Léxico

CAMA

El jergón campesino (lastai) era un ancho saco de tela burda lleno de paja o de perfolla de maíz. Cuando uno moría, éste era quemado, durante las exequias, en el camino que de la casa mortuoria iba a la iglesia. En algunas comarcas esta operación se hacía en la primera encrucijada de caminos entre la casa y la iglesia. En ciertos pueblos la quema del jergón se hacía de noche. A medida que se introdujo el uso de jergones metálicos, fue perdiéndose la costumbre de quemar el jergón del muerto, siendo sustituida por la de quemar en su lugar una gavilla de paja. Las cenizas de esta hoguera eran un anuncio y una señal que a los viandantes invitaba a rezar por el muerto. Cuando, terminadas las exequias, el cortejo fúnebre o parte de él regresa a la casa mortuoria, se detiene en el lugar donde ha sido quemado el jergón, y sus componentes se santiguan y rezan por el muerto. Donde no existe la costumbre de quemar el jergón -B. Nav. y Zub.- cuando el cortejo fúnebre vuelve de las exequias a la casa mortuoria, un vecino coloca en el portal de ésta un manojo de paja y lo enciende. Los presentes se colocan alrededor del fuego y rezan Pater, Ave y Requiem. Seguidamente entran en la casa y celebran el banquete fúnebre. Cuando, a causa de la lejanía de la casa mortuoria, el banquete se celebra en alguna posada del pueblo, es el chantre de la parroquia quien enciende el manojo de paja en el portal de dicha posada, y todos rezan agrupados alrededor de la hoguera (Doneztehiri).

José Miguel de BARANDIARAN