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Álava-Araba. Arte

El románico alavés presenta tres características muy acusadas en su estudio y su valoración. Es un arte rural que se desarrolla en aldeas de escaso número de habitantes, esparcidas por toda la geografía alavesa desde la Alta Edad Media, y florece sobre todo en el siglo XIII, momento en que aquellos pequeños núcleos de población adquieren capacidad económica que les permite levantar sus templos parroquiales. Ello determina la segunda característica del románico alavés: es un estilo tardío, con arcos ya apuntados e incipiente decoración naturalista en arquivoltas y capiteles. El románico presenta en Alava otra nota muy destacada: la profusión de cabeceras rectas en sus templos, acaso por la penuria de medios de los pequeños pueblos que los erigían. Todo ello lo relaciona más con el románico norteño que con las ricas manifestaciones de Burgos o Navarra, donde predominan las cabeceras semicirculares y bóvedas absidales de horno, de las que, no obstante, presenta Alava ejemplares notables. Son monumentos señeros del románico alavés las basílicas de Estíbaliz y Armentia. La primera, sede de la patrona de la provincia, Santa María de Estíbaliz, presenta planta cruciforme, triple ábside, bellísima puerta "Speciosa", con columnas reticuladas y fina decoración en arquivoltas y jambas, buena pila bautismal y espadaña de la época.

La de Armentia, antigua sede episcopal alavesa, conserva bella linterna con curioso Tetramorfos, ábside semicircular y una rica decoración en sus capiteles que nos permiten relacionarlos con lo silense, lo mismo que los relieves del pórtico; puede fecharse esta obra en los años finales del siglo XII. Toda la Llanada Alavesa es rica en templos románicos: los de Argandoña y Lopidana siguen, en las columnas reticulares de sus portadas, el prototipo de Estíbaliz. Lasarte, junto a Armentia, presenta un bello ventanal con una hermosa Anunciación e imágenes de santos en el jambaje. En las proximidades de la calzada romana de Astorga a Burdeos, después camino santiagués, econtramos restos románicos de interés en San Román de Campezo, con buena pila bautismal; en Gaceo, con ricas pinturas gótico-francesas del siglo XIII en su ábside; en Ezquerecocha; en Alegría, con el bello santuario de Nuestra Señora de Ayala; en la ermita de San Juan de Elburgo; en Gáceta; en Añúa, con interesante ábside ochavado, de características ya marcadamente góticas; en Arcaya, con pila ricamente decorada; en Matauco, Elorriaga y Otazu, con bellas portadas. En las proximidades de Vitoria, en la misma Llanada, Betoño y Durana presentan en sus accesos motivos ornamentales muy variados; Miñano Mayor, arco de entrada ya muy gótico en su elegante baquetonado; Miñano Menor, interesante bóveda; Hueto Abajo, característico ábside ochavado; Hueto Arriba, buena pila bautismal, y Mendoza, simple decoración incisa en su portada recientemente descubierta.

En el Norte de la Provincia, el románico de Cigoitia muestra relieves muy planos, con personajes y animales fantásticos, como los de la portada de Ondátegui; buenos canes en sus aleros, como en Gopegui Cestafe, e interesantes ventanales, como los de Olano y Berricano. En Zuya, la pequeña iglesia de Guillerna y la de Domaiquia, con capiteles muy relacionados con los de Ondátegui y otros de Cigoitia, marcan también hitos destacados en el románico alavés. En Urcabustáiz hallamos el templo parroquial de Belunza, con arco ya apuntado, decoración a base de grandes motivos vegetales, y bellos ventanales; Gujuli, Oyardo y Unzá, con buenas ventanas absidales y otros restos. En Ayala, Lezama, con un románico muy depurado en su ornamentación; Amurrio, con sencillo arco, ya apuntado, en el acceso de su templo parroquial; Respaldiza, con columnas reticulares, muy parecidas a las de Estíbaliz en su jambaje; Añés, con elementos de los más primitivos conservados en Alava...

El románico cuartangués ofrece caracteres muy peculiares: abundan los motivos incisos y lineales en capiteles y arquivoltas, con elementos en zig-zag, entrelazados, encestados, círculos radiados y otros temas geométricos. Abornícano, Zuazo, Jócano, Arriano, Catadiano y otros pueblos, conservan buenos restos de este estilo en portadas, ventanales y pilas bautismales, entre las que destacan las de Zuazo y Arriano. En el descenso a Valdegobía, Tuesta nos ofrece uno de los templos románicos avanzados más bellos de la provincia; en algunos elementos toca ya al gótico; así presenta arco apuntado y bóveda nervada, aunque la decoración de sus capiteles y arquivoltas, continúa aún muy enraizada en aquel estilo. Astúlez, vigía de los caminos de Valdegobía desde su castillo roquero, conserva, entre sus restos románicos, un curioso capitel con escena de navegación, y, muy cerca, Cárcamo, la ermita de San Juan, en ruta muy transitada por mercaderes y romeros. La Montaña Alavesa es muy rica en restos románicos. Las portadas de Peñacerrada, Urarte y Bernedo, marcan ya la transición al gótico; Arlucea ofrece bello ventanal en el testero de su parroquia, y Marquínez la ermita de San Juan, uno de los monumentos claves para el estudio del románico en Alava y Treviño, fechado en 1226, y sobriamente elegante en sus proporciones y en su decoración escaquelada y de acantos estilizados.

La ermita de Nuestra Señoradel Campo en Maestu, la de Nuestra Señorade Elizmendi en Contrasta, con canes labrados con curiosos motivos de la artesanía del país, la de la Virgen del Campo de Antoñana y otros monumentos menores, completan el panorama del románico en la Montaña y valles en ella abiertos. Lindando con Treviño, en el SO. alavés, la iglesia derruida de Santa María de Tobera conserva restos muy bellos y de fuerte sabor arcaico en sus capiteles historiados, impostas y arquivoltas, y, en LaRibera, la portada de la ruinosa parroquia de San Pelayo, marca un nuevo jalón en la geografía del románico alavés. Conserva la Rioja poco románico. Los pequeños templos de este estilo debieron parecer pobres a los ricos pueblos ribereños y levantaron sobre ellos, en épocas de prosperidad, grandes fábricas renacientes o barrocas.

El despoblado de Berberana conserva la portada románica avanzada de su parroquia, hoy convertida en ermita; Labastida, la ermita del Santísimo Cristo, con amplío arco de medio punto, cuyos capiteles anuncian, en la flora que los ornamenta, un claro paso hacia el naturalismo del gótico; Laguardia, en su parroquia de San Juan y en algunos restos de Santa María, muestra un arte más monumental; en San Juan, bellísimos canes, interesante óculo y buena portada con la Anunciación de María, esculturas de las más bellas que, dentro de este estilo, conserva la provincia.

MJP