Sociologists

Ayestaran Lecuona, José Antonio

Personalidad política e intelectual, militante histórico antifranquista de ELA-STV nacido en San Sebastián el 25 de enero de 1935, en el seno de una familia, por parte de padre, tradicionalmente dedicada a la profesión médica. Fallecido el 26 de febrero de 2017.

Hizo sus estudios escolares en los Marianistas de San Sebastián, finalizándolos en los Corazonistas. En Zaragoza, en cuya Universidad se licencia en Medicina, anuda, en los años 50, los primeros vínculos políticos con jóvenes estudiantes nacionalistas vascos y de izquierdas. En 1957 ingresa en el grupo clandestino EKIN en el que milita hasta 1959, siendo expulsado del mismo acusado de "españolazo" por sus lecturas de Ortega, Baroja y Unamuno. Durante el servicio militar, un incidente con los medios políticos franquistas estuvo a punto de valerle un Consejo de Guerra. Luego, estudia en la Escuela de Medicina del Trabajo de Madrid -ciudad en la que conoce la literatura y el movimiento comprometido del momento-, y se establece en su ciudad natal.

En San Sebastián, ejerciendo la Medicina de familia, ingresa en las juventudes nacionalistas de la clandestinidad, EGI (Eusko Gaztedi del Interior), lo cual supone una ruptura con su medio familiar, ajeno hasta entonces al nacionalismo vasco. Como nacionalista -pero heterodoxo- participa en las reuniones de la Academia Errante, grupo de intelectuales no adictos al Régimen que trabajó en la semiclandestinidad durante los años 60.

Pertenece a la Mesa Provincial de Gipuzkoa de EGI, cuando, para los días 4,5,6,7 y 8 de junio de 1962 se anuncia el IV Congreso del Movimiento Europeo creado en La Haya en 1948, movimiento de cuya sección española el PNV formaba parte desde su fundación, identificándose los delegados vascos como representantes del variado abanico de la España opositora del Interior y del Exilio. Pese a no poder concurrir por negársele el pasaporte, es el encargado por el Partido de la confección del grupo de asistentes guipuzcoanos a este evento (el célebre "Contubernio"). Como tal, y como conocedor del entorno clandestino vasco, incluye en la representación al grupo de ELA del Interior encabezado por Kepa Anabitarte "Eladio" e Iñaki Aguinaga "El Bonzo", con los que Ayestarán entrará en estrecha conexión .

Este grupo abandona, disconforme, el Congreso, en señal de protesta por la no inclusión de una "autonomía vasca inmediata", como la catalana de 1931, en caso de caída del Régimen franquista. Es en el choque que se produce en esa ciudad alemana, entre la burocracia político-sindical vasca del exilio y el grupo de "Eladio", cuando se gesta un interesante periplo de la historia de la Sindical católica vasca. Véase EUSKO LANGILEEN ALKARTASUNA-SOLIDARIDAD DE TRABAJADORES VASCOS. La ruptura entre ELA del Interior y la del Exilio tiene lugar en diciembre de 1964; surge ELA-Berri, luego ELA-MSE.

En la formación de la nueva ELA clandestina (Movimiento Socialista de Euskadi) tomarían parte varios de los descontentos de Munich: Aguinaga "El Bonzo", Ayestarán "Baroja" y Anabitarte "Eladio" entre otros. En su seno se da el primer planteamiento socialista de la cuestión nacional y se habla de ruptura democrática ya en 1964. Durante esos años ELA-MSE mantiene activos contactos con el grupo madrileño de Suarez Carreño, los gallegos de Piñeiro y el MSC catalán de Pallach y Amadeo Cuito. Desbordando políticamente al PSOE y al PNV, sin dejar de pisar su terreno, se situó muy cerca del PCE y en las atípodas de ETA, como una especie de " carrillismo vasco" (Ricardo Arregui). Una alternativa política difícil al constituirse como grupo muy beligerante frente al Gobierno Vasco en el exilio, la Alianza Sindical de Euskadi, ETA V y VI, el Felipe y los diversos comunismos a la izquierda del PCE El método de trabajo fue la publicación clandestina "Lan Deya" y las Escuelas Sociales en las que los "ideólogos" de ELA-MSE, Iñaki Aguinaga y José Antonio Ayestarán- son fundamentales. La escuela social clandestina se desarrollaba en locales de la Iglesia, que, consciente de los cambios que se avecinaban, los cede ahora a los jóvenes de izquierda. Allí se impuso la lectura y reflexión de la literatura política del momento (anticolonialista, marxista, junto a la del mundo del euskera y de la reivindicación nacionalista).

Pero, llegado un momento, la Iglesia advirtió que esta juventud se le escapaba de las manos. Lo que Ayestarán denomina sus "consiliarios de choque" aplicaron las reglas de inclusión y exclusión, no conservando ELA más que el viejo feudo del Urola (Azpeitia y Zestoa), núcleos que paso a paso se fueron distanciando del grupo "Eladio" nucleado en torno a "El Bonzo", van rechazando, tácitamente, la nueva marca MSE (centrada en Ayestarán "Baroja"), y se constituyen en fracción interna en torno al jesuita Valentín Bengoa. Sólo desde aquí se entiende la escisión de 1969, que, en dos fases, dio al traste con el grupo ELA-MSE y su proyecto político.

A) Primeramente las diferencias se refieren a la mayor o menor flexibilidad en la presentación de las posiciones políticas, la conveniencia o no del ensanchamiento de la base, diferencias de óptica en el tratamiento y enjuiciamiento del fenómeno ETA (1970, Juicio de Burgos: apoyo o no a los acusados). El grupo se rompe y, cada uno por su cuenta, bajo las siglas ELA-MSE hallamos a los denominados eladios (seguidores del inflexible "Bonzo"), por un lado, y, por otro, un grupo de orientación predominantemente pro-sindical encabezado por Alfonso Etxeberria "Tasio" con el que permanece Ayestarán. En 1973, el grupo Etxeberria- Ayestarán, inició contactos con el Comité de ELA/STV en Biarritz, aunque las conversaciones no cuajaran de momento. Por esos años Ayestarán abre brecha en Navarra creando una célula clandestina de la organización en Pamplona -germen de lo que sería luego ELA de Navarra- a la que cedió un céntrico local de su propiedad durante cerca varios años.

B) El grupo del Urola supo moverse más adecuadamente en la realidad social del momento, manejando como credenciales políticas el sindicalismo puro, el acuerdo con la burocracia de ELA de Biarritz (Leunda, Robles-Aránguiz) y, en definitiva, un acuerdo no expreso pero evidente con el P.N.V. que veía cercano el fin del Franquismo y unas posibles elecciones.

En 1974, en Asamblea celebrada en el Convento de los Padres Pasionistas de Urretxu, los "católico-solidarios" Alfonso Etxeberria, Josetxo Lizarraga y Juan Olascoaga decidieron pagar el precio exigido para la reunificación, es decir, la marginación del grupo de militantes "políticos" de la primitivo ELA-MSE que quedaba en la organización y que pretendía la conversión de ésta en un partido político con su correspondiente sindical paralela, idea constantemente cultivada por el grupo ELA-MSE Con la marginación de J. Antonio Ayestarán, Eduardo Sancho, etc. ELA aligeró el campo de posibles concurrentes del PNV y tranquilizó en el aspecto confesional a la Iglesia vasca, logrando así el placet de la derecha política nacionalista a los acuerdos de integración y reunificación de septiembre de 1975.

Tras la "voladura controlada" de los "políticos", la creación de Euskal Sozialista Biltzarrea ESB (1975-1976) y Euskadiko Sozialistak Elkartze Indarra ESEI (1976), a la muerte del general Franco, corresponde así a un reagrupamiento tardío -y frustrado- de dichos elementos. Ayestarán se halla en el grupo fundador del primero y, luego, en las listas del segundo.

En 1976 fue uno de los motores, junto a su mujer, Idoia Estornés, de la Campaña pro restitución de los Fueros vascos que desembocó en la multitudinaria concentración de Bergara del 21 de julio de ese año. En las elecciones constituyentes del 15 de junio de 1977 se presenta en último lugar de las listas de ESB de Gipuzkoa.

Como independiente de ESEI (en coalición con Euskadiko Ezkerra) es elegido, en 1979, apoderado a las Juntas Generales de Gipuzkoa. Allí, presenta y consigue, el 2 de julio, la aprobación por unanimidad de una moción que eliminaba, por belicistas y humillantes para Navarra, los históricos cañones de su escudo. Algo más tarde dimite debido a lo que considera insuficiente reacción de repudio de estas mismas Juntas (en especial de Euskadiko Ezkerra), dominadas por el nacionalismo vasco, al terrorismo de ETA Meses después, es uno de los redactores, junto con J. Caro Baroja, Eugenio Ibarzabal, Koldo Mitxelena e Idoia Estornés, del primer Manifiesto (Manifiesto de los 33, 27-05-1980) contra la demoledora actuación del grupo armado.

Activo articulista, brillante y polémico analista político, desde los 80 se le ve adoptar una actitud cada vez más distanciada de la política partidista y de los aparatos sindicales. Sin dejar de ejercer su profesión médica, se licencia en Psicología, sigue publicando artículos y pasa a dirigir el Servicio de Salud Laboral de la Diputación de Gipuzkoa. En una entrevista efectuada en el diario "Deia" el 1 de julio de 1990, el entrevistador lo califica de "veterano luchador sin hipotecas" y sentencia: " Se podrá o no estar de acuerdo con él, pero Ayestarán tiene una mente organizada". Algunos párrafos de esta entrevista:

"Los sindicatos no son hoy más que burocracias que luchan entre sí, que viven de su relación con el poder, del apoyo institucional y del presupuesto público. Son aparatos institucionales que si tuvieran que esperar al apoyo de la militancia desaparecerían. En esto no se diferencian en nada de los partidos. Sirven otra función en el teatro político pero, en el fondo, son lo mismo".

"El sindicalismo histórico es testigo de la sociedad industrial del pasado. Asistimos a lo que Touraine denomina "sociedad programada", donde el sindicalismo clásico sufre ya la competencia de auténticos movimientos de base, en contraposición a las centrales sindicales convertidas en instituciones de arriba para abajo. Hoy día los verdaderos movimientos de base, como los maquinistas de Renfe o los controladores aéreos, no actúan dentro de los sindicatos tradicionales".

"El Estatuto seguirá dando leche mientras haya Conciertos Económicos y se mantengan las transfusiones monetarias. El Estatuto no se ha agotado, se ha institucionalizado socialmente. Es decir, ha generado en su entorno grandes grupos de intereses, como los que se conforman en el mundo organizado. Y no es crítica, es bueno que así sea, Además, se ha constituido en un marco institucional dentro de unas realidades llamadas España y Europa. El Estatuto seguirá dando mucho de sí dentro de una filosofía autonomista y no dará nada de sí fuera de ella".

"La autodeterminación es en la actualidad un postulado obsoleto. Hubiera tenido sentido, en 1977, si hubiéramos salido todos unidos dentro de un bloque nacionalista como lo han hecho los lituanos. Pero en lugar de salir unidos, salimos divididos en 27 partidos y ya no tiene arreglo. El acuerdo del Parlamento vasco sobre la autodeterminación es una batalla política, una más que dura cuatro o cinco semanas. No había detrás ninguna estructura de proyecto, menos aún un background colectivo".

"...el nacionalismo ha agotado cuando menos un ciclo histórico. Si el paradigma del nacionalismo responde al derecho de cada etnia a formar su propio Estado, eso ya no es posible (...) Es preciso tender hacia una autonomía nacional cultural, sin que ello conlleve la constitución de un Estado propio, y a partir de esa autonomía nacional cultural buscar espacios de actuación más amplios. (...). Es un proyecto histórico de inserción de una nacionalidad en un espacio político multinacional. Los derechos colectivos lo son en cuanto derechos de los propios individuos de la colectividad y no como fórmulas políticas tendentes a la constitución de un Estado o entidades territoriales independientes".