Llamamiento. La rebelión de Lutero contra la decadente Iglesia de Roma se inicia en 1517. La expansión del protestantismo fue posible merced a las dudas y vacilaciones que fueron retrasando la convocatoria de un gran Concilio general solicitado tanto por los reformistas como por los papales. El Papa se resistía movido no sólo por consideraciones teológico-eclesiásticas sino también políticas y de eficacia misma del tal Concilio a cuyas resoluciones dudaba se doblegaran los rebelados, que preconizaban un «concilio libre y cristiano». El Rey de Francia se oponía debido a sus guerras con Carlos V. El de Inglaterra había sido excomulgado. Finalmente, los protestantes se negaban a acudir a una asamblea en la que el Papa fuera juez supremo en materia de fe incluso sobre lo que no era dogma.