Lexique

PALEONTOLOGÍA

Era Terciaria o Cenozoico. Hemos concluido la Paleontología del Mesozoico del País Vasco citando las pistas y huellas de Dinosaurios. Ligando con este tipo de fósiles (pistas y huellas), iniciamos la descripción de los tiempos Terciarios, en cuya base aparece una formación donde estas pistas son de gran importancia. Nos referimos a la serie sedimentaria denominada facies Flysch. Estos sedimentos marinos depositados durante el final de la Era Secundaria y comienzos de la Terciaria se caracterizan, en nuestro caso, por la rigurosa alternancia de estratos duros de arenisca y otros menos duros de marga. Estas formaciones son especialmente patentes a lo largo de toda la costa guipuzcoana en terrenos del Eoceno). Esta facies es muy rica en fósiles tipo «pista». Estas pistas se originaron por el paso de animales invertebrados (Moluscos, Gusanos...) sobre el fondo fangoso del mar, formando surcos. Otras veces son pequeñas formaciones debidas también a animales análogos. Actualmente la inmensa mayoría de las pistas aparecen en relieve, en la superficie de los estratos duros de arenisca. Ello es debido a que el surco formado por el paso del animal, fue rellenado por el estrato duro suprayacente, que es el que ha mantenido la huella. Este hecho sirve para determinar el sentido de la sedimentación. Un estrato horizontal de arenisca, que lleva la pista en relieve en su cara inferior, se encuentra tal como se depuso. Si la lleva en su cara superior, está invertido y si los estratos están verticales o subverticales, la posición de las huellas nos indica cuáles son los inferiores y cuáles los sedimentados posteriormente. Las principales pistas que aparecen en el Flysch son las siguientes: Helminthoida. Es una huella en forma de meandros dirigidos, que parece formada por un Gusano Anélido. Este, al arrastrarse por el fondo, va tragando el fango orgánico del que extrae los alimentos. Al caminar se guía por el derrotero ya recorrido, pero evitando el contacto con él, o con cualquier otra pista de otro animal (fobotaxia). De esta forma aprovecha al máximo el alimento existente en una determinada superficie, a la vez que el desplazamiento es mínimo (Fig. 5A).Se trata, por tanto, de una pista de reptación y alimentación. Helminthropsis concentrica. Es una pista espiral con recorrido de entrada y salida. El animal, probablemente también un Anélido, va comiendo el fango desde fuera hacia dentro de la espiral y luego sale guiada por las vueltas de espira recién originadas, pero rehuyendo el contacto con las mismas. Helminthropsis sinuosa. Es otra pista de Anélido de recorrido sinuoso originado en forma análoga a las anteriores. Semejante a ella, pero con las sinuosidades angulosas es la pista de Palaeomeandron. Algunas de las huellas existentes en el Flysch no tienen fácil explicación. Así por ejemplo Lorenzinia (Fig. 5B) de aspecto estrellado, fue atribuida por su descubridor a la impresión dejada por una medusa. Ha sido interpretada también como la huella dejada por un Anélido tubícola en la superficie del tubo en el que vive. La huella se produciría al inclinar en distintas direcciones el extremo que saca del tubo. También ha sido considerada como la entrada de una galería vertical de un molusco. Otra huella problemática es la de Palaeodictyon, en forma de red de celdillas exagonales. El tamaño de los exágonos es muy variable ya que mientras algunos no miden más de 1 mm. otros sobrepasan los 3 cm. Otro tipo de huella, que no se encuentra en la superficie del estrato duro, sino en el interior de las capas margosas, concretamente entre los planos de separación de las mismas, es el de Chondrites (Fig. 5C). No es una pista de reptación, sino de perforación. No muestra relieve, pero destaca muy claramente sobre la roca que la contiene, por el diferente colorido de la huella. Han solido confundirse con algas, pero son también pistas, esta vez ramificadas, originadas por Anélidos. El animal va buscando alimento en el fango, tal como lo hemos indicado al hablar de Helminthoida, pero, tras perforar una pequeña galería, retrocede para iniciar otra, sin cruzar nunca las galerías antes trazadas. Independientemente de la facies Flysch, los terrenos del Terciario se extienden sobre todo en la parte meridional del País Vasco y pertenecen al Eoceno, Oligoceno y Mioceno. En el Eoceno son muy abundantes otros Foraminíferos, distintos de las Orbitolinas que hemos mencionado en el Cretácico. Se trata de los Nummulites. Estos animales poseen también un esqueleto calizo externo, consistente en un caparazón enrollado en espiral, originando una morfología semejante a la de una lenteja o una moneda (Nummus=moneda). Las vueltas de espiral están a su vez tabicadas transversalmente, con lo que se forman pequeñas cámaras, de aspectos distintos en las distintas especies de Nummulites. Vivieron en inmensas cantidades en mares poco profundos y la acumulación de sus esqueletos formó potentes calizas. Estas calizas se denominan Calizas Nummulíticas y son frecuentísimas en zonas como la parte alta de la sierra de Urbasa o en la sierra de Alaiz. A veces los esqueletos aparecen enteros, de forma más o menos lenticular, pero otras aparecen seccionados ecuatorialmente y puede observarse en ellos perfectamente la disposición de las vueltas de espira y cámaras. Es al final de este período, el Eoceno, cuando se da la segunda orogenia que afectó al País Vasco: la orogenia Pirenaica, que hace emerger de los mares al resto del mismo, con lo que, a la vez, terminan en él los terrenos de origen marino y, por tanto, los fósiles marinos. Entre los fósiles aparecen ya restos de Mamíferos de órdenes diversos. Entre los Herbívoros (Proboscídeos, Artiodáctilos y Perisodáctilos) aparecen elefantes, hipopótamos, caballos del género Hipparion y entre los Carnívoros, hienas.