Navarra. Tudela, a pesar de la importancia política y cultural musulmana, tiene pocos vestigios monumentales (muchos de ellos fueron destruidos, construyéndose otros en su lugar). Pero por lo que hoy podemos ver se conjetura que en esta zona se emprendieron grandes proyectos, tal vez relacionados con las obras de Medina Azahara. Destaca la mezquita mayor (en el solar que hoy ocupa la catedral) iniciada en el siglo IX y reformada en la segunda mitad del s. X. De esta remodelación, de carácter decorativo, son gran número de piezas ornamentales de la actual catedral de Tudela, como los modillones de rollo que se utilizan en los aleros y son muy visibles en el crucero. Otros restos se conservan en la Escuela de Cristo catedralicia. Todo ello se completa con obras expuestas en el Museo de Navarra. Del resto de las mezquitas que pudiera haber, no se conservan vestigios de importancia. A pesar de la carencia arquitectónica de época islámica la ciudad conserva en el casco viejo el primitivo trazado musulmán. En arquitectura civil y militar destaca la alcazaba, posteriormente modificada por los reyes navarros. En 10 relativo a las artes suntuarias lo más significativo es la "arqueta de Fitero", salida de los talleres califales cordobeses del siglo X. Bajo esta influencia en el arte, se mantuvieron durante siglos las tradicionales técnicas constructivas de los alarifes, particularmente las labores decorativas de ladrillo que pervivieron hasta los siglos XVII y XVIII, incluso hasta nuestros días. Uno de los artífices más conocido y notable fue Maese Lope de Barbicano, maestro mayor de las obras de carpintería del rey Carlos el Noble. Al empezar la ampliación del palacio de Olite, Lope fue enviado a Segovia para estudiar allí y copiarlo en Navarra, ejecutando luego los artesonados de madera de los palacios de Olite y Tafalla. También se hicieron en Tudela gran parte de las rejas de estos palacios. De cualquier modo el mudéjar tudelano tiene mayor representación en la Escuela de Cristo del claustro catedralicio: Aquí aparecen los típicos artesonados y una decoración mural esgrafiada de motivos geométricos evidentemente emparentada con los del arte aragonés. Para Gómez Moreno, la capilla mudéjar de la Escuela de Cristo pertenece al siglo XIII y retrasa al XIV la decoración de las pinturas de las estructuras de madera que la cubren. Pavón Maldonado por su parte, la data en el s. XIV. Esta capilla es un amplio salón rectangular, cubierto por una armadura de madera decorada con pinturas. Los muros, muy restaurados, cuentan con una decoración esgrafiada de rombos lobulados y mixtilíneos. En lo alto, el coro, también mudéjar, que tiene un pretil con varios paneles de celosías. En su decoración destacan los animales de abundante pelaje y estilizados temas vegetales. En el muro exterior de la capilla hay una serie de materiales reutilizados que tanto podrían clasificarse entre lo mozárabe, lo musulmán o lo románico. Otro monumento a destacar es el Palacio del Deán, finales del s. XV, donde aparecen labores de ladrillo típicas de rombos o "sebka", pero sólo conservadas en parte, pues el siglo anterior se derribó su torre. Es una magnífica construcción de ladrillo de traza irregular de dos cuerpos acabados en una galería superior de arcos, finalizados en alero de ladrillo. Por lo que respecta a los cristianos en la Tudela musulmana, debieron agruparse en su mayor parte en torno a la iglesia de Santa María la Blanca, probablemente en las inmediaciones de la Aljama Mayor, y en torno a Santa María Magdalena, cerca del puente. Antes de construirse la colegiata, esta iglesia de Santa María la Blanca desempeñó el papel de primer templo cristiano de Tudela, siendo discutible su localización en el claustro catedralicio como han supuesto algunos autores: pues la planta intermedia de la capilla de la Escuela de Cristo, tiene un estilo semejante al del crucero de la propia catedral, con lo que estas dependencias guardan relación con la obra catedralicia, y no con los supuestos restos de Santa María la Blanca que se han pretendido situar aquí.