablo, San Juan Evangelista con San Juan Bautista, Santiago el Mayor con San Bartolomé y San Simón con San Andrés. En el primer cuerpo vemos la Lapidación de San Esteban, el grupo de la Virgen María con el Niño y Santa Ana, en la que Jesús se sitúa entre ambas mujeres, sedentes, ejerciendo de vínculo compositivo, San Martín con el mendigo y dos santos obispos, tal vez San Fermín y San Saturnino. En el cuerpo superior vemos las imágenes emparejadas de Constantino y María Magdalena, Santa Catalina de Alejandría y Santa Águeda, San Sixto y San Lorenzo, y Santa Elena con Santa Margarita. En el centro se representa a San Miguel alanceando al Demonio. En el ático figura el Calvario, además de los Cuatro Padres de la Iglesia Latina, San Ambrosio, San Gregorio, San Jerónimo y San Agustín.

En el muro del Evangelio y en la capilla lateral correspondiente encontramos un pequeño retablo, bajo la advocación de la Virgen con el Niño. Es romanista, obra de Pedro de Moret y Juan Claver, que lo ejecutaron a fines del XVI y principios de la siguiente centuria. Consta de banco, dos pisos de tres calles y ático tripartito con aletones y frontón central triangular. Se articula mediante columnas de orden dórico y compuesto. En el banco se suceden las escenas de relieve de Cristo camino del Calvario, rodeado de santas mártires emparejadas. En los dos pisos, las escenas en relieve de la Anunciación, la Visitación, la Natividad y la Presentación en el templo flanquean la talla central de la Virgen con el Niño. En el ático, los relieves del Bautismo de Cristo y la Degollación del Bautista centran una talla de San Juan Bautista. Fuera de la capilla vemos un Crucificado gótico, propio del siglo XIV, muerto y con anatomía algo geometrizada. Debajo está la pila de bautismos, con copa cilíndrica medieval sobre soporte posterior.

En el muro frontero y en la correspondiente capilla hay un retablo dedicado a San Blas idéntico a su colateral de la Virgen con el Niño. En el banco se representan los relieves del Prendimiento de Cristo, flanqueado por los Padres de la Iglesia. En los cuerpos figuran los relieves del Martirio y Decapitación de San Blas, así como su Juicio y Flagelación. En el ático hay un relieve de Santa Catalina, flanqueado de los relieves de su martirio y muerte.

En el centro de la nave y en posición destacada hay una lauda sepulcral, que repite las armas representadas en el escudo barroco del monolito de la plaza, correspondientes al palacio de cabo de armería de Orkoien, y que ostentara ya su señor Charles de Artieda entre los siglos XV y XVI. Una inscripción reza: DURUS HIC TEGIT LAPISOSSA SEPULTORUM PROSAPIA QUORUM ERAT NOBILIS ARTIEDAE QUI OLIM MERITO TENVER DOMINATUM DE ORCOIN ET EQUISOAIN ANIIMAE QUORUM EOUMQUE UXORUM/ RQUIESCANT IN PACE/ AÑO 1577. En la sacristía, por último, se custodia alguna talla de menor importancia, así como varias piezas de orfebrería.

  • CARO BAROJA, J. La casa en Navarra, Pamplona, vol. II, C.A.N. 1982, pp. 441.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C.: La escultura romanista en Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1986, pp. 24, 52, 119.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. alt.): Catálogo Monumental de Navarra, vol. V**, Merindad de Pamplona, Imoz-Zugarramurdi, Pamplona, Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1996, pp. 450-455.
  • PÉREZ OLLO, Fernando: Ermitas de Navarra, Pamplona, C.A.N., 1983, pp. 190.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. alt.): Navarra, guía y mapa, Estella, C.A.N. 1983, pp. 216.
  • MENÉNDEZ PIDAL, Faustino; MARTINENA, Juan José: Libro de Armería del Reino de Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2001, nº 83.

JAS 2009