Al igual que existen rivalidades rituales, demostradas periódicamente en las celebraciones carnavalescas, las relaciones de buena vecindad se complementan, en las mismas fechas, intentando buscar un feliz desarrollo de los actos.
El caso de Ituren, sus barrios Aurtitz y Legasa, y la vecina Zubieta no es único, pero sí el más relevante y el que más hondo ha calado en ambas poblaciones: con el tiempo, se ha consolidado como un festejo en el que convergen diversión, mantenimiento de la tradición y contacto directo.
El surgimiento de esta celebración conlleva más de un ejercicio mental temporal y, sobre todo, si las fechas de celebración han sido alteradas en un momento determinado. Al parecer, el cambio surgido en la celebración de su antigua fecha, fue debido a la prohibición expresa que había sobre esta fiesta. Por lo tanto, podemos decir que los actuales, últimos domingo, lunes y martes de enero, son producto de dicho cambio.
Además, es importante tener en cuenta el componente, cada vez más en desuso, de la postulación, unido a las comidas y baile que hacían de base al Carnaval y la responsabilidad de los jóvenes en la preparación general.