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SOCIEDAD DE CORRALIZAS Y ELECTRA DE ARTAJONA

Alcantarillado y luz eléctrica.

Sin embargo, la acción más espectacular fue instalación del alumbrado eléctrico en 1902. Tras Pamplona (1887), Tudela (1894) y Tafalla (1898), Artajona fue pionera en la era de la electricidad de la región. Para ello la Sociedad transformó el viejo molino de la Recueja en central eléctrica, conduciendo la energía para uso público y para el funcionamiento de una fábrica de harinas de nueva planta (inaugurada en 1910 y que estaría en activo hasta 1977). La expansión de la actividad aconsejó que, en 1921, la SCEA comprase el salto y central sobre el río Arga de Andión, en la villa cercana de Mendigorría. La actividad siguió creciendo y la necesidad de garantizar los nuevos consumos condujo al acuerdo con Fuerzas Elétricas de Navarra (FENSA), en 1961, para la venta de la energía excedentaria que se distribuiría hacia otras localidades de la Zona Media.

En paralelo la sociedad apostó por otra dotación pública esencial para mejorar la calidad de vida y erradicar focos de enfermedades gastrointestinales. Apoyada por el ayuntamiento y la Caja Rural (núcleo artajonés del ahorro cooperativo navarro) financiaron la red de alcantarillado de la villa, que entró en funcionamiento en 1918. A final de los años cincuenta asumió el coste de la traída de aguas desde el valle de Yerri, que llegaron a Artajona en 1967. Asimismo, la SCEA ha venido realizando otras obras de carácter social, desde la asistencia a los desfavorecidos (comida en épocas de escasez, paro jornalero o necesidades médicas) a la dotación de la biblioteca escolar y donativos para funciones religiosas y festivas. En los inicios del siglo XXI sigue en plena actividad.

Joseba DE LA TORRE CAMPO (2007)