Novelista, psiquiatra y político, nacido en Larache (Marruecos)-1924 y muerto en Vitoria, el 21 de enero de 1964, autor de una novela, «Tiempo de silencio» (1962), que supuso un revulsivo en la narrativa castellana, y promotor de una intensa tarea intelectual, que se desarrolla fundamentalmente en San Sebastián, ciudad a la que se vincula desde 1929.
Su muerte, temprana y en accidente de automóvil, privó al País Vasco de una de las voces intelectuales más genuinas, que concitó en la década de los sesenta y finales de los años cincuenta un debate intelectual, en el que intervinieron políticos, profesionales de muy diversas actividades y escritores. Una de esas muestras fue la Academia Errante, en la que intervinieron personas como Jorge Oteiza, Joxe Miguel de Barandiarán, José María Busca Isusi, Ignacio Barriola, Julio Caro Baroja, Federico de Zabala, José Antonio Ayestarán y un nutrido grupo de gentes, convocadas por la idea de encontrar un espacio de expresión en la autarquía cultural del franquismo. En ese mismo espacio, la figura de Luis Martín-Santos marca unos perfiles muy cualificados y todos cuantos le trataron destacan de él su capacidad de análisis, su noción crítica, su preocupación por el tiempo social y político y una desmedida búsqueda de la base última de los conflictos sociedad-individuo, la desproporción de la verdad y la situación de la persona en su relación espacio-tiempo.
Luis Martín Santos, que inició su tarea literaria con la publicación de un libro de poemas («Grana gris»; Afrodisio Aguado, Madrid, 1945-, un libro de poesía de corte clásico, con torpezas creativas de toda índole, que él mismo lamentaría con el tiempo) pasará a la historia literaria por la aportación de «Tiempo de silencio». La novela fue escrita entre 1950 y 1960 y su autor la presentó al concurso de novela «Pío Baroja», convocado en San Sebastián. El concurso fue declarado desierto. Su novela, en cambio, entra de lleno a definir un tiempo y una forma de narrar. «Tiempo de silencio -ha escrito José Luis Suárez Granda- continúa siendo una novela señera dentro de la narrativa española del siglo XX y puede incluirse desahogadamente entre la docena de títulos básicos de nuestra narrativa contemporánea... La originalidad de «Tiempo de silencio» se cifra en su densidad narrativa e ideológica, en la inusual conjunción de un tema no original y un estilo original, en la virulencia de las caricaturas y deformaciones y en la potencia verbal de ese gran prosista que fue Martín-Santos».