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AGUILAR DE CODES

Población habitada desde antiguo, se conservan restos de lo que fue una calzada romana así como diferentes estelas, hoy guardadas en el Museo de Navarra.

Dentro de los restos del perímetro amurallado de Aguilar, testigo de su estratégica situación fronteriza y su esplendor medieval, se reparten varias construcciones de carácter civil situadas en el antiguo trazado medieval, compuesto por medio de dos únicas vías paralelas. Varios edificios del siglo XVI conservan parte de su esquema renacentista; un ejemplo se localiza en la calle Obispo Plaza. Se trata de una larga vía en la que sobresalen las casas correspondientes a los números 5 y 7. Son dos viviendas de sillería, fechadas a finales del siglo XVI, que presentan una fachada dividida en doble cuerpo. En el inferior se localiza una portada de ingreso apuntada de grandes dovelas. El número 45 aloja un edificio de características similares, modificado en el cuerpo inferior mediante una estructura formada por dos arcos de medio punto de finales del siglo XVI. Del XVIII es la casa situada en el número 44, con fachada de dos cuerpos de sillería rematados con un gran alero de ménsulas de madera talladas. Continuando la calle, se encuentra el localizado en el número 68. Se trata de una construcción palaciega de gran envergadura, cuya fachada se divide en tres cuerpos. El piso inferior presenta dos portadas descentradas sobre las que se alza el segundo cuerpo flanqueado mediante tres pequeños balcones adintelados que conservan la forja de la época.

Parroquia de la Invención de la Santa Cruz. Edificio del siglo XIV, sufrió numerosas reformas hasta el siglo XVIII. De estilo gótico, el trazado original presenta planta rectangular dividida en cuatro tramos simétricos con capillas laterales. Tras el cuarto tramo se abre un crucero de grandes dimensiones, cubierto, al igual que el resto de la nave, mediante bóveda de crucería. La cabecera es pentagonal. El alzado de los muros se efectúa por medio de arcos fajones apuntados. En el siglo XVI se le añade la sacristía a la derecha de cabecera.

Externamente se presenta como un gran conjunto de sillería en el que sobresale la torre levantada a los pies en el siglo XVIII. En sus muros laterales alberga varios elementos originales del periodo gótico; en el muro de la Epístola se encuentra abierta una portada de arco gótico apuntado decorado con tres arquivoltas. Se conservan en la misma zona otros elementos góticos, tales como una hilera horizontal de canes y un vano trilobulado del siglo XIV. En el Barroco se construye la torre siguiendo las características del periodo; consta de dos cuerpos de sillería cuadrados, que se rematan por medio de una balaustrada de piedra decorada con bolas. Sobre esta parte se alza un tambor octogonal con pilastras de orden toscano en el que se abren cuatro vanos de medio punto, así como cuatro óculos superiores. Se remata el conjunto mediante un cuerpo de menor tamaño en forma de cilindro, estructurado mediante volutas.

Retablo mayor.. Data del siglo XVIII y es de estilo rococó. Consta de banco sobre el que se alza un cuerpo dividido en tres calles. Las calles se estructuran por medio de columnas de orden compuesto cuyo fuste aparece decorado por guirnaldas y rocalla. Sobre las columnas se sitúan entablamentos cóncavos y la calle central se remata a la manera de un pequeño frontón curvo inscrito en otro abierto. El retablo está presidido por la imagen de la Virgen de Collantes, procedente de la antigua ermita de su advocación. Data del siglo XV y estilo hispano-flamenca. Otros retablos, estos del siglo XVIII, son el de la Inmaculada y el de Santa Bárbara alojados en el lado del Evangelio y el dedicado a la Virgen de la Soledad, situado en el de la Epístola. Del siglo XVII y estilo manierista se guardan varios retablos entre los que destacan los situados en el lado del Evangelio dedicados a San Pedro y la Virgen del Rosario y el ubicado en el lado de la Epístola cuyo titular es San Cristóbal. Su estructura presenta banco sobre el que se alza un cuerpo con elementos propios del orden compuesto, rematado por medio de un frontón curvo. En sus respectivas hornacinas centrales se guarda la imagen de su titular, que comparte el modelado romanista de principios del siglo XVII. En la colección de orfebrería sobresalen algunas piezas como un cáliz del siglo XVI realizado en plata de estilo bajo renacentista, así como un ostensorio realizado en el mismo material perteneciente al siglo XVIII.

Ermita de San Bartolomé. Edificio de la primera mitad del siglo XII, románico de transición al gótico. Estilísticamente relacionable con el primer grupo del románico rural navarro, como Artáiz o San Martín de Unx. De una sola nave de dos tramos y cabecera ultrasemicircular con tres ventanas abocinadas en el ábside. La cubierta, algo más tardía y que deriva de la colegiata de Roncesvalles, se resuelve mediante bóveda sexpartita con arcos fajones ligeramente apuntados y, en el caso de la cabecera, con bóveda gallonada. Al exterior el conjunto se presenta como un primitivo edificio de línea horizontal en el que la belleza reside en un cuidadoso alzado de sillería irregular, reforzado mediante robustos contrafuertes de base rectangular. Destaca la portada principal de arco de medio punto que se abre en el lado de la Epístola, con arquivolta de arista y sobre ella una moldura cóncava sobre cimacio liso. Descansa el arco en dos pequeñas columnillas de fuste liso con sendos capiteles con una magnífica labor representando aves y arpías entre follaje. Este motivo se repite en las ménsulas que soportan el tímpano, decorado mediante un relieve del Cordero Místico con libro con cita del Apocalipsis sobre crismón, adorado por dos ángeles laterales de expresión y posturas simétricas. El dintel presenta cita del Salmo V. En esta portada se puede apreciar la influencia del Maestro Esteban, así como con la portada oeste de San Pedro el Viejo de Huesca.

Las ermitas de San Cristóbal y San José son de traza moderna son sencillas construcciones de planta rectangular. La primera de ellas consta de una nave dividida en seis tramos. Ambas guardan en su interior un pequeño retablo manierista. Destaca una la de San José de estilo barroco.

Fernando GARCÍA NIETO