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Burutain

Burutain presenta hoy en día dos núcleos o barrios separados por el río. El primero de ellos se encuentra en torno a la iglesia y siguiendo el trazado de la carretera, mientras que el segundo se ha desarrollado de manera tardía junto a la venta, razón por la que recibe el nombre de Bentaldea. En este último y junto al cruce con la carretera se levantan dos edificios de cierto empaque, aunque han sido profundamente remozados. Uno de ellos es la propia Venta de Burutain, un bloque de planta rectangular y tres alturas, con tejado a cuatro vertientes proyectado con gran alero. Los muros son de mampuestos, aunque tan solo pueden verse en la planta baja, puesto que por encima van enlucidos. Esquinas y enmarques de los vanos dejan ver sillares de mejor estereotomía. El otro edificio presenta similares planteamientos, aunque con menos cantidad de ventanas, y con una galería abierta en uno de los lados cortos, que deja ver una atractiva estructura de madera. El acceso consta de un arco rebajado, siendo el resto de vanos rectos.

Siguiendo el trazado de la carretera, que en la localidad adopta el nombre de calle de San Pedro, el casco urbano se inicia con una placita en la que encontramos varios edificios reseñables. Uno de los frentes va ocupado por dos casas recientemente remozadas. Presentan muros de mampostería enlucidos en parte, y vanos rehechos. Se ha remetido un escudo barroco, de sabor popular, en el que se representan las armas del viejo palacio de cabo de armería de Burutain (LARN nº 572), cuyo campo va ocupado por un creciente volteado y jaquelado. Otra casa presenta un aspecto más genuino, con fachada enlucida, en la que se exceptúan esquinas, enmarques de los vanos y un amplio paño triangular en torno a la puerta. Ésta consta de arco de medio punto, con quince dovelas estrechas sin moldurar. El piso noble lleva tres ventanas rectas, de pequeño tamaño, y corona un desván abierto por un tragaluz. Otra casa, formando ángulo con la anterior, ocupa otro de los lados de la plaza. Presenta planta rectangular muy alargada, y muros enlucidos perforados por pocos vanos, que son rectos a excepción de la puerta, de medio punto.

Al otro lado de la carretera se alinean dos casas de mayor empaque. Tienen plantas muy desarrolladas, muros enlucidos con cadenas de sillar en los lugares acostumbrados, y grandes tejados con los caballetes paralelos a la fachada, proyectados con aleros airosos. Una de ellas, con fachada retranqueada, tiene puerta rematada con dintel adovelado, estando el resto de los vanos muy alterados. La otra casa se plantea en tres alturas, con planta baja abierta por un arco de medio punto con las dovelas sin moldurar, y flanqueada por dos tragaluces. La primera planta se abre con tres ventanas rectas, y por encima hay una balconada que cruza la fachada.

Más adelante nos encontramos con la casa abacial, que es un imponente ejemplo de caserón dieciochesco. La fachada compone un conjunto de cuatro alturas, con muros enlucidos que salvan cadenas de sillar en esquinas y enmarques, y tejado con gran alero. Los vanos, de reducido tamaño, son originales. En planta baja se abre una puerta con dintel adovelado, flanqueada por dos ventanas, las dos plantas siguientes alinean tres ventanas, mayores en el piso noble, y corona el desván con un tragaluz. Sobre el acceso, una inscripción inacabada reza: "ESTA CASA SE HIZO AÑO 1867/ SIENDO ABAD...". Esta fachada tiene una ampliación lateral, que aloja una balconada de madera y un arco de medio punto que abre el paso al atrio de la iglesia. Continuando calle arriba encontramos dos casas alineadas que repiten modelos ya reseñados, y que se encuentran en magnífico estado de conservación. Una de ellas, junto a la iglesia, adorna su fachada con una hermosa balconada con estructura de madera, y sobre el arco de entrada, de medio punto, la inscripción: "ESTA CASA LA IZIERON AZER/ SIENDO AMOS LORENZO DE/ ORAIEN Y JUAN MARTIN DE/ BARAIBAR EN EL AÑO DE 1796". Hacia el final de la calle hay otros dos edificios similares, uno de los cuales, con larga balconada cruzando su fachada, ha visto eliminado su clásico enlucido en una intervención llevada a cabo en la segunda mitad del siglo XX.

Volviendo a la placita del comienzo, encontramos una empinada calle que recibe el nombre de Mendigain. En ella hay varias casas muy remozadas, aunque se ve un interés por respetar los usos arquitectónicos tradicionales. Llevan plantas adaptadas al terreno y muros enlucidos, en los que con frecuencia se han abierto vanos amplios y galerías imaginativas. A pesar de lo dicho, la calle se abre con una casa en precario estado de conservación. Su fachada presenta muros de mampostería que han perdido su enlucido, y tejado a doble vertiente con potente alero. Los vanos son rectos, incluyendo un portalón adintelado adovelado. Sigue una casa a cuya fachada se ha adosado un cuerpo bajo, pero que por lo demás repite modelos ya reseñados. Otro edificio presenta fachada en uno de sus laterales, con arco de medio punto sin moldurar, y clave en la que se ha labrado una cruz patada y la inscripción "AÑO 1722".

Parroquia de San Pedro. El templo tiene origen medieval, aunque en el año 1758 se reedificó en estilo barroco, aprovechando los muros perimetrales y la torre medieval. Tiene planta de cruz latina, con dos capillas a modo de transepto y cabecera poligonal de cinco paños. El acceso se encuentra en el segundo tramo, por el lado de la Epístola, mientras que en el muro opuesto se ve el cuerpo que aloja la escalera de acceso al coro. En cuanto a la sacristía, se adosa a la cabecera por el lado meridional.

Los muros son de sillería de formato irregular, algo más menudo en la parte correspondiente a las intervenciones del siglo XVIII. Se perforaron con tres ojos de buey y una ventana recta, abiertos respectivamente en cabecera, brazo sur del transepto y tramos primero y tercero de la nave, por el lado de la Epístola. El coro se levanta a los pies de la nave, con arco de embocadura carpanel.

La nave se cubre con tres bóvedas de lunetos, sostenidas por arcos fajones de medio punto. Los dos brazos del transepto llevan idéntica cubierta, mientras que el crucero recibe una cúpula de planta oval, sobre pechinas en las que se representa a los Cuatro Evangelistas, siguiendo los más nobles modelos de arquitectura religiosa. La cabecera mantiene su bóveda nervada medieval, mientras que la sacristía lleva bóveda de arista.

Al exterior, la torre medieval muestra aún su fuste, corto y macizo, a excepción de dos ventanas apuntadas abiertas a media altura y los medios puntos de las campanas en alto. La puerta es un arco de medio punto con siete dovelas cortas, que llevan rosca moldurada y apean sobre molduras clasicistas a modo de capiteles. Va protegido este acceso por un pórtico con estructura de madera, que apea sobre dos pilares.

Al interior, el presbiterio va ocupado por un retablo renacentista del segundo tercio del XVI, atribuido a Miguel de Espinal. Su traza consta de banco, dos cuerpos de cinco calles, con sagrario contemporáneo a la traza, y ático tripartito coronado por un frontón. Se articula mediante columnas de orden toscano y jónico. El programa iconográfico consta de los relieves de los apóstoles y los evangelistas en el banco, primer cuerpo con un San José moderno, San Miguel con el dragón, San Juan Bautista y Santa Bárbara, segundo piso con San Andrés, San Bartolomé, el San Pedro titular sedente, San Esteban y un San Fermín de estilo barroco. Por encima hay un Crucificado y dos bustos femeninos. Se ha señalado el parentesco de esta obra con el retablo de Badostain.

En el muro del Evangelio cuelga un Crucificado gótico del siglo XV, de anatomía algo tosca y geometrizada, así como un retablo de la Virgen del Rosario, rococó del XVIII, que custodia una talla de la Virgen del Rosario, renacentista del XVI, que perteneció al retablo mayor y es obra de Miguel de Espinal. En el muro de la Epístola hay un retablo moderno de la Virgen del Candelero, así como una pila aguabenditera con fecha de 1695. En el sotocoro hay una pila de bautismos medieval con pedestal cuadrado, fuste cilíndrico moldurado y copa gallonada decorada con rosetas y puntas de clavo. En la sacristía, por último, se custodian diversas piezas de orfebrería.

Ermitas. Junto a la carretera que lleva a Etsain y en un altozano situado a unos trescientos metros del pueblo se encuentra la ermita de San Marcos. Se trata de un edificio de gran simplicidad y reducido tamaño. La planta es rectangular, y los muros van enlucidos, practicándose el acceso por el lado de la epístola, a través de una puerta simple. El interior se ilumina por una ventanita simple abierta en el muro sur, y a los pies de la nave se levanta un pequeño coro de madera. Este conjunto se cubre con una cubierta a dos aguas sobre estructura de madera.

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JAS 2011.