Lexicon

CABALLO

La visión de este animal, tan estimado por nuestros antepasados, determinó algunas formas de expresión o símbolos de su vida espiritual. En efecto, es en forma de caballo como son representados ciertos genios subalternos o personajes que figuran en ciertos relatos mitícos del pueblo vasco. Así, en la región de Tardets existe la creencia de que de la caverna de Laxarrigibele, situada en una estribación de Ahuski, cerca de Alzay, sale un genio de figura de caballo blanco que una vez secuestró a un mozo de aquella comarca, flojamente integrado en su medio social. También fue secuestrada una hija de Etsoinberri -caserío de Berástegui- por el genio de la sima de Obantzun que se le apareció en figura de yegua. También una hija del caserío Irari o Irabi de Amézqueta fue llevada a la caverna de Marizulo (Aralar) por un genio de figura de caballo blanco. A un pastor que apacentaba su rebaño en los pastos de Putterri (sierra de Aralar) se le apareció un hombre montado sobre un caballo blanco y le preguntó dónde estaba la caverna de aquella montaña. El pastor se la señaló. El caballero le dio en recompensa una moneda de oro y se marchó. La moneda, en manos del pastor, se convirtió en polvo. Sobre el desfiladero de Artzate (Atáun), entre las contrapuestas peñas de Gurutzegorri y Aspildi, cruzaban de noche el espacio incontables caballos de fuego, al nivel de Sugaarzulo «caverna del Culebro» allí abierta sobre el abismo y a la vera de una estrecha senda que atraviesa la peña, donde en otro tiempo se dejaba ver un misterioso personaje en hábito de monje. El mismo espectáculo de caballos de fuego se veía también de noche sobre el vecino monte de Igartu, donde hoy se hallan las ruinas de un viejo caserío. El pastor de Aizaarte-saaltse estaba un día ordeñando sus ovejas en su sel de Agaoz (montaña en las estribaciones del Aralar). Súbitamente se le presentó un caballero montado sobre un caballo de fuego y le preguntó a ver dónde estaba el camino que conducía al santuario de San Miguel. Asustado el pastor, se santiguó. Al instante se ocultaron el caballo y caballero, precipitándose en la sima de Ubedi. Estos caballos de fuego Suzko-zaldiak, como también [Txekorgorri, Aatxegorri, Txaalgorri, Beigorri, Zezengorri] que entran y salen de las cavernas donde habita Mari o su marido Sugaar, fácilmente son considerados como representaciones de estos genios o como sus subalternos.

José Miguel de BARANDIARAN