Miguel Ángel Arzuaga es un buen e interesante paisajista de Oñati y del País vasco, de las décadas de los 40 y 50 del siglo XX, cuya carrera como pintor, y quizás también como fotógrafo quedó truncada por un funesto accidente de automóvil. Adscrito a corrientes postimpresionistas, con mayor asunción de fauvismo francés, gusto por los colores fuertes, desarrolla un paisaje rural y urbano, que parece desembocar en un paisaje más suelto, expresionista, y colorista, en la línea de Ignacio Echandi, Menchu Gal y Ana Mari Parra. Como buen dibujante que es, aparece como más suelto y libre en los dibujos, y más clásico en la ilustración de libros y revistas.
1945
- Aloña desde Zañartu. Óleo. Paisaje lírico postimpresionista. Pincelada larga y suelta. Arboles, casas, montaña. Paisaje rural bucólico. Canto al caserío, resumen de las esencias patrias, muy de la literatura y pintura de comienzos de siglo: Azorín, Cancionero popular.
- Catedral de Burgos. Paisaje urbano. Pincelada libre y suelta. Arboles, casas, torres de la catedral.
- Desde Zuazola. 4 Caseríos recostados bajo árboles, con montañas al fondo.
- Peñas de Urréjola. Paisaje rural, campos y caseros arando con bueyes ante 2 caseríos y las peñas al fondo. Pincelada suelta y cargada. Postimpresionismo. Manchismo.
- Paisaje Río. Paisaje rural. Caserío que se abre entre el arbolado sobre el río. Al fondo montañas. Idem técnica. Le interesa la luz, pero al servicio de la composición global de la obra.
- Degurixa. Acuarela. Borda junto al caserío y montañas. Pincelada suelta. Grises y ocres.
- Retrato de Antoni Beitia. Busto frontal de mujer joven con collar y pendientes sobre fondo neutro. Fuerza en los ojos. Pincelada suelta.
- Sol de Febrero. Pequeño caserío agazapado en nevado Aloña en un paisaje fauvista. Pincelada suelta.
- Paisaje río. El mismo tema que el anterior, con mayor perspectiva.
- Oñati desde San Martín. Casas con la torre parroquial al fondo. Grises, verdes, ocres.
1947
1948
1949
1950
1951
Comienza en esta Primera etapa a desarrollar y plasmar un paisaje rural de corte postimpresionista, en el que una pincelada ágil y suelta y un colorido suave y engrisado, crea un paisaje cercano al de Echandi y otros autores. Despunta también un cierto fauvismo. Arzuaga comienza por lo tanto como un fino paisajista, adscrito a la mejor tradición vasca de paisaje de tonos y matices que parte de Regoyos y llega hasta nuestros días.
1951
- Montmartre. Paisaje urbano de París. Calle con personas e iglesia. Pincelada suelta y preocupación por la luz.
- París Sena. Barcazas ancladas bajo los puentes: Encuadra bien el tema. Verdes, cremas y rosas. En estos temas de Paris muestra ya una cierta madurez.
- Bajando de Montmartre. Calle de Paris con casa a sus lados y al fondo. Tonos rosas y malvas interesantes. Paisajes logrados.
- Puentes de París. Puente y casa con ventanas.
- Sacre Coeur. París. Paisaje urbano muy suelto, siempre con una cierta planimetría fotográfica.
- Pont au Double.
- Gris de París. Puente y Notre Dame.
- Pont de la Tournelle. Pescadores en el Sena. Muy suelto.
1953
- Sant Ángelo. Roma. Obra ya madura. Incorpora la espátula. Colorido fauvista atrevido: rosas, ocres, azules, grises.
- Ruinas de Roma. Paisaje urbano.
- Vista de Roma. Puente con Sant Ángelo y el Vaticano. Paisaje ya con espátula, más suelto y sintético.
- Desde San Pedro. Arboles, caserío y altas montañas con luz de atardecer.
- Ponte Cesio Roma.
- Arco Triunfo Roma.
- Parroquia de San Miguel. Paisaje urbano. Vuelve a utilizar el pincel.
- Portada ermita de San Martín. Ermita entre árboles. Vuelta al pincel.
- Paisaje. Árboles y montañas. Manchista. Pincelada larga y cargada.
- Retrato de Andina Arrázola. Joven sentada, retrato frontal, de tres cuartos, con chocolatera de cobre al fondo, expresión en ojos.
Hay ya en este segundo período o momento de su creación una mayor madurez en la obra, con utilización de la espátula y mayor preocupación por las texturas y el colorido fauvista, herencia de Gauguin y de los fauvistas franceses: Matisse, Vlaminck, Derain... y en el País Vasco de Arteta, Iturrino, Bikandi, Martiarena, Menchu Gal.
1956
- Udalaitz. Paisaje rural. Realizado a espátula. Bueno. Canto a la naturaleza.
1957
- Marina. Galicia. Acuarela de rocas de costa con mar. Muy suelta y bien trazada. Ocres, violetas y azules.
- Arcocelos. Portugal. Acuarela. Paisaje urbano con torre.
- Katategi. Anoeta. Acuarela. Casita bajo montañas.
- Plaza de Oñati. Paisaje urbano trazado con espátula.
1958
- Paisaje río. Suelto y bien trazado. Manchismo.
- Matinal de invierno. Vista panorámica de Oñati, esquemática y envuelta en violetas.
- Erretxingua baserria. Caserio bajo montes. Ocres. Pintor de delicados colores.
1960
- Chopos Álava. Chopera. Acuarela. Muy suelta.
- Santa María. Vitoria. Paisaje urbano
- Flores amarillas. Jarrón con margaritas amarillas y manzanas, símbolo de la vida y de la muerte. Bodegón. Fue su última obra pintada.
- Paseo de la Universidad-Estación. Paisaje urbano.
Arzuaga es un fino y buen acuarelista, trazando con soltura finas aguadas. Otro tanto sucede con los paisajes al óleo que realiza durante estos últimos años. Son seguros y maduros.
El pintor realiza también dos autorretratos, y varios retratos de amigos, Juanito Ibarrondo, Mari Carmen con libro, pero nosotros creemos que no son lo mejor de su producción, rayando a mayor altura en el paisaje.
Mejores y más interesantes, tanto desde el punto compositivo, como resolutivo, son sus Bodegones: Mochila y botas, con botella y catalejos, Pájaro Martín pescador, Pájaro y jarra, Bodegón. Resultan acertados de composición y bien empastados de color. Es una pena que no realizara más.
Al margen de su producción datada, quedan bastantes obras, que quizás sean las más interesantes y maduras, tanto iconográficamente como pictóricamente, y que resultan las más avanzadas y novedosas de su producción:
- Aloña. Paisaje rural con árboles y montaña.
- Monasterio de Bidaurreta. Arquitecturas.
- Paisaje brumoso. Árbol y montaña. Fauvismo.
- Ángel de la Guarda II. Caserios con montañas. Fauvismo.
- Ocaso. Obra madura y plena. Realizada con espátula. Fauvismo.
- Paisaje con río. Rica de composición y de pincelada suelta.
- Balmaseda. Síntesis formal y fauvismo.
- Molino de Arantzazu. Pincelada muy suelta. Sintaxis cercana a los autores de las Bienales Hispanoamericanas, y a Echandi entre los pintores vascos.
- Araotzurruti. Uno de los cuadros más interesantes, redondos y misteriosos, salido de la mano de Arzuaga. Se mueve en la misma sintaxis que el anterior.
- Tolosa. Paisaje suelto con casas y árboles.
- Río bajo la Universidad. Óleo de buena composición y marcado fauvismo.
La mayoría de las Acuarelas demuestran una gran capacidad de observación del paisaje y de síntesis a la hora de plasmarlos. Son la mayoría de ellas de gran calidad y belleza.
- Vitoria
- Calle Soledad
- Ángel de la Guarda
- Portalón Vitoria
- Caserío
- Rincón Vitoria
- Triana desde San Martín
En todas ésta obras, Arzuaga se muestra ya maduro y pleno técnicamente, apunta maneras y modos creativos novedosos, en sintonía con el nuevo paisaje que comenzaba a crearse en todo España y en el País Vasco: Benjamín Palencia, Menchu Gal, Ana Mª Parra, Ascensio Martiarena, Gaspar Montes, Ignacio Echandi y muchos otros. Se trata de la reivindicación del paisaje, tras la Guerra civil española, de un paisaje que es madre y solar de hombres y de contiendas, y que los artistas no se atreven a plasmar por imposición de la clase vencedora, y que lo hacen por pura necesidad de pervivencia. Paisaje y retrato, que de lo otro, ya se encargarán ellos. Paisaje rural de la naturaleza y la tierra, paisaje y vistas de los monumentos y arquitecturas de la villa de Oñati. Canto y reivindicación de la tierra y de los monumentos más notables levantados sobre ella.
Aunque la pintura de Miguel Ángel Arzuaga, tanto óleos como acuarelas, no poseen líneas de cierre, característica moderna que le honra, no cabe duda que está toda ella sustentada en un dibujo fuerte y potente, que la estructura y articula, de manera adecuada y correcta.
Así lo viene a demostrar la colección de preciosos dibujos a tinta china de la Plaza de San Antón, Paseo de la Universidad, Ayuntamiento de Oñati, que poseen sus familiares, y los modernos y precisos dibujos- ilustraciones que realizó sobre Fuentes de la villa, probablemente a raíz de un artículo que su maestro Vicente Cobreros Uranga publicó en la revista Oñate con ilustraciones del médico y dibujante Agustín Ansa, y otras ilustraciones que realizó sobre personajes notables y diversos temas: José Adriano Lizarralde, Ermita de la Magdalena, Torre de Lazarraga, Hospicio de Vidaurreta, Cueva de San Elías.
En los dibujos a tinta china, se muestra limpio y preciso en el trazo y en el dominio del espacio blanco y en las manchas en negro. En las ilustraciones para revistas se acerca más a la técnica del grabado, aunque estos sean dibujos, manchándolos con gracia, y dándoles un toque más romántico y de claro oscuro. En los dibujos de Fuentes de Oñati, el concepto del espacio y del claro oscuro es casi fotográfico, muy moderno.
De las ilustraciones que realiza para el libro Florecillas de la Virgen de Aránzazu de Pedro de Anasagasti de las que siempre hablan los artígrafos, hemos de reseñar, que tanto las 7 primeras de pequeño tamaño, como las 30 a toda página, poseen un sentido clásico de la composición, el dibujo, y la mancha, tratando de imitar la técnica del grabado sobre linóleum, porque creemos que son dibujos, y en ellos se advierten dos tendencias, los de composición sencilla y reposada, y los de composición más diagonal y dinámica. El dibujante busca efectos diurnos y nocturnos, y plasma escenas de montaña, mar, urbanas, caseras, estando todas ellas cargada de buenos planos, perspectivas, escorzos, y demostrando conocer bien los recursos de la técnica del buril de los dos últimos siglos. Para nuestro gusto destacan entre todas ellas: De un mancebo varonil que cantó Maitines con primor y sustentó con primor a los frailes de Aránzazu, y De cómo la Virgen de Aránzazu podó de brujas y hechiceras el país vasco-navarro. Vuelven a destacar sus grandes dotes de paisajista, que brillan por encima de todo. La portada y contraportada de esta obra lleva una suelta y colorista acuarela del autor que así lo confirman.