Función. El mito desempeñaba en las civilizaciones antiguas la función orientadora y pragmática que en la actualidad se asigna a los principios filosóficos, a las creencias religiosas y a los postulados de la ciencia. Supuso, en su momento, un salto cualitativo de la inteligencia humana hacia niveles superiores del pensamiento. Viene a ser el paso del mercado de las realidades concretas a las aulas del primer intento de abstracción que se opera en la mente. De la percepción sensorial y somática de los objetos materiales, se pasa al dominio inmaterial del concepto a través de la síntesis que propone planteamientos generales.