Concept

El modelo histórico de alfabetización vasco

No podemos hablar de un proyecto alfabetizador en euskara. Los textos escolares que utilizan el euskara son para facilitar el aprendizaje del castellano o del francés. La existencia de números catecismos, sugiere la posibilidad de una alfabetización en euskara de lectura. Respecto a la escritura no existe una normalización en cuanto a su grafía, dependiendo de la escritura española y la francesa. Se mantiene el nivel oral de su uso en contextos familiares y comunitarios. La Iglesia, a través de catecismos y sermones, propaga ciertas prácticas de uso. El uso del euskara era reprimido en las escuelas a partir de las visitas de inspección. Paralelamente a la pérdida progresiva del euskara se aprecia un ascenso en la alfabetización en castellano y francés. No podemos hablar de una cultura política sobre reivindicación del euskara como lengua de uso. Es cierto que se ponen los cimientos de una construcción ideológica de la identidad vasca.

Esta etapa, desde un punto de vista sincrónico, viene marcada por la correspondencia entre el modo de alfabetización literaria dadas las características de desarrollo en el aprendizaje de la lectura y la escritura, los métodos y la tipología de los grupos, los usos del euskara donde la represión y la escasa presencia pública de la lengua vasca denotan su carácter clandestino. También el código ideológico, que hemos denominado residual en sus últimos años define su carácter restringido. No obstante, ya se observan nuevos planteamientos respecto al papel de la lengua y la cultura vascas desde una perspectiva de movilización política. El surgimiento de las primeras ikastolas irá poniendo las bases de la escolarización y consecuentemente sentando la posibilidad de una alfabetización de la población infantil, que en este período será mayoritariamente vascoparlante.

La correspondencia de los tres elementos analizados, desde el punto de vista sincrónico, viene determinada por los cambios políticos y sociales de esta época y que significan una expansión del fenómeno alfabetizador. El paso de una sociedad del silencio a una sociedad donde la calle se toma como lugar de reivindicaciones populares, repercutirá de forma favorable sobre el proceso de alfabetización, de ahí que denominemos esta etapa como de alfabetización expansiva. Es esta demanda la que posibilitará el incremento del número de estudiantes del euskara. La denominación de modo de alfabetización crítica obedece precisamente a esta crisis de crecimiento positivo, sin que en ese momento puedan preverse sus consecuencias, dado el aumento del alumnado, el surgimiento de instituciones, la introducción de nuevos métodos de enseñanza y campañas populares de alfabetización. De la misma forma, los usos del euskara se irán extendiendo por todo el tejido social, mientras que las ikastolas estarán afianzándose como una red competitiva con las otras redes escolares, pública y privada. Ese momento de crisis se plantea también en las redefiniciones del código ideológico, entre un nacionalismo tradicional y otro radical que comienza a tomar cuerpo y que reivindica la construcción nacional fundamentándose en la lengua.

La calificación de alfabetización institucional para este último periodo, se debe al carácter que van tomando todas las iniciativas alrededor de la alfabetización. Esta cuestión puede apreciarse desde las propias instituciones de enseñanza, como a la presencia del euskara en los medios de comunicación. Dicha institucionalización no es por lo tanto característica de la acción de gobierno debido a la nueva situación autonómica, sino que afecta a todos los ámbitos sociales. Por otra parte, el proceso de escolarización a través de las ikastolas, tendrá que compartir la alfabetización primaria en euskara con las otras redes escolares, aunque entrará en franca competencia con ellas. Asimismo, la denominación de modo de alfabetización instrumental obedece a la nueva función social que comienza a adquirir el euskara en una sociedad que cada vez más demanda unas credenciales académicas (la obtención del EGA) como un valor instrumental. Los usos del euskara, en correspondencia con este modo de alfabetización irán extendiéndose, privilegiando la eficacia y cierta normalización social. Es precisamente en este proyecto de normalización donde se manifiesta una confrontación en el código nacionalista con diferentes proyectos, ante la inoperancia de la institucionalización en el proceso de normalización lingüística. Surgirá un fenómeno nuevo, como es el de la no correspondencia entre el mayor conocimiento del euskara, frente a un uso más restringido, incluso en ámbitos euskaldunes.