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Abárzuza

El caserío de Abárzuza está formado por calles de trazado irregular. Tuvo importancia comercial en el pasado por su situación en un cruce de comunicaciones. El lugar perteneció al monasterio de Santa María la Real de Iranzu, hoy en término municipal de Abárzuza. (Véase Iranzu).

Su principal núcleo de arquitectura civil se reparte en torno a la plaza de los Fueros. En el número 17 se conserva una casa del siglo XVI, construcción de sillería con fachada de dos cuerpos y remate en forma de ático. La calle Mayor alberga una variada representación de edificios también del sigo XVI con portada de medio punto en la parte baja. La calle Legarcia posee varias casas representativas entre las que destacan una correspondiente al siglo XVI, con una fachada dividida en doble cuerpo de piedra de sillería, sobre el que se alza un gran alero de madera con ménsulas talladas, gran portalón de medio punto en la parte inferior y escudo barroco de finales del siglo XVII.

Comparten esta tipología constructiva otros edificios de la misma calle situados en los números 6 y 16, aunque correspondientes a un periodo posterior. Otro de los núcleos importantes de la población se encuentra localizado en la calle de San Sebastián. En esta vía también hay varios edificios del siglo XVI, en los números 13 y 15, de apariencia similar a los anteriores; en el primero de ellos destaca la portada renacentista rematada en frontón recto. Similar a las anteriores es la Casa de los Munarriz realizada también en el siglo XVI, con escudo del XVII.

Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Edificio del siglo XVI de estilo gótico que sustituye a una construcción anterior de origen medieval. Se conserva parte de la estructura de la primitiva iglesia que dará como resultado una planta de cruz latina con una nave de dos tramos que se prolonga hasta los brazos del crucero y cabecera pentagonal. Esta estructura definitiva fue llevada a cabo en el siglo XVI por los maestros canteros Juan de Albiztur y Esteban de Areta que solucionaron una cubierta con terceletes y ligaduras con nervios mixtilíneos a lo largo de todo el perímetro de la nave y el crucero. La cubierta de la cabecera está realizada con bóveda de gallones. Todo el entramado de cubiertas está soportado a través de robustos contrafuertes laterales sobre los que nacen los arcos apuntados de la nave.

El aspecto externo de la parroquia corresponde a un sólido bloque de sillería horizontal en el que sobresale una tosca torre cuya base pudo formar parte del primitivo templo medieval. Además de los contrafuertes situados en la cabecera destacan la portada de ingreso situada en el muro del Evangelio, de arco de medio punto con grandes dovelas. En el de la Epístola se sitúa otra portada abocinada; posee como elementos característicos cuatro arquivoltas y tímpano liso. El elemento externo más sobresaliente corresponde a la torre defensiva de planta cuadrada situada a los pies de la parroquia. Como se ha señalado, su trazado original es de los siglos XIV y XV. De aspecto macizo, destaca el paso subterráneo que discurre por debajo de la misma que tiene forma rebajada y cuyos nervios soportan el peso de está sólida estructura.

El retablo mayor es obra de mediado siglo XVI realizada por Juan Imberto y su hijo Pedro, siendo su titular es la Virgen de la Asunción. En su factura se aprecian claramente las influencias italianas. Se estructura por medio de tres cuerpos divididos en cinco calles. Aparecen dos entrecalles laterales que enmarcan el conjunto con dos columnas de orden gigante. Se aprecia la traza romanista en la estructura de las calles mediante el uso de elementos clásicos y a través de la estilización de las figuras. En las calles laterales, relieves con estudios anatómicos y pliegues de estética romanista influenciada por Juan de Juni. La excepción la conforma la calle central en la que los motivos iconográficos son de bulto redondo, pero que repiten las características de los relieves. El conjunto se cierra con un ático que se aproxima a un cuarto cuerpo en el que aparece un gran Crucificado, sobre el que se eleva un frontón recto.

Del mismo periodo y autor es el retablo de la Inmaculada, de 1565. Ubicado en el lado del Evangelio, presenta un banco sobre el que se alzan dos cuerpos divididos en tres calles articuladas mediante columnas de orden compuesto. Comparte los mismos trazos decorativos que la obra mayor con grutescos y querubines, aún de raigambre plateresca, aunque entra ya en el romanismo que recuerdan a Pierres Picart, mientras que la imagen de la titular del retablo corresponde con una talla barroca del siglo XVIII. El retablo de la Virgen del Rosario es de la primera mitad del siglo XVII y de estilo manierista. Presenta cuerpo único de columnas compuestas flanqueadas por gallones, en el que tiene cabida una hornacina con una imagen contemporánea de la titular. De la misma época y compartiendo el trazado manierista, se aloja otro retablo en la zona de la Epístola dedicado a San Roque. La diferencia estriba en el orden jónico de sus columnas y con fuste en forma de canal. Destaca este retablo por guardar en sus calles imágenes romanistas de San Bartolomé, San Roque y Santa Catalina. Concluye el inventario retablístico con el Retablo de la Dolorosa situado en el lado de la Epístola. Pertenece al siglo XVIII y es de estilo rococó. Presenta un solo cuerpo estructurado por medio de columnas de orden compuesto con fuste ornamentado mediante motivos de rocalla. La imagen de la titular del retablo corresponde con una talla de la Dolorosa perteneciente al siglo XVIII.

Uno de los motivos iconográficos de mayor interés artístico que pertenecen a la iglesia se guarda en la casa parroquial. Se trata de una imagen de la Virgen con el Niño, románica del siglo XIII. En la sacristía se guarda una variada colección de orfebrería, destacando un cáliz y un ostensorio de plata del siglo XVII, así como una concha bautismal y un copón también de plata del siglo XVIII.

Ermita de Santa Bárbara. Se trata de una pequeña construcción del siglo XVI de estilo gótico tardío. De planta rectangular y nave única dividida en tres tramos. Externamente presenta lienzos de mampostería, reforzados con sillería en esquinales. Existen en la estructura exterior diversos elementos que conservan el estilo gótico de la ermita; así, dos ventanas en forma de saetera remarcadas con dos arcos conopiales. En un muro lateral se abre un pórtico apuntado.

FGN