Biographies

Medina Labrada, José Antonio

Pianista y Catedrático de piano del Conservatorio Municipal de Música de San Sebastián, desde 1955 hasta 1983, año de su fallecimiento. 

José Antonio Medina Labrada. Nacido en Sevilla, el 31 de octubre de 1926  y fallecido en San Sebastián (Guipúzcoa), el año 1983.

Ya desde la infancia dio muestras de sus cualidades para la música y de una temprana vocación artística. Se inició en el piano de forma privada con Mercedes Muriel y con 9 años ingresó en el Conservatorio de Música de Sevilla, quedando inscrito en el aula de Doña Clara Peraltó, con quien realizó los estudios de piano obteniendo el premio Fin de Carrera a los 15 años. Ya entonces poseía cualidades que llamaban poderosamente la atención: una recia técnica pianística, una fina sensibilidad musical y entusiasmo en su forma de interpretar.[1] 

Estudió Magisterio en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Sevilla y en 1945 ganó las Oposiciones a Magisterio, quedando el número seis a nivel nacional. No llegó a ejercer, ya que tenía muy clara su vocación musical. Paralelamente, había dado sus primeros conciertos públicos.

En 1945 ganó el Premio Barranco a la unanimidad, que la Sociedad Filarmónica de Málaga convocaba cada cinco años.

En 1946 se trasladó a Barcelona para ampliar su formación musical. Allí estudió con el Mtro. Frank Marshall (1883-1959) y  posteriormente en el Conservatorio Superior Municipal con Carlos Pellicer, donde en 1951 obtuvo el Diploma de Virtuosismo con Mención de Honor. Al mismo tiempo trabajó Contrapunto, Fuga y Composición con el Mtro. Joaquín Zamacois (1894-1976).

Entonces presentó sus primeras obras musicales para Piano, Canto y Piano, Corales y una Sonata para Flauta y Piano, algunas de las cuales, como Humoresca o Impromptu, tuvieron muy buena acogida de la crítica y del público. También trabajó con el célebre pedagogo húngaro Béla Siki (1923) que impartió en Barcelona un curso de interpretación pianística y que le influyó muy positivamente.

En 1952, becado por el Ayuntamiento de Barcelona marchó a Siena para perfeccionar piano con el Mtro. Guido Agosti (1901-1989) en la Academia Chigiana. Posteriormente se trasladó a Nápoles donde trabajó con el Mtro. Paolo Denza (1893-1955).

A su regreso de Italia dio recitales en Barcelona, Sevilla, Palma de Mallorca, Granada y otras capitales españolas.

Antes de cumplir los 30 años ya poseía un repertorio fuera de lo común que incluía un número cuantioso de las obras más representativas de la literatura pianística universal, desde los clavecinistas hasta el siglo XX.

Muy interesado y abierto a los nuevos lenguajes musicales, adquirió un amplio repertorio de compositores contemporáneos, algunos de ellos no muy prodigados entonces (Auric, Honegger, Ibert, Poulenc, Bartók, Hindemith, Khachaturian, Caggiula, Casella, Malipiero, Respighi, Pick- Mangiagalli).

Siempre dedicó un apartado importante a los compositores españoles, tocando una amplia representación de la obra de Albéniz, Falla, Granados, o Turina. Pero también difundió la obra de maestros entonces menos conocidos como Manuel Castillo, Halffter, Mariani, Palau, Mompou, Rodríguez Albert, P. Donosti, Usandizaga, Beobide, Garbizu o Escudero.

En julio de 1954 ganó la Medalla de Plata en el I Concurso Internacional Ars Nova de la Ciudad Condal, conocido años después como Concurso Internacional María Canals.

Catedrático en San Sebastián

En 1955 alentado por el compositor y musicólogo D. Norberto Almandoz (1893-1970), natural de Astigarraga, a la sazón Canónigo Maestro de Capilla y Primer Organista de la Catedral de Sevilla, se presentó a las oposiciones a Cátedra convocadas por el Ayuntamiento de San Sebastián.

Desde entonces, simultaneó su actividad como Catedrático de piano con numerosos recitales y giras por diversas regiones de España y actuaciones con orquestas, como la Sinfónica de San Sebastián, la Orquesta de Granada o la Orquesta Bética Filarmónica de Sevilla, de las que fue solista en numerosas ocasiones.

Fue así como en años sucesivos tocó el concierto en Fa m. de Bach, los dos conciertos de Mendelssohn, los dos de Ravel, el nº1 de Tchaikovski, el de Schumann, el Concierto en Fa de Gershwin, y el de Khachaturian en diferentes giras, siendo este último y el de mano izquierda de Ravel, primera audición en San Sebastián. Mención especial merece su interpretación del Concierto Vasco de Francisco Escudero.

Era un pianista ecléctico. En sus recitales se podía oír desde William Byrd a Béla Bartòk, de Federico Mompou a Tomás Garbizu. 

Elaboraba los programas en tres partes, dedicando la primera a los compositores barrocos y clásicos; la segunda parte a los románticos, y la tercera parte a los compositores españoles, impresionistas y contemporáneos.

No desdeñó la ocasión de abordar la música de cámara cuando se dio la circunstancia. Formó dúo durante varios años con el violinista Eduardo Hernández Asiain (1911-2010) con quien hizo giras de conciertos por las Sociedades Filarmónicas españolas. Tocó con diferentes agrupaciones de cámara. La agrupación de trompa, flauta y piano junto a Juan Manuel Gómez de Edeta y Teodoro Martínez de Lecea, le impulsó a escribir una obra para dicha formación, Introducción y Movimiento, que se dio a conocer en numerosos recitales en el País Vasco.

En 1967 grabó un disco para Columbia con obras del compositor José María Beobide (1882-1967), con motivo de sus bodas de oro: Intermezzo sinfónico cromático, Seis canciones burgalesas, Gavota y En Igueldo.

En 1972 grabó para Edigsa el disco “Euskal Dantzak” con obras de Tomás Garbizu (1901-1989): Aurresku, Hiru dantza, San juan Zortzikoa, Mutil dantza, Zortzi Dantza, Sagar dantza, Bordon Dantza

Entre los años 1962 y 1966 colaboró como pianista con el Orfeón Donostiarra, siendo Juan Gorostidi (1900-1968) su director. Especial recuerdo merece el montaje para los estrenos de “La Atlántida”, obra póstuma de Manuel de Falla, en Madrid, Granada, Santander, San Sebastián, Edimburgo y Lucerna.

Entre 1960 y 1975 ocupó la Secretaría del Conservatorio Municipal de Música de San Sebastián, promoviendo desde dicho puesto la actuación en la ciudad de muchos jóvenes artistas nacionales y extranjeros.

Además de su Cátedra de Piano, impartió desde 1962 y durante más de 10 años las asignaturas de Historia de la Música y Estética. No existiendo por aquel entonces libros de texto editados para estas materias, escribió sus propios libros de Historia y Estética, así como el de Formas Musicales y Análisis.

En dichas clases se fraguó la creación de la Asociación de Alumnos del Conservatorio, que José Antonio Medina Labrada propició y apoyó, y que resultó ser un instrumento muy válido para dar a conocer a los nuevos valores que de todas las aulas iban surgiendo[2].

Hombre enciclopédico, de gran capacidad didáctica y fino humor, el magisterio que impartió en las clases de Historia dejó un recuerdo imborrable entre quienes tuvieron la fortuna de recibirlas. 

José Antonio Medina Labrada, hijo de su tiempo, tenía entre su enorme repertorio muchas obras de los clavecinistas barrocos que incluía en sus recitales de piano[3].

En 1978, tuvo su primer contacto con el Clavecín con motivo de la inauguración de la Casa   Anchieta en Azpeitia, donde ofreció una serie de sonatas de Compositores Vascos del S. XVIII.

A partir de este evento dio numerosos recitales de clavecín. Esto contribuyó a difundir este instrumento y a concienciar entre el público la importancia de la recuperación de los instrumentos históricos. 

José Antonio Medina Labrada era poseedor de una vasta cultura que le permitió leer a los clásicos en el latín aprendido en sus estudios de bachiller. Apasionado por todas las artes, gran conocedor de la Historia, el intelectual y el artista se mezclaban en un trabajador incansable, metódico y ordenado.

Poeta en su tiempo libre, con una producción exhaustiva reunida en 4 volúmenes, dejó el primero de ellos, “Horas sin meta”, preparado para su edición.

Como compositor dejó un número considerable de obras.  Algunas de ellas se dieron en concierto. En enero de 1984, como homenaje póstumo, se estrenó su Cantata Alegrémonos en el nacimiento de Cristo en orquestación de Tomás Aragüés (1935).

Murió inesperadamente en San Sebastián, a la edad de 56 años, el 16 de septiembre de 1983. Dejó huella en todos los que le conocieron, tanto académica como personalmente, por su sabiduría, por su trato afable y por la finura de su espíritu.

 

[1] Norberto Almandoz. Crítico de ABC. 7 de febrero 1944: “Fruto de su aplicación y admirable constancia son el recio mecanismo y la técnica pianística adquiridos, que le permiten abordar obras de dificultad y estilo dispar, como son las que en su programa figuraban. Dotado de sensibilidad musical bien orientada, el entusiasta y modesto pianista interpretó: I.-Sonata Claro de luna de Beethoven, Sonata en Mi m Grieg. II.- 2 Mazurcas de Chopin. Invitación al vals de Weber. En las alas del canto, Mendelssohn-Liszt. Rapsodia húngara nº 2 de Liszt. III.- Cubana de Falla. En la feria y Al torneo de Luis Mariani.”[1]

[2] J.A.M.P., Diario Vasco, “A José Antonio Medina”, octubre de 1983. “…en modo alguno podremos olvidar las distintas generaciones que hemos pasado por sus sabias manos y total dedicación a la docencia. A nosotros nos tocó vivir con él una etapa verdaderamente estupenda, ya que de su clase de Historia y Estética, admirablemente impartida, surgió la idea de formar la Asociación de Alumnos del Conservatorio, y encontramos siempre en él, aliento y palabras edificantes, cuando en algún momento podían flaquear nuestras ilusiones. Recordamos su apoyo incondicional al primer Certamen Nacional de Piano, sus intentos por colaborar desinteresadamente en la programación de conciertos dados exclusivamente por alumnos, sus orientaciones para la confección de la primera revista “Ecos Musicales”. El Conservatorio de Música de San Sebastián ha perdido a uno de sus mejores profesores y además a una de sus mejores personas”.

[3] Constaban en su repertorio de concierto obras de Mateo Albéniz, Bach, W. Byrd, Cimarosa, Couperin, Daquin, Mateo Ferrer, Frescobaldi, Gibbons, P. Larrañaga, J.A. Lonbide, Lully, P. Martini, Matheson, Pasquini, Rameau, P. Rossi, Scarlatti, Blas Serrano, P. Soler, Telemann y Turini.