Lexikoa

PAGANISMO

Realidad sacral precristiana. Antes de introducirse el cristianismo, en el solar vasco romanizado se veneraban los dioses del panteón romano. Éstos se atestiguan a través de numerosos epígrafes relativos, entre otros, al culto de Júpiter, Mercurio, Apolo, Marte, de los orientales Sol y Magna Mater y de las ninfas (Castillo, 1992: 125). C. Castillo recuerda que la deidad más abundante era Júpiter, honrándolo con los apelativos generalizados en todo el Imperio (Optimus Maximus), además del sobrenombre Appeninus localizado en Arellano. A su vez Marte y Sol llevaban el epíteto Invictus (Castillo, 1992: 125). Paralelamente nos encontramos ante un pueblo posesor de costumbres y dioses propios. Por otra parte, es célebre la frase del geógrafo griego Estrabón, que vivió a caballo entre las dos eras, describiendo unas prácticas religiosas referidas a los pueblos montañeses del norte: Sacrifican a Ares machos cabríos, y también toros y caballos; suelen hacer hecatombes de cada especie de víctimas, al uso griego, y por decirlo al modo de Píndaro, "inmolan todo un centenar" (Blázquez, 1999: 251).

Las prácticas cultuales de los pueblos que hoy conforman Vasconia fueron toleradas por las creencias politeístas romanas, creándose frecuentemente una ósmosis, y siendo el sincretismo religioso nota destacable en el panorama religioso de estas tierras (Sayas, 1985: 41-42). De hecho, los teónimos indígenas atestiguados en la epigrafía son de una cronología temprana aunque por ejemplo, como afirma J. Velaza, la presencia de alguna de estas divinidades en el siglo II prueba la pervivencia y vigencia de cultos de tipo vasco a lo largo de la Navarra media y de las Cinco Villas (Velaza, 1995: 213). Según este autor, el proceso de sincretismo religioso (Cfr. Blázquez, 1999: 249-274; Segura Munguía, 1999: 144-145) comenzó su declinar en el siglo I d.C. y culminó en la asimilación generalizada de Júpiter, divinidad máxima de Roma (Velaza, 1998: 207). Por lo tanto, para analizar el tránsito del espacio pagano al cristiano deberemos fijarnos en las deidades romanas, ya que para las fechas en las que irrumpe el cristianismo en Vasconia el panteón indígena local habría dejado de recibir culto. La arqueología muestra que las últimas prácticas paganas localizadas en los territorios romanizados corresponden a los siglos IV y V, con ejemplos como los de los ninfeos de la seo pamplonesa, la necrópolis de la Torrecilla (Corella) o el taurobolio del Alto de la Cárcel (Arellano), por citar algunos de los más representativos, a los que hay que unir los últimos descubrimientos en la catedral de Vitoria/Gasteiz, todavía en fase de investigación.