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IHABAR

Celebra fiesta el 26 de diciembre. Carnaval en Ihabar. Comenzaba el Domingo de Quincuagésima por la tarde, a continuación de las Vísperas en la iglesia. Salían los mozos disfrazados o "moxorrok", algunos ataviados con calzoncillo largo y camiseta, blancos de punto inglés. Calzaban abarcas y alpargatas. Lucían sombreros preparados por las chicas, de paja, que llevan con frecuencia los labradores, forrados de tela y ala recogida en la parte posterior, con cintas de distintos colores que, por la espalda, llegaban hasta la cintura. Iban enmascarados y algunos con cascabeles y cencerros de yegua. A otros jovenes disfrazados se les llamaba "landarrak"; vestían sobrecama al hombro, calzaban abarcas y alpargatas. La actuación callejera de los "landarrak" resultaba inofensiva para los niños; pero no así la de los "moxorrok", quienes corrían tras ellos. A los niños que conseguían atrapar los dejaban delante de la fuente del pueblo. Aquí les obligaban a arrodillarse, les hacían rezar un Padrenuestro, por medio de una escoba les ensuciaban de barro la cara y les ordenaban lavarse. Por último, despúes de besar el trasero y "el delantero" del "moxorro", éste les propinaba un par de escobazos y los dejaba en libertad. Antiguamente con la intervención de un "ttunttunero" o txistulari y más adelante con la actuación de un acordeonista, el baile se celebraba en el frontón o en un desván o "ganbara". A las 9 de la noche cesaba la música y las chicas ("neskatoak") abandonaban la calle y más tarde, sin prisa, hacían otro tanto los "mutillak". El Martes de Carnaval a las 9 de la mañana, los jóvenes de la cuadrilla almorzaban menudillos de cordero con vino, en la taberna o en la casa fijada para ello. Seguidamente salían a postular, "a pedir la puska". Entre los peticionarios figuraba el "ttunttunero", que en este recorrido interpretaba el violín con acompañamiento de guitarra. La cuadrilla portaba una cesta donde recogía los huevos, un bolso destinado a guardar el dinero y un "gerrena" para la longaniza y el tocino. El mayordomo y su compañero exhibían una banda rayada de varios colores e iban junto a la mayordoma y su ayudante, quienes, con los músicos, cerraban el grupo. En la entrada de cada casa les esperaban con vino dulce y galletas, y el mayordomo, la mayordoma y sus respectivos ayudantes bailaban una jota. A las casas en luto se evitaba la visita. La comida, con carne de oveja y cordero al chilindrón, tenía lugar en la taberna o en la casa consabida. Hasta los años 30 del s. XX, a eso de las 16 daba comienzo la pantomima de la "familia Aitezarko". Junto a este personaje figuraba su mujer, la "Landarra", que llevaba a su criatura o "ninia" en brazos. El "Aitezarko" era un monigote de tamaño corriente, ni gigante ni pequeño. Lo vestían con pantalones y camisa rellenos de paja y, en ocasiones, una chaqueta podía completar el atuendo. Su cara era de trapo, llevaba boina y calzaba abarca o alpargata. De "Landarra" hacía un mozo ataviado con saya, delantal y chambra. Tocado con pañuelo, iba con abarca o alpargata. La "ninia" se reducía a una madera de medio metro de largo, oculta en pañales. Acompañados por los mozos disfrazados y ante la expectación de todos los vecinos, esta familia carnavalesca paseaba por el pueblo. Al "Aitezarko", que iba sobre un burro, lo sujetaba un mozo, y la "Landarra" daba de mamar a la "ninia". Pero a lo largo del recorrido, los "moxorrotuak" arrancaban con frecuencia a la "ninia" de los brazos de su madre y ello daba motivo a que ésta exteriorizase su disgusto con lloros y estridentes gritos. Cuando los "moxorrotuak" creían llegado el momento de terminar la comedia, cogían a la "ninia" y la arrojaban, con violencia, contra la fachada de una casa y cas-tigaban a escobazos al "Aitezarko", que después de ser arrastrado quedaba deshecho o quemado. Entonces, la "Landarra" que había perdido a su "Aitezarko" y a la "ninia", se encontraba sola. Aislada de todos, se entregaba a una llorera. Casi al mismo tiempo sonaban las primeras notas del baile, y con el final de esta diversión concluía también la fiesta de las jóvenes. Los jóvenes cenaban oveja y cordero al chilindrón, fruta y "piporopillek" o rosquillas. La mayordoma y su compañera elaboraban estas "piporopillek", y ellas mismas entregaban en la casa de comidas tantas rosquillas como jóvenes integraban el grupo protagonista principal de los carnavales. El Sábado siguiente por la noche, los jóvenes cenaban con el beneficio de la cuestación o "puska biltzea" del Martes de Carnaval y, seguidamente, llevaban a cabo la designación del mayordomo y su compañero. El mayordomo saliente elegía a su sucesor, en decisión que ambos mantenían en secreto hasta el momento oportuno de la reunión. La deferencia del mayordomo en ofrecer a un joven el primer vaso de vino a beber en la junta, proclamaba la elección del nuevo cargo. El vaso era de media pinta, equivalente a la mitad de tres cuartos de litro, y el joven tenía que beberlo de un tirón. El mayordomo entrante escogía a su vez al que sería su ayudante. [Ref. J. Gar. L.: "C. en N.".]