Municipalités

Olagüe

A pesar de la distribución y organización mencionadas en el apartado anterior, podemos anotar un caserón situado en el lado izquierdo de la carretera. Se trata de un edificio de viviendas levantado según los patrones de la arquitectura tradicional. También encontramos otras casas de nueva factura o al menos muy remozadas.

Si regresamos sobre nuestros pasos hasta el arranque de la calle de Santa María, vemos que ésta se inicia tras cruzar un puente, y enseguida encontramos un recio caserón dieciochesco. Tiene planta muy desarrollada y se organiza en dos alturas más desván, bajo tejado que se proyecta con airoso alero. Los muros, sin revoques en la actualidad, son de mampostería concertada, que evoluciona a sillería en esquinas y enmarques de los vanos. Todos los huecos son rectos, a excepción del medio punto de la puerta. En el muro de una fachada lateral encontramos un escudo de gran tosquedad, trabajado con una talla muy plana, y que parece evocar motivos de la ebanistería popular. Luce yelmo por timbre y un ave irreconocible en la parte inferior. En el campo hay cuatro torres sobre un rostro humano muy toscamente labrado. Acompaña una inscripción en letra cursiva, de difícil interpretación.

Una callecita lateral, dotada de cierto sabor, presenta casas de menor formato, con dos o tres alturas y regular estado de conservación. Se abre con un bloque de dos alturas y muros enlucidos, al que se accede por un portalón rematado por dintel adovelado. Sigue una casa de tres alturas, en mal estado de conservación, con una balconada de madera casi perdida y un acceso de medio punto. La calle termina con otro edificio, muy remozado, en el que el acceso, de medio punto, ha sido desfigurado a golpe de maza.

Más adelante se abre una plaza, presidida por un edificio remozado, de gran formato y con un tejado muy desarrollado, a doble vertiente. Los muros van enlucidos, salvando esquinas, enmarques y un corto zócalo en la parte inferior. En planta baja se abre el acceso, descentrado y de medio punto, así como varios tragaluces y una puertecita moderna. En la primera planta hay cuatro ventanas, y por encima cinco ventanucos. En el frente opuesto de esta misma plaza hay una casa en regular estado de conservación, pero con vanos de cierto interés, que denotan la mano de un artesano hábil. Va organizada en dos alturas más desván, y los muros, hoy sin revocar, lucen mampostería concertada que en ocasiones evoluciona a un sillarejo muy menudo y someramente escuadrado. En planta baja un soberbio arco de medio punto da acceso al edificio. Va conformado por quince dovelas cortas con la rosca moldurada. La clave va decorada con una rueda en la que se inscribe una flor de seis pétalos. Encima van dos escudetes invertidos, con sendas bandas horizontales cada uno, y por debajo dos estrellas de cinco puntas. Encima de esta portada hay una ventana recta en cuyo dintel se ha labrado una estrella de ocho puntas, y a un lado un tragaluz de derrame exterior que lleva remate avenerado. Sigue la calle con casas que repiten modelos ya reseñados, algunas muy remozadas. En la parte alta del pueblo encontramos caserones de buen desarrollo en planta y adaptados al terreno, como la llamada casa Barberzarena, que protege su fachada con un contrafuerte lateral. Otra casa moderna reaprovecha elementos antiguos, como un portal adintelado y un escudo barroco muy perdido.

En el centro del casco urbano, un amplio espacio abierto va presidido por una fuente de piedra con pila rectangular, machón cuadrangular simple y remate en forma de frontón triangular. A partir de esta plaza la calle coincide en su trazado con la carretera. Aquí las casas presentan formatos muy similares, con tres alturas y fachadas situadas de forma paralela al caballete del tejado. Los muros van enlucidos, con las consabidas salvedades, y los vanos son rectos, a excepción de la puerta, que casi siempre es de medio punto. Una de ellas presenta un escudo barroco con campo cuartelado. En otra casa, una inscripción reza: "VIVA JESUS/ ME REEDIFICARON/ EL AÑO DE 1870/ SIENDO DÑS. MARTIN/ ZILVETI Y GRACIANA OSACAR". A la salida del pueblo, un caserón aislado que sigue los parámetros de la arquitectura del entorno muestra inscripción en euskara: "GORA IOSU/ ZILBETI ENEA".

Parroquia de San Juan Bautista. Aunque a buen seguro hubo un primitivo templo medieval, parece que las partes más antiguas de la obra actual obedecen al siglo XVII, si bien se registra una notable ampliación del conjunto en la primera mitad del siglo XVIII, así como una enérgica restauración en el año 1943. La planta es de una única nave, con cuatro tramos de la misma longitud, un transepto cuyo crucero es más amplio que los tramos precedentes, y cabecera recta. Dos capillas ejercen de brazos de un embrionario transepto, y la torre se adosa al muro de los pies. La sacristía se adosa a la cabecera por el lado meridional, y la puerta, situada en el tercer tramo del lado de la Epístola, va cobijada por un pórtico sobre pilares. En el muro septentrional se ve además el volumen que aloja las escaleras de acceso al coro.

Los muros son de mampostería, con cadenas de sillares en los lugares acostumbrados, y al interior van enlucidos. Para iluminar el interior se dispuso una ventana de medio punto en cada uno de los cuatro primeros tramos de la nave, por el lado de la Epístola, más un óculo en el brazo correspondiente del transepto. A los pies de la nave, por otro lado, se levanta un coro de obra.

La nave se cubre con bóveda de lunetos de tradición barroca, que afecta también a la cabecera y a los brazos del transepto, aunque el crucero recibe una bóveda de arista. Los tramos se articulan mediante arcos fajones de medio punto, que apean sobre una cornisa que recorre todo el perímetro interior de la iglesia. En cuanto a la sacristía, luce una bóveda de crucería.

Al exterior anotamos en primer lugar la torre, que como se ha señalado se levanta adosada al tramo de los pies. Su fuste tiene planta cuadrada, pero el cuerpo de campanas es octogonal, suavizándose la transición con cuatro bolas del tipo escurialense o herreriano. Las campanas se alojan en arcos de medio punto, y culmina un chapitel ochavado sobre grueso alero de ladrillos aplantillados. La puerta es un medio punto muy moldurado, sobre el que una inscripción informa: "PARROQUIA DE SAN JUAN BAUTISTA DE OLAGÜE/ RESTAURADA EN 1943/ SIENDO OBISPO DE PAMPLONA/ EL EXCMO. S. D. D. MARCELINO OLAECHEA/ PARROCO EL D. D. JOSE ARANO/ Y ALCALDE D. FERMIN CILVETI". Esta portada va cobijada por un pórtico sobre tres arcadas de medio punto que apean en pilares, y que se cubre con tres tramos de bóveda de arista en su interior.

En el presbiterio se encuentra el retablo mayor, de estilo barroco y ejecutado por Fermín de Ayanz. Su arquitectura consta de banco, un único cuerpo de tres calles, más dos calles extremas añadidas a posteriori, y ático curvo entre aletones. Se articula mediante columnas corintias. La imaginería incluye un San Juan Bautista titular, que es obra moderna al igual que las imágenes de las calles extremas, es decir el Sagrado Corazón, y la Inmaculada Concepción, y varias tallas barrocas entre las que anotamos un San Francisco Javier y el Calvario que ocupa el remate.

En la capilla del lado de la Epístola vemos un retablo barroco, obra de Sancho de Ustáriz. Cuenta con banco, un cuerpo con hornacina central y ático curvo. Entre la iconografía vemos esculturas pertenecientes a un barroco muy popular, con San José con el Niño y Santa Bárbara. Cerca se encuentra la pila de bautismos, de época medieval y perteneciente al templo original. Consta de un podio escalonado de planta circular, corto fuste cilíndrico y taza gallonada. En el brazo septentrional del transepto se encuentra el retablo de la Virgen del Rosario, obra también de Sancho de Ustáriz y de idéntica traza a su gemelo del muro meridional. Alberga una Virgen con el Niño tardobarroca, obra ya del XVIII, y un San Antonio moderno. Cerca se encuentran sendas esculturas barrocas, representando a San Fermín y a otra santa. En la sacristía se custodia un Crucificado barroco de estilo popular, así como varias piezas de orfebrería.

Ermitas. Pérez Ollo señala la existencia de tres ermitas. La ermita de Nuestra Señora se encontraba a la derecha de la carretera a Belate, y se levantó al parecer en fecha tardía, en el año 1974, en el lugar en el que se encontraba la vieja ermita de San Martín, que se menciona en el año 1585 cerca de la localidad de Urritzola.

La ermita de San Nicolás de Ezkati fue iglesia del desolado homónimo, núcleo originario del lugar de Olague, que aparece documentado en 1366 y 1418 y que, al parecer, ya se había despoblado para 1427. Hoy es capilla cementerial de la localidad de Olague, y fue renovada en el año 1973, según reza una inscripción. Su planta consta de una única y larga nave de más de diez metros de longitud, rematada por una cabecera recta a cuyo muro meridional se adosa la sacristía cuadrada. Los muros van en mampostería concertada, con cadenas de sillar en esquinas y enmarques de los vanos, y el acceso se practica en el muro de los pies, mediante una puerta de medio punto. Se cubre con tejado a dos aguas sobre estructura lígnea, y sobre la puerta se ha dispuesto una espadaña curva con una única campana. En el interior puede encontrarse un retablo romanista de principios del siglo XVII, en estado de conservación bastante precario. Su traza consta de banco, un cuerpo de tres calles y ático entre aletones triangulares. Se articula mediante columnas de orden dórico. La imaginería, obra de un artista rudimentario, consta de relieves, entre los que distinguimos a San Miguel Arcángel y a Santa Bárbara, centrando al San Nicolás titular, y otro relieve de la Virgen con el Niño en el ático.

  • CARO BAROJA, J. La casa en Navarra, Pamplona. Vol. II, C.A.N. 1982, pp. 292-294.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. al.). Catálogo Monumental de Navarra, vol. V*, Merindad de Pamplona, Adiós-Huarte Araquil. Pamplona: Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1994, pp. 83-89.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. al.). Navarra, guía y mapa. Estella: C.A.N. 1983, p. 139.
  • PÉREZ OLLO, Fernando. Ermitas de Navarra. Pamplona: C.A.N., 1983, p. 184.

JAS 2011.