Painters

Arias Yebra, Amable (2004 version)

Destacado pintor contemporáneo nacido el 29 de junio de 1927 en Benbibre del Bierzo (León), y avecindado desde su niñez en San Sebastián. Falleció en San Sebastián en 1984.

De formación autodidacta, la obra de Amable Arias, posee rasgos y características que la sitúan entre lo mejor producido en el País Vasco.

Su primera exposición individual se celebra en 1958 en la sala de arte Aranaz-Darras, de San Sebastián. Le siguen en 1962 la celebrada en el Club Guipúzcoa de San Sebastián y en 1963 la de "Espacios Vacíos" en las salas del Ayuntamiento y Museo de San Telmo, de San Sebastián. En Madrid se da a conocer en la galería Nebli en 1964. expon en 1967 en la Galeria Barandiaran, en 1971 en Galería Ikuska y en 1972 en Galería El Pez, todas en Donostia y ese mismo año también en Galería Edurne de Madrid. En 1974 expone en Bilbao (Galería Mikeldi) y en 1976 en la Galería Kayua de Zarautz. Posteriores a su muerte se organizarán numerosas expisiciones individulaes.

Hacia los primeros años de la década del 60 es elegido presidente de la Asociación Artística de Gipuzkoa, donde emprende la liquidación de las viejas formas clasicistas que allí imperan y una apertura a las tendencias modernas. Trató, asimismo, de obtener la ayuda para la Asociación del Colegio de Arquitectos, sin resultados. En 1965 se sitúa su ensayo de una Academia de Arte y Decoración de enseñanza libre del arte y teoría moderna a grupos nutridos de ambos sexos; obteniendo resultados altamente satisfactorios. Funda, junto con José Antonio Sistiaga, Paco Usabiaga, etc., las galerías Barandiarán, que cobrarían cuerpo con los grupos Gaur, Emen, Orain y Danok, que agrupan a artistas destacados de Álava, Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra. En 1966 tiene lugar la primera exposición itinerante de Arte Actual con galerías Barandiarán y el grupo Gaur. Arias concurre con el grupo guipuzcoano recorriendo las capitales vascas. En los años sucesivos expondrá en galerías Barandiarán hasta el cierre de las mismas; da a conocer sus dibujos a tinta negra y participa en las muestras promovidas por galerías Barandiarán y Santiago Díaz en las escuelas de arquitectura de Barcelona, Sevilla, Madrid, Bilbao, etc.

Su posición ante el arte, interesante para valorar su obra, puede resumirse en estas declaraciones:

"Como hombre de mi época he buscado desde la necesidad la libertad, desde un grupo homogéneo del arte: la pintura. Trato, a través de esta materialidad, la actualización de las potencias del ser. En este país, tan lleno de pequeñas cosas y pseudocultura, que difumina el paisaje y el alma del hombre tapando y encubriendo, confundiendo lo auténtico con lo mediocre y lo falso, no quisiera adoptar una postura aceptando la situación separada entre el arte, el artista y la sociedad, de aquellos grupos que con su técnica y economía se colocan de espaldas a los conflictos reales del arte, escapando a la conciencia de que el mundo material y útil se borra si enfrente no hay una corriente del espíritu que liberalice la conciencia y eleve al pueblo de la necesidad a la libertad".

La pintura de este artista ha sufrido una notable evolución desde sus primeras obras figurativas hasta las abstractas. Las primeras presentan, a grandes rasgos, una gran riqueza de colores fríos, acerados, cielos broncos, paisajes atormentados, pinceladas nerviosas, arremolinadas, las tierras descarnadas y frías de su León natal. Destacan en este período obras tales como Retrato de Mon, Casas blancas, Viña roja, Mina, Paisaje de Montearenas, Arbol amarillo, etc. La segunda etapa se caracteriza por abstracciones de colorido delicado y tenue, que atestiguan una despierta sensibilidad como en Grises y Malvas, o en dibujos pictóricos tales como El más y el menos, presentado en un Certamen de Pintura Vasca, y Cinco objetos en la acera. Ha realizado pacientes estudios de las mil posibilidades de la gota sobre el lienzo, tema que ha absorbido su atención en los últimos años.

En el reconocimiento de la obra total de Arias ha sido importante el año 2003. A la exposición de sus dibujos en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, se sumó la Exposición antológica que le dedicó la Junta de Castilla y León y que recorrió parte de la comunidad, celebrándose el acto más importante en Valladolid. Gracias a la labor de catalogación y difusión que llevaron a cabo su compañera Maru Rizo, el galerista Gonzalo Sánchez y la profesora de historia del arte de la Universidad de Deusto Carmen Alonso-Pimentel, se puede valorar mejor la obra de Arias tanto en aquellas etapas más estudiadas y exhibidas como en las menos difundidas.

La exposición que le dedicó en 2004 la donostiarra Galería Dieciséis hay que situarla dentro del grupo de obras, hasta el momento inéditas, que no se habían publicado ni expuesto. Son 26 dibujos de la serie Maquillajes y Carnavales que realizó en 1981. El título de la misma se debe a los materiales que utilizó Arias para el color de los dibujos obtenidos de sombras de ojos y barras de labios. Estos dibujos pertenecen a la cuarta y última fase, La Quimera (1971-1982) según la doctora Carmen Alonso-Pimentel, en la evolución de la obra del artista, en la que el pintor leonés retomó la pintura figurativa y la combinó con el lenguaje abstracto, fusionando ambos.

Esta fase en la obra de Arias fue la etapa de mayor libertad creativa, espíritu lúdico, imaginación y carácter positivo en su evolución como artista. Paradójicamente, en los años finales en los que estuvo apremiado por las dificultades económicas y su delicado estado de salud, Arias se sintió más libre y aunque al final de su vida no podía acudir a su estudio a pintar, no dejó de trabajar en su casa. Los dibujos que se pudieron contemplar en la Galería Dieciséis pertenecen al final de esta etapa y en ellos podemos observar una selección de las figuras y caricaturas que realizó en estos años. Una pintura lúdica en apariencia -las reminiscencias infantiles son evidentes en esta serie- pero reflexiva e irónica en el resultado, como si fuese un juego intelectual.

En estos dibujos podemos apreciar la influencia tanto del surrealismo, la cultura oriental y la Secesión vienesa, como de la obra de artistas como Kandinsky y Klee, pero también un evidente mundo propio De ahí, la constante variedad de técnicas, materiales y soportes que utilizó -el papel de hilo en estos dibujos-, y las características en el estilo de su última fase: expresividad en el gesto, vacíos en la composición, eliminación de lo superfluo y tintas planas en los fondos. De este modo evitaba caer en un estilo predeterminado y se permitía expresarse con total libertad.

La faceta de escritor y poeta de Arias, aunque poco conocida, fue muy importante para el artista leonés. De hecho, su obra poética tiene muchos puntos en común con su obra pictórica en el tono sarcástico, la valoración de la esencialidad y la defensa que hizo de la ética como estética, fusionando arte y vida. Con motivo de la exposición, el Instituto de Estudios Bercianos de León se publicó el libro Sobre el vaivén de las cortinas. Poemas y maquillajes, donde además de los dibujos de la exposición se recogen también 35 poemas, cinco de los cuales se habían publicado en un libro anterior que recogía textos de Arias titulado La mano muerta (1981). Los poemas publicados pertenecen a una serie que escribió en 1974 y que tituló De la verdad .