Painters

Ibarrola Goicoechea, Agustín (1985 version)

Pintor nacido en Bilbao el 18 de agosto de 1930, en una familia obrera. Sus primeros pasos en la pintura se inician siendo él a su vez obrero, con ayuda de familiares y compañeros, en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao y cuatro años después fue discípulo de Daniel Vázquez Díaz.

Consiguió en 1948 una beca de la Diputación y del Ayuntamiento de Bilbao para poder estudiar en Madrid. En los años 50 conoce a Oteiza y conecta con su idea de Escuela Vasca. Trabaja con el grupo "Atxuri", dentro del movimiento de oposición al régimen franquista.

En 1956 marcha a París donde comienza su verdadera labor investigadora con el "Equipo 57" en la línea del constructivismo.

En 1959 aprende a grabar con José Ortega, creador del "Estampa Popular", formando, a su vez, "Estampa Popular de Vizcaya" en los 60, al volver a Bilbao. Se le prohíbe en 1962 una primera exposición en Bilbao, teniendo que hacerlo en Donostia-San Sebastián. Cae en una redada en ese año, cuando exponía en Illescas.

Su serie de grabados publicado por "Appel for Amnisty in Spain" y el PCE en 1963 se hace famosa en Europa: en ella figuran escenas carcelarias de fuerte expresión y claramente denunciadoras. En 1968 cae otra vez, implicado en la huelga de Bandas. Su nombre es ya mítico en la lucha clandestina siendo considerado como notable pintor social con preocupación y preferencia muralista. Ha celebrado, con bastante éxito, las siguientes exposiciones: Bilbao, Exposición en la Sala Studio (1946); Artesanía Española (1952); Sala Illescas (1952); Colegio Mayor Reyes Católicos (Valladolid, 1952), y en la Sala Meseta. Realizó un recorrido en 1956 por Gipuzkoa en compañía de otros pintores, celebrando después otras exposiciones en Córdoba (1961), Donostia-San Sebastián (1961), en St. George's Gallery (Italia, 1964), etc. Ha realizado, solo y en colaboración con otros artistas, los murales en los salones de la Congregación de San Luis Gonzaga y San Estanislao de Kotska, decoración de la cripta del Bar Sésamo, Hotel Wellington y otras entidades. Es buen conferenciante y agudo polemista. En 1970 se exponen obras suyas en la Exposición de Artistas Vascos del Instituto Nacional de Arte Moderno de México. Desde estos años es ya un clásico de la pintura vasca presente en toda buena colección que se precie cómo tal. Sobre su poderoso hálito humanista comenta Vicente Aguilera: "¿Qué representa Agustín Ibarrola en la pintura española de hoy? Ibarrola es una respuesta, una contestación positiva, un recio gesto afirmativo ante las interrogaciones de la realidad. Su obra (experimental en el "Equipo 57", combativa con "Estampa Popular", plasmadora luego de una verdad y de un lenguaje), siempre ha tenido el mismo nervio ético, idéntica vocación humanista. Las búsquedas de ayer -legítimas y necesarias- han desembocado ahora en esta pintura poderosa, nutrida por la fuerza legendaria del pueblo vasco, tipificada por la base de un país industrial y de unos hombres concretos, vivos, crecientes. En el arte español de nuestro momento, es el pintor que universaliza -con potencia y maestría- temas y problemas determinantes en su entrañable Vasconia. Su aportación realista tiene hondas las raíces, claro el lenguaje y alto el contenido. Ibarrola es un formidable artista".

Sobre su etnicismo sui géneris dice Antonio Bilbao: "Agustín Ibarrola se inserta decididamente en la Pintura Vasca, o en la manera vasca de hacer pintura. Sus tipos humanos; sus azules, sus grises y sus negros; sus altos hornos y sus flotillas pesqueras; su amor preocupado por las vidas humildes, le hacen entroncar de pleno derecho con Aurelio Arteta. Pero Ibarrola no se limita a una condición de mero seguidor o epígono, sino que trae a la Pintura Vasca una aportación muy personal. Siguiendo la tendencia ya notada por Zuazagoitia -iniciada en Arteta- de "liberación de lo etnográfico", Ibarrola, con sus dos grandes preocupaciones, la humana, social o de fondo, y la formal de un gran rigor -y vigor- en la composición, hace una pintura que, sin dejar de ser vasca hasta los tuétanos, adquiere más vastas dimensiones. La interacción "fondoforma" (nunca se sabe bien cuándo uno de los dos términos del binomio es causa, y cuándo es causado), hace surgir en la pintura de Ibarrola un mundo sólido coherente, en el que la herramienta presta su perfil al hombre, en el que las sirenas humeantes gritan y protestan como si tuvieran alma, en el que los convertidores y las lingoteras parecen velar maternidades emocionadas. Pintura que por su fuerza pide los grandes espacios murales, más bien que el caballete". Y sobre su sentido social, Tomás Lloréns: "En tanto que fundador de "Estampa Popular", ha sido uno de los definidores de esa corriente realista, que es en estos momentos una de las más válidas aportaciones españolas al arte occidental. En este sentido, su pintura es quizá la que ha aportado unas soluciones más convincentes al problema fundamental de esta corriente: encontrar un lenguaje plástico adecuado a la expresión de los contenidos psicológicos, que derivan de la lucha por la construcción de la Historia en nuestro tiempo, válido para nuestro tiempo y sin utilizar soluciones de segunda mano, procedentes de los recursos expresivos de otras corrientes de vanguardia".

Ángel SAGARDIA