Estas Cajas han sido las últimas de la Federación Vasco Navarra en llegar a la fusión. No se puede decir que lo hicieran en el mejor de los momentos, debido a la crisis económica que comenzó precisamente el segundo semestre del año 2000 que, iniciado con la esperanza del mantenimiento de la bonanza económica de los noventa, vio cambiar la situación a peor según pasaban los meses. El temor a un aumento de la inflación, la volatilidad de las bolsas y los indicios de la desaceleración económica en los Estados Unidos, produjeron un efecto de contagio a otras áreas económicas, entre ellas la europea que se suponía que podría resistir. Debido a esa situación general, los depósitos a plazos aumentaron, lo mismo que los fondos de pensiones y seguros, mientras que los fondos de inversión disminuyeron un 20,2% con respecto al año 1999. Los resultados después de impuestos fueron inferiores a los previstos, 8.843 millones de pesetas, un 26,51% menos que en 1999. Si a ellos se suman los obtenidos por las entidades filiales de la Caja Navarra que forman su Grupo Financiero supondrían un total de 9.227 millones de pesetas, un 24,32% menos que el año anterior. Pese a esos resultados adversos, los beneficios se juzgaron positivos, debido a la situación económica general y al canon que hubo que pagar por un proceso de fusión realizado en circunstancias económicas difíciles. Al terminar su primer año de vida tenía 1.369 empleados; 210 oficinas en Navarra y 22 fuera de ella; 318 cajeros automáticos y 9.326 conexiones a Clavenet.