Instrumentugilea

Echaide Lezcaso, Rufino

Una vez que el Consejo Provincial de Guipúzcoa emitió sentencia el 23 de junio de 1860 en torno a la querella entre el organista interino de Irun, José Antonio Prol, y el antiguo organista titular, Agustín Echaide (desposeído de su plaza a raíz de la Primera Guerra Carlista), decidiendo no conceder la plaza de organista de Santa María del Juncal a ninguno de los dos contendientes, el Ayuntamiento irunés convocó nuevas oposiciones.

Hubo seis candidatos: Rufino Echaide, José Antonio Santesteban, Santos Miranda, Modesto Letamendía, José Agustín Isasa y Estanislao Sancho. Como maestro examinador, fue elegido Cándido Aguayo, quien a comienzos de agosto de 1860 respondió al Consistorio irunés aceptando la función de maestro examinador y juró su cargo de maestro examinador de las oposiciones a la organistía de Irun el 3 de octubre de 1860. El incomprensible e inusual veredicto o censura de Cándido Aguayo sobre los ejercicios realizados por cada uno de los cinco candidatos, después de haber "oído y examinado con la mayor escrupulosidad y detención los ejercicios de órgano y composición hechos por los opositores, teniendo presente los extremos que abrazan facultades" va a causar un grave quebranto a la Capilla musical de Irun. Y es que Aguayo elige en primer lugar a tres candidatos (Rufino Echaide, José Antonio Santesteban y Santos Miranda), pero sin concederles una puntuación pues los tres "tienen los conocimientos necesarios y se hallan con igual mérito para obtener la plaza a que se muestran aspirantes", por lo que dejó en manos del Consistorio municipal la elección última del Organista de Santa María del Juncal, decisión que acarreará la división del Ayuntamiento.

Ante la falta de definición sobre el vencedor de la oposición al haber situado Aguayo a tres candidatos en igualdad de condiciones, surgen las primeras desavenencias. Así, el Segundo Teniente de Alcalde, Julián Rodríguez, propone "que se nombrara otro Maestro para que examinase de nuevo a don Santos Miranda, don Rufino Echaide y don José Antonio Santesteban, que figuran en primera letra, y viendo entonces cuál de estos era el mejor, se procediera a su elección" mientras que, por el contrario un grupo de concejales "manifestaron que no era necesario el nuevo examen que se proponía y que estaba en el derecho del Ayuntamiento el poder elegir a cualquiera de los que figuran en primera letra puesto que el Maestro examinador nombrado por el Ayuntamiento los ha clasificado de igual mérito, con conocimientos necesarios para obtener la plaza a que se muestran aspirantes". Ante tal disparidad de criterios, el propio Segundo Teniente de Alcalde solicita que se consulte a otras personas para intentar resolver el problema causado por la forma de examinar de Aguayo o bien que se elija por sorteo a uno de los tres elegidos "en primera letras". Ambas opciones fueron rechazadas por la mayoría de concejales del Ayuntamiento de Irun. Finalmente "se procedió a votar sobre si la elección se había de hacer por votación o por suerte". Salió como más votada la primera alternativa, ante lo cual, un grupo de cinco concejales abandonó la sesión municipal pese a la prohibición expresa del Alcalde. Efectuada la votación, sin la presencia de los cinco concejales ausentes, fue elegido Rufino Echaide, al que le favoreció su ascendencia irunesa y el hecho de haber sido hijo de un antiguo Organista de la Capilla musical de Santas María del Juncal.