Esta terrible enfermedad es conocida entre los vascos desde la edad media. Juan M.ª Apellaniz retrotrae, incluso, su conocimiento a la época romana basándose en las deformaciones observadas en los restos óseos de la cueva sepulcral de Arizti de Ereño (Bizkaia): se trata de inhumaciones de individuos adultos e infantiles acompañados de ajuar romano de terra sigillata, cuentas, objetos de metal y pequeños bronces del bajo imperio. Los huesos están deformados por perforaciones que no afectan generalmente a las dos paredes del hueso y que adoptan formas ovaladas, redondeadas y estranguladas próximas a las articulaciones. Nada se sabe sobre el período altomedieval y el tratamiento dado por la sociedad a los leprosos.