Kontzeptua

Danzas de Laguardia

El conocido en Laguardia como "el revolteo de la bandera" se encuadra en las fiestas patronales de San Juan (24 de junio). Desde primeras horas, los danzantes van recogiendo en sus casas, uno a uno, a los componentes de la corporación municipal. Reunidos en el Ayuntamiento, proceden a bajar con gran ceremonial la medieval enseña de la villa y de las manos del alguacil, éste la deposita en las enguantadas manos del síndico. Enseña local no se doblega ante nada o nadie a excepción de los poderes divinos.

Siempre mantenimiento un orden establecido (cachimorro, danzantes, gaiteros, músicos y ayuntamiento en pleno con su bandera y el público en general), se dirigen en cortejo procesional a la iglesia de San Juan. Allí, es obligada la parada en la capilla de Nuestra Señora del Pilar y después de rezar una salve y santiguarse, el síndico con gran parsimonia y destreza ondea la bandera local, acabando su ritual volviendo a dejarla extendida en el suelo ante la Virgen.

Acto seguido, los danzantes encabezados por el "Cachimorro" realizan un nuevo desplazamiento, dentro de la misma iglesia, para dirigirse al altar mayor. Y frente al Santísimo Sacramento y la imagen de San Juan, el síndico repite con similar ceremonial el tremolar de la bandera, acabando de nuevo por postrar la enseña en el suelo del atrio. Curiosamente, la melodía interpretada por los gaiteros locales para esta ocasión, presenta cierta similitud con la popular marcha dedicada a San Inazio de Loiola.

Los pasacalles de San Juan y de Laguardia (también denominados "danza de los Ramos") son interpretados por los danzantes. Para ello, ocho chicos y ocho chicas en filas paralelas y abriéndoles paso el "cachimorro", se afanan en el acompañamiento del alcalde primero y luego del síndico, hasta la Casa Consistorial y una vez allí, obsequian con flores a todos los componentes de la corporación municipal y les acompañan en los actos procesionales de la víspera y fiesta de San Juan Bautista (24 de junio). En sus desplazamientos, agitan a un lado y a otro una especie de banderita a dos colores, mientras avanzan saltando sobre ambas piernas y girando el cuerpo de un lado al otro.

Hoy en día, por San Juan Bautista y en su original festividad de carácter menor de San Juan Degollado (28 y 29 de agosto), la villa de Laguardia conserva una danza de palos ("Troqueados de San Juan Degolla(d)o"), donde van pegando abajo y arriba con los dos palos pequeños que porta cada danzante y formando las clásicas calles orientadas a los puntos cardinales. En la actualidad, se ha unido al conjunto coreográfico una novedosa "Danza de arcos" que sobre la melodía popular del "Junco Verde", fue gestada en la capital alavesa y adoptada por los danzantes de Laguardia. La clásica danza de cintas o "Danza del árbol", se realiza en torno a un palo del que penden cintas, trenzándose y destrenzándose. Hoy en día se remata el ciclo con la "Jota de Laguardia".

El "Chula lai", "Marmarisola" o "La Tarara" es una danza popular que es realizada varias veces en la localidad de Paganos (cerca de Laguardia) tanto la víspera y el día del patrón San Blas (3 de febrero).

En esta danza pueden participar personas de ambos sexos y cualquier edad, formando un corro cerrado y donde todos van enlazados por las manos, alternando hombres y mujeres. Danza cantada, donde las letras aluden a sucesos o referencias a los pueblos de la zona. Algunas de sus estrofas dicen así:

La Tarara vende vino
La Tarara vende pan
La Tarara el aguardiente,
La Tarara el mazapán.

Chulalai, chulalai, chula chula chulalai,
chulalai, chulalai, chula chula chulalai.

Navaridas se quema,
Páganos llora
las mozas de Laguardia
se ríen solas.

¡Ay, que se anega la barca!
¡Ay, que la barca se anega!
¡Ay, que se anega la barca
y el barquerito con ella!
Soy viudita la más bonita,
quiero casarme y no tengo con quién.

Ni contigo, ni contigo,
sólo contigo porque eres mi bien.

Consta de tres partes coreográficas diferenciadas: la primera son una serie de giros a modo de pasacalles; a los sones de una melodía más suave, la segunda parte se caracteriza por los avances y retrocesos hacía el centro del círculo y el balanceo de las manos; y concluye con una tercera parte donde los componentes se propinan las clásicas "culadas".