Concept

La Escuela de Artes y Oficios de San Sebastián

Para ver el éxito de esta escuela, a continuación ofrecemos los porcentajes globales de cada una de las diferentes etapas con relación a la edad de los alumnos y a los oficios con los que ingresaban en la Escuela. Ofrecemos estos datos separándolos por las diversas secciones que funcionaban en la Escuela, a partir de 1885, lo cual nos permitirá distinguir mejor estas características en función de las diversas opciones que ofrecía. Por lo que respecta a la edad de los alumnos, se observa una presencia importante de alumnos con edades comprendidas entre los 12 y 15 años, sobre todo a comienzos del siglo XX, si bien la sección industrial siempre recoge cifras inferiores a la media. Se trata de un alumnado que acaba de terminar su enseñanza primaria y acude a completar sus estudios con una enseñanza profesional, aunque es posible que ejerciese algún tipo de oficio como aprendiz o que sencillamente no trabajase. Los porcentajes obtenidos figuran en la siguiente tabla:

Clasificación de los alumnos por edad y especialidad, en porcentajes, 1880-1921
Fuente: Elaboración propia a partir de las diversas memorias de la Escuela de Artes y Oficios de San Sebastián.
Edad1880-851886-19081909-1921
IndustrialArtísticaComercialIndustrialArtísticaComercial
12-1537,546,560,560,3485157,5
15-204237,330,229,2363527,5
20 y +20,516,29,310,5161415

Con respecto al estado profesional de los alumnos, se ha elaborado una tabla manteniendo los grupos de profesiones en función de los diferentes oficios agrupados por su relación con el hierro, la piedra, la madera, además de los oficios mercantiles o comerciales y el importante grupo de "escolares y estudiantes". Estos son los resultados en porcentajes obtenidos entre 1880 y 1921:

Clasificación de los alumnos por profesión, en porcentajes, 1880-1921
Fuente: Elaboración propia a partir de las diversas memorias de la Escuela de Artes y Oficios de San Sebastián
Oficios1880-851886-19081909-1921
IndustrialArtísticaComercialIndustrialArtísticaComercial
Escolares352741,552283748
Hierro1514,5--16--
Madera2927,5-1515-
Piedra11,5--717-
Mercantil556285631
Mecánico----15--
Varios20132520142521

Al igual que la edad, la profesión de los alumnos era uno de los elementos que más llamaría la atención a la hora de recoger información sobre el alumnado en las citadas memorias. Observados los datos en su globalidad, la primera observación que nos aporta la profesión de los alumnos es el alto porcentaje de alumnos matriculados que figuran bajo la categoría de "escolares y/o estudiantes" que se mantiene estable (entre un 35 40%). Es decir, que este alumno simultaneaba los estudios primarios con las clases nocturnas de artes y oficios. Este dato confirmaría la permanencia del objetivo sobre formación profesional, respecto a los alumnos que acudían a la escuela sin un oficio determinado. Por lo tanto, para un porcentaje importante de alumnos la escuela les otorgaba una formación inicial, que previsiblemente podría facilitar su acceso al mundo laboral. Para aquellos alumnos que asistían con algún tipo de profesión, en general solían cursar un par de asignaturas (dibujo y aritmética) para cubrir las carencias recibidas en la enseñanza primaria. También se constata, a lo largo de todo el periodo de vigencia de la escuela que el abandono escolar era una práctica bastante extendida, sobre todo entre los chicos, pues una vez habían conseguido la formación que ellos consideraban necesaria para sus necesidades laborales, abandonaban la escuela que, por otra parte, no ofrecía ninguna certificación ni diploma oficial para el desempeño profesional.

La Escuela de Artes y Oficios de Donostia, financiada por el Ayuntamiento de la ciudad y la Diputación, cumplió un objetivo de primer orden, pues frente a la carencia de instituciones de formación profesional mantenidas por el Estado, que no se implicará en este tipo de formación hasta 1924, ofreció unos estudios complementarios que tuvo un éxito reconocido en toda la ciudad y pueblos de alrededor. Además cumplió con una función social muy relevante, al acoger a los alumnos de clases populares y mujeres que no tenían ningún otro horizonte formativo. En ambos casos, estos grupos conseguirían acceder a puestos de trabajo de mayor prestigio que el de sus progenitores, con lo cual se puede apreciar una cierta movilidad social entre las clases populares. Las demandas de empresas eran muy frecuentes, pues este alumnado les garantizaba un éxito profesional, debido a la formación de calidad.

A pesar de las reformas de 1924 y 1928, con los Estatutos de Formación Profesional y la creación de Escuelas de Trabajo dependientes del Estado, esta escuela continuará su singladura hasta que, ya en el franquismo, con las leyes de formación profesional de 1955, se tendrán que adaptar a la nueva normativa del Estado.