Una muralla es un muro cerrado que protege y defiende ese espacio limitado. El objetivo principal de las murallas, generalmente, ha sido hacer frente a los ataques enemigos, pero, además de ello, había objetivos sociales y económicos con intención de remarcar la distinción. A lo largo de los siglos la ubicación, volumen, forma... de las murallas ha ido cambiando debido a la diferente situación geopolítica de cada época o con el objetivo de hacer frente a los diferentes recursos tecnológicos. De este modo, se pueden distinguir tres corrientes o tipos principales en los fuertes de Euskal Herria:
- Fortificaciones antiguas: Poblaciones fortificadas construidas por pueblos prehistóricos y romanos.
- Fortificaciones medievales: Villas o pueblos promovidos tanto por ciudadanos como por reyes. Este tipo de fortificación llego a su fin con la llegada de la pólvora, a mediados del siglo XV, ya que era imprescindible cambiarlo para poder hacer frente a estas nuevas armas.
- Fortificaciones modernas: Época en el que se desarrolló considerablemente la defensa militar. Es decir, desde mediados del siglo XV hasta el siglo XVIII.