Dance

Azeri-dantza

Unos quince jóvenes, con camisa o camiseta blanca y pantalón azul mahón o vaquero, portando un maskuri o vejiga hinchada y agarrados a una larga cuerda, de una longitud de veinte a venticinco metros, con dos colas, recorren el casco urbano, apareciendo y desapareciendo de la vista de la gente que participa en la fiesta, y repartiendo golpes con dichas vejigas.

Les acompaña un dantzari (danzante) con la cabeza cubierta por una cabeza y una cola de zorro. Este personaje participa en el festejo desde el año 1988, siendo una creación de Luis Telleria y ello ha contribuido a que el nombre más usado en la actualidad sea el de azeri-dantza, cuando antes lo era el de maskuri-dantza en referencia a las vejigas.

El azeri actúa libremente, "a su aire" y lleva a cabo diferentes jugarretas y fechorías como subirse a un balcón para abrazar y besar a una chica o mujer que se encuentra en el mismo o echar harina y agua a alguien con el que se cruza en su deambular. También lleva una vejiga con el que pega a la gente, pero lo hace con menos violencia y fuerza que la cuadrilla de jóvenes.

Que la azeri-dantza tenga su origen en Carnaval explica este papel irreverente asumido por el azeri y la aceptación de sus hazañas por la gente.

El juego, entre la cuadrilla de jóvenes y los demás participantes, es propio del carnaval, y el mostrar que soy más astuto y por eso te pillo desprevenido es propio del zorro.



El hecho de que antiguamente los participantes en la dantza se llevaran comestibles o hurtaran algún objeto, comportamiento propio del zorro, pudo también incidir en identificarla con el mismo y de ahí tomar su nombre.

A todos ellos acompaña un grupo de txistularis, en Carnavales disfrazados, que interpretan la melodía propia de la celebración. La distinta velocidad con que es interpretada la misma informa a los participantes de la proximidad de la cuadrilla si es rápida, o de la lejanía en caso de una lenta ejecución.

La propia estructura urbana del casco viejo de la localidad hace posible que se pueda pasar de una calle a otra o bien desaparecer en un portal y aparecer cuatro o cinco más abajo o más arriba.

Hasta hace pocos años la gente corría cuando aparecía la cuadrilla tratando de evitar los golpes; últimamente algunos jóvenes, se agarran entre sí formando una piña o pelota humana y se disponen a aguantar los golpes y en cierto modo desafían el hasta entonces único y absoluto poder del grupo de la azeri-dantza.

La diferente participación y presencia de unos y otros protagonistas parece igualarse. Se reivindica y se hace presente que todos son necesarios y protagonistas para la fiesta.

Después de aproximadamente hora y media, en la plaza del ayuntamiento los jóvenes de la azeridantza, capitaneados por el azeri, bailan la danza propia de esta fiesta y dan fin a la fiesta saltando sobre las vejigas y reventándolas.