A medida que se van formando cada una de las tres púas, el forjador los va curvando a mano poniéndolos en la posición adecuada

A medida que se van formando cada una de las tres púas, el forjador los va curvando a mano poniéndolos en la posición adecuada.
Autor: Carmelo Urdangarin, 2001