Fundación
En 1905 se propuso a la Diputación Foral la fundación de una Caja de Ahorros Provincial, tal y como venía funcionando la de Gipuzkoa, sin embargo no fue hasta el 17 de enero de 1918 cuando se aprobó su definitiva puesta en marcha, iniciando sus actividades el 1 de febrero de ese mismo año. El ejemplo de Gipuzkoa, donde el ahorro aportaba importantes beneficios a la provincia (véase CAJA DE AHORROS PROVINCIAL DE GUIPÚZCOA) estuvo en el punto de mira de las autoridades alavesas, quienes pretendían extender igualmente el campo de acción de esa Caja a la totalidad de Álava. Además, lo mismo que ocurriría en 1921 en Navarra y Bizkaia, hubo otro detonante para su apertura: la implantación del seguro obligatorio de vejez (véase SEGURIDAD SOCIAL y CAJAS DE AHORRO EN VASCONIA). Su primer nombre oficial fue el de Caja Provincial de Ahorros y Préstamos de Álava y Caja de Previsión Social Alavesa, denominación que obtuvo tras el Real Decreto de 26 de agosto de 1921 en el que se le reconocía como Caja Colaboradora del Instituto Nacional de Previsión (I.N.P.), lo que le permitió gestionar en exclusividad los seguros sociales que se fueron implantando en régimen de colaboración con el I.N.P.
La Diputación se comprometió a garantizar todas sus operaciones, incluso las de los seguros, pese a que en este último punto hubo algunas controversias. En sus primeros años su domicilio social estuvo instalado en el Palacio de la Diputación Provincial, trasladándose a una sede propia en 1933, situada en la entonces Plaza de la República. Siguiendo el ejemplo iniciado con los miqueletes por la Caja guipuzcoana, la Diputación prestaría la colaboración de los miñones (véase MIÑONES) para el funcionamiento de las sucursales rurales de la Caja. Su primer presidente fue Dionisio Aldama, que presidía la Diputación en el momento de creación de la misma, y su primer director Gregorio González de Suso.