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Urbanismo y construcciones civiles

El lugar, ubicado en la zona meridional del valle de Basaburua, se levanta a un lado de la carretera, con la iglesia en alto, aunque las últimas construcciones han rebasado el límite tradicional del casco urbano, erigiéndose al otro lado de la calzada. Actualmente el pueblo se encuentra en un buen estado de conservación, con casas magníficamente arregladas y cuidadas.

En lo alto del casco urbano, a un costado de la iglesia, se levanta "Apeztegia", la antigua casa parroquial. En la actualidad está formado por dos inmuebles adosados con idéntico tratamiento y aspecto, con la única salvedad de los tejados, que tienen sus ejes perpendiculares entre sí. El núcleo original presenta planta rectangular, tres alturas y tejado a dos aguas. En altura alterna un primer nivel en mampostería, con una puerta adintelada moderna. Encima, con muros enlucidos y cadenas de sillar, se abre un balcón en la segunda altura y por encima una ventana moderna. En un nivel más alto que la propia iglesia hay un caserón de buen tamaño al que en el lugar llaman "Palacio", aunque no figurara en la nómina original de los palacios de cabo de armería del Reino. Presenta planta cuadrada y tres alturas, rematándose con un elegante tejado en pabellón sobre amplio alero. Como en el caso anterior, el primer nivel carece de enlucido, y deja ver una mampostería con cadenas de sillar, mientras que los pisos superiores conservan su revoque blanco. Las ventanas son rectas y originales en apariencia, llevando las del primer piso antepechos moldurados. La puerta, por su parte, se abre mediante un arco de medio punto, con trece dovelas largas y rosca moldurada. Corona la fachada un escudo barroco con guardalluvias también moldurado. A este bloque se adosa un cuerpo lateral que recibe igual tratamiento de los muros, pero que tiene su propio tejado, a una sola vertiente. Se abre este conjunto mediante un arco rebajado que da paso a un soportal y a unas escaleras, y por encima presenta balcón moderno y una larga galería acristalada, que en la reciente restauración sustituyó a otra de sabor más arcaico, abierta y con estructura de madera.

Descendiendo hacia la carretera encontramos, en primer lugar, dos casas adosadas pero de muy diferente aspecto. Una de ellas es un bloque moderno, aunque en su construcción se ha intentado imitar la arquitectura de la zona. Las mayores diferencias se notan en el tratamiento de los volúmenes, mucho más rico e imaginativo, y en los vanos, que son más y mayores. En cambio la casa aneja, llamada "Etxeberria", repite modelos tradicionales de la zona, con alguna ligera variante. Presenta planta rectangular y tres alturas más desván, con tejado a dos aguas con gran alero. Los muros van enlucidos salvo en la planta baja, que va en mampostería, como en otras casas del pueblo. Las ventanas son rectas, la puerta de medio punto y con la rosca moldurada, y lleva dos balcones superpuestos, que sustituyen a la balconada larga. Más adelante encontramos otras dos casas adosadas, que muestran sus fachadas en hastiales diferentes. Una de ellas, probablemente la más antigua, sigue los patrones de la zona, con planta rectangular, tres alturas y tejados a dos aguas. El tratamiento de los muros es el habitual, enlucidos y con cadenas de sillares, mientras que las ventanas son rectas y la puerta de medio punto. La fachada va recorrida por la larga balconada común en Basaburua. La casa adosada, por contra, presenta algunas interesantes variantes. Se trata de un bloque cúbico de dos pisos más ático, cubierto por un tejado a cuatro vertientes. Los muros, enlucidos, llevan cadenas de sillar en las esquinas, así como los enmarques de los vanos y los paños de muro inmediatos, por encima y por debajo, formando franjas verticales. El acceso es un arco rebajado, al que se accede mediante una escalinata semicircular. Flanquean a esta puerta dos ventanas, que se alinean con otras dos en el piso principal, que en este caso acompañan a un balcón central.

Mención especial merece la llamada casa "Borbonea", recio caserón recientemente restaurado. Tiene planta rectangular muy larga, y tres alturas rematadas con un tejado de gran desarrollo, que en fachada se presenta asimétrico debido a una ampliación lateral muy evidente. Los muros se han dejado sin enlucir, permitiendo ver una mampostería menuda con cadenas de sillar, aunque parece evidente que iban revocados en origen. Entre sus vanos, todos ellos cuadrangulares, los hay originales y también los que se han agrandado en alguna de las sucesivas reformas. Una de las ventanas lleva antepecho decorado con rostro humano y roleos. Mantiene la típica balconada recorriendo en alto la fachada. En uno de los laterales de este edificio vemos además algunas interesantes estructuras en madera, que han mantenido su original aspecto y encanto. En otro de los hastiales se abre hoy la puerta principal del edificio, en un entorno cuidado y ajardinado. Cerca admiramos otra casa, de planta cuadrada y tres alturas, que se cubre con un tejado en pabellón. Va en mampostería con las consabidas cadenas de sillar, pero reserva el enlucido para la parte superior de la fachada, por donde corre una larga balconada. Las ventanas son cuadradas, mientras que la puerta consta de un arco de medio punto.

Junto a la carretera hay otras dos casas, que repiten aspectos y características ya vistas, aunque el estado de conservación de los inmuebles no es tan bueno. Debemos llamar la atención sobre un chalet situado al otro lado de la carretera, en un entorno ajardinado y primorosamente urbanizado. Se edificó en lo que hace décadas se llamó "estilo neovasco". Muestra planta rectangular, con tres alturas más desván, coronándose con un tejado a doble vertiente y con gran alero. Los muros llevan un enlucido color crema, que salva las esquinas, los enmarques de los vanos y el primer piso, que se deja en piedra. La puerta es recta, y va cobijada por un zaguán, mientras que las ventanas son amplias y vistosas. A la altura del caballete se aprecia un entramado de madera, con la viguería a la vista, que se ha cuajado con ladrillos. Por último, en uno de los laterales, hay un porche con estructura de madera, cubierto por su propio tejadillo. El enriquecimiento de los volúmenes y la mayor amplitud de los vanos son tal vez su mayor diferencia con las casas del entorno, aparte de las derivadas del cambio de función de la casa.

Ermitas

Se cita la de Nuestra Señora del Camino, hoy desconocida, y sobre la que tanto López Sellés como Pérez Ollo apuntan la posibilidad de que sea confusión con la ermita de Urritza, de igual advocación.

Parroquia de la Virgen del Rosario

Es un edificio de carácter rural y sin demasiadas pretensiones. Su origen parece ser medieval, a juzgar por los más antiguos elementos que aún se conservan, pero ha sido intensamente reformado a lo largo de los siglos. Presenta una planta rectangular de gran sencillez, sin articulación por tramos y rematada por un muro recto. La sacristía se adosa a la cabecera por el lado de la Epístola, y con su volumen exterior se alinea un pórtico que cobija la puerta de acceso. Los muros van en sillarejo, con un enlucido muy perdido en la actualidad. Se perforan por dos ventanas rectas abiertas en el muro meridional, así como por una tercera en el muro de los pies. También a los pies del templo se levanta un coro de obra, añadido a posteriori. El templo se cubre por un simple cielo raso, al igual que la sacristía.

Al exterior hay que destacar el carácter horizontal del templo, que apenas es mitigado por la torre, de planta rectangular, que apea sobre la propia nave. Es extremadamente sencilla, va en sillarejo someramente escuadrado y remata por un tejado a cuatro aguas. En cuanto al pórtico, lleva estructura de madera sobre pies derechos del mismo material. Cobija una puerta de medio punto también simple.

Preside el templo un Crucificado barroco del siglo XVIII, algo tosco y de estilo popular. Junto a él hay una Virgen del Rosario, titular del templo, que parece tardomanierista y que puede datarse como del siglo XVII. Por último, hay que reseñar igualmente la presencia de un sagrario manierista de comienzos del siglo XVII.

En el coro se custodian algunas imágenes de culto. Así, un Santo ataviado de obispo, en actitud de bendecir, que data del siglo XIV o principios del XV, en estilo gótico. Presenta un canon alargado, acentuado además por una verticalidad derivada de la sumisión de la composición al volumen de la materia prima. Los pliegues son ondulados y suaves, disimulando algo la rigidez del conjunto. Hay también una Dolorosa y un San Juan, renacentistas del siglo XVI, así como una Virgen con el Niño de un barroco muy popular.

Joseba ASIRON SAEZ (2007)