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SOCIEDAD DEPORTIVA EIBAR

La gran década de los años 50.

El inicio de la década de los 50 coincide con el estreno de categoría. El Eibar era ya un club de Tercera, y en su primera temporada en esta división puso de manifiesto que sus aspiraciones iban más lejos. El ascenso estuvo seguido de la contratación como entrenador del donostiarra Antonio Corral, que hasta entonces había preparado al Michelín de Lasarte.

Los temores a la nueva categoría quedaron disipados en los primeros compases de la Liga 50/51. El Eibar, desde el comienzo, se codeó con los mejores y quedó campeón de grupo, cinco puntos por encima del segundo, el Alavés, lo que le dio la opción de disputar la fase de ascenso a Segunda División (todavía no existía la Segunda B). El conjunto armero fue el cuarto mejor, por lo que no obtuvo el ascenso, que fue a parar a manos del Alavés y el Caudal.

A la vista de la temporada anterior, ya en la 51/52 el club se plantea como objetivo el ascenso. Y de nuevo vuelve a acariciarlo, pues después de una temporada que tuvo como protagonistas de la cabeza de la clasificación al Eibar y al Burgos son los castellanos los que logran la primera plaza y el ascenso. Aquel año se habían comenzado los primeros contactos con la Real Sociedad y se había logrado la cesión al club eibarrés del centrocampista Galardi.

Con la misma base del equipo que en años anteriores, en la temporada 52/53 se lograba el ascenso a Segunda. Aquella campaña fue un auténtico paseo para los eibarreses, que quedaron campeones de grupo. Prueba de la facilidad para obtener el título fue que el segundo clasificado, el Sestao, logró 43 puntos, frente a los 52 del conjunto armero.

En la 53/54 el Eibar inició su periplo por la Segunda División. Un estreno que no pudo ser más brillante, pues hasta prácticamente mediada la campaña los eibarreses se mantuvieron dentro de los tres primeros puestos. De hecho, hasta la séptima jornada fue líder y hasta la octava estuvo invicto. Al final concluyó en séptima posición.

A lo largo de la siguiente temporada tampoco hubo problemas para codearse con los mejores de Segunda. En esta ocasión, el Eibar también estuvo de líder durante varias jornadas, y al término de la campaña se situó en la octava plaza.

La temporada 55/56 supuso un descenso de nivel del Eibar con respecto a anteriores años. Los inicios fueron preocupantes, pero con la cesión de Araquistain por parte de la Real, mediada la Liga, se recuperó el juego habitual y al final los azulgranas acabarían dignamente en el puesto 14.

El equipo dirigido por Antonio Corral retomó la regularidad en la temporada 56/57, y a ello ayudó en buena medida la incorporación a la ya muy compenetrada plantilla de los jugadores Chanin y Alkiza, así como del portero Félix Arrizabalaga, quien con el tiempo se convertiría en un ídolo de la afición eibarresa. Esta temporada se acabó en el puesto décimo.

Pero sería en la siguiente competición liguera cuando llegaría la crisis y se consumaría el regreso a Tercera División. Tras un inicio más que aceptable, en el que el equipo se mantuvo con positivos a lo largo de numerosas jornadas, surgió el detonante que estuvo en el origen de los posteriores malos resultados. En una decisión de la directiva, que algunos consideraron desacertada, Arrizabalaga fue traspasado al Valencia. Una circunstancia que hundió moralmente al equipo y que terminaría pagando.

A partir de ese momento, el Eibar no levantó cabeza, y ni siquiera la incorporación al final de la temporada del eibarrés Alberto Ormaetxea (años después técnico que hizo campeón a la Real) evitó que se consumara el temido descenso. Arrizabalaga no llegó a disputar ni un solo encuentro en el cuadro levantino, y volvería a la disciplina del Eibar al año siguiente.

Con este descenso de categoría se consumaba la primera 'época Corral', pues al acabar la temporada el entrenador donostiarra dejaría, por voluntad propia, las riendas del equipo.