Îles

URIBITARTE

Ferrocarril sobre la isla. El cegamiento de la isleta de Uribitarte no sólo iba a permitir ampliar la zona portuaria de la ría de Bilbao con la construcción de nuevos muelles y tinglados de almacenamiento, sino que vino a posibilitar la prolongación del ferrocarril de Bilbao con un nuevo ramal desde Ripa hasta Zorroza, que era el lugar de carga y descarga de los grandes buques de ultramar, los cuales recalaban en este fondeadero al no poder penetrar hasta el interior de Bilbao. Este hecho lo revela el informe o «Memoria» citados del ingeniero Traverse, el cual dice que en 1866 recibió el encargo de proyectar dicho ferrocarril (es decir, a los tres años de inaugurada la línea de Bilbao-Abando), pero que tropezó con ese obstáculo de la isla, cuya desaparición venía a facilitar la construcción de la nueva línea como así fue, una vez pasada la segunda guerra carlista. Es decir, que aquella inhóspita isla de Uribitarte, donde sólo crecían cañaverales y la poblaban multitud de ratas de agua y en donde el Ayuntamiento de Bilbao tuvo instalado un polvorín, vino a convertirse en una tierra pródiga de beneficios para la ría y el tráfico comercial.