Villes

Munárriz

Junto a la iglesia hay un caserón de planta cuadrangular y dos alturas, con tejado a cuatro aguas. Los muros, sin enlucir, son de mampostería menuda, con sillares en esquinas y enmarques. La puerta es de medio punto, las ventanas rectas y con antepechos moldurados, y la fachada va presidida por un escudo rococó, de la segunda mitad del XVIII, debajo del cual puede leerse: SOI DEL LUGAR/ DE MUNARRIZ/ SUS VECINOS/ I MORADORES. Hacia el extremo del pueblo se ve un recio caserón, con gran desarrollo en planta y tres alturas, bajo tejado en pabellón. Los muros van enlucidos, aunque presentan amplios paños de sillar en torno a los vanos y en las esquinas. En planta baja se abre por una puerta de medio punto y cuatro ventanas. Primera planta y segunda plantas con cinco ventanas cada una. En medio de la fachada hay un escudo rococó, con la inscripción: DE AMBROSIO MAR/ TINEZ DE LIZARRONDO/ AÑO/ DE 1790.

En una callecita estrecha hay una casa con fachada de sillería muy bien escuadrada y pisos separados por impostas lisas. Todos los vanos son rectos, incluida la puerta, y las ventanas llevan cancelas de forja. Va presidida por un escudo rococó con cartela en la que se lee: SOI DE JUAN/ FERMIN DE AZ/ CARATE I DESCEN/ DIEN./ AÑO 1755. Otra casa de cierto empaque se encuentra hoy arruinada, conservando no obstante la fachada de sillería, con puerta de medio punto, ventanas rectas y escudo rococó donde se lee: SOI DE JUAN/ JOSEF ASCAR/ ATE Y SUS EREDEROS. Otras casas repiten formatos ya reseñados. Entre ellas, no obstante, podemos destacar otro caserón de planta cuadrangular y tres alturas más ático. La fachada, enlucida, lleva paños de sillería muy buena en el entorno de los vanos, que son rectos a excepción de la puerta, de medio punto. Va presidida por un escudo rococó.

En la zona alta del pueblo vemos el edificio civil más importante y caracterizado del lugar. Se trata de la torre de Munárriz de planta rectangular alargada, con tres alturas que alcanzan unos 14 metros de alto, y que sigue las características formales de un modelo muy bien representado en la Navarra media occidental. Entre las torres de este tipo podemos citar las de Etxauri, Elío, Otazu, Arteta, Ibero, Artázcoz, Izu o Aizpún. Su estado de conservación es bueno, merced a la restauración que llevaron a cabo entre 1990 y 1995 sus tres dueños de entonces, Joaquín Otazu, Javier Lecumberri y José Antonio Ilarregui.

  • Ermitas

Pérez Ollo cita para el lugar las ermitas de San Miguel, Santa Bárbara, Santa Cruz y San Juan Bautista, de las cuales las tres primeras estarían arruinadas y desaparecidas. En cuanto a la última de ellas, se encuentra dentro del casco urbano, y fue visitada en 1797 por el obispo Igual de Soria, que mandó que se arreglase su tejado. En la actualidad se encuentra arruinada, tratándose de un edificio medieval, de principios del XIII y estilo gótico. Los muros son de sillarejo, y se aprecian aún los arranques de tres arcos fajones, que articularían interiormente una bóveda de cuatro tramos, probablemente de cañón apuntado. En cuanto a la portada, se abre en el muro de la Epístola, en su segundo tramo, y va cobijada por un arco de descarga rebajado, de tosca factura. Consta de arco apuntado, con una única arquivolta exterior del mismo perfil, y lleva la rosca moldurada.

  • Parroquia de San Martín

Se trata de un templo gótico del XIV, aunque quedan vestigios de otra fábrica anterior, románica. La planta consta de una única nave, dividida en tres tramos iguales, más la cabecera, poligonal de cinco lados. El acceso se sitúa en el lado de la Epístola, en su segundo tramo, y va cobijado por un pórtico. En el muro frontero vemos los volúmenes adosados para albergar las escaleras de acceso al coro y a la torre. Dos capillas, simétricamente dispuestas en el tercer tramo, hacen las veces de transepto embrionario, mientras que la sacristía, de planta irregular, se adosa al lado sur de la cabecera.

Los muros son de sillería de buena factura, y muestran al exterior un recrecimiento, realizado sin duda con fines defensivos. Se perforan por una ventana, abierta en el eje de la cabecera, hoy cegada, así como dos ventanas, abiertas también en la cabecera, en el lado de la Epístola. Una es románica, de medio punto, y la otra gótica del XV, geminada, con arquillos trilobulados y mainel central. A los pies de la nave se levanta un coro gótico, muy remozado, con arco de embocadura escarzano. En la capilla del Evangelio se instaló una tribuna gótica, del siglo XV, sobre arco de embocadura rebajado y bellísimo antepecho de piedra, recto, dividido en cuatro cuadros de celosías, calados con motivos vegetales muy geometrizados, propios de la época. Bajo este antepecho hay un pequeño zócalo, muy decorado también, en donde puede leerse: ESTA OBRA FUE ACABADA EN EL MES DE MARÇO DEL AÑO DE LA INCARNACION DE JESUCRISTO. MIL CCCC IXXXI.

La nave se cubre con cuatro tramos de bóvedas de crucería simple, más una bóveda de cinco paños en la cabecera. Las claves van decoradas con relieves que representan temas como el Juicio de Santa Catalina, un ángel, la Asunción, el Agnus Dei y la Coronación de María. Los nervios confluyen en ménsulas y capiteles con decoración figurativa, que representa diversas figuras portando filacterias de gran tamaño. Las capillas del transepto llevan también crucería simple, y el sotocoro bóveda de nervios con tracerías mixtilíneas. Como se ha dicho, sobre el trasdós de las bóvedas hay un espacio transitable destinado a usos defensivos.

La torre procede del templo original y, aunque sobresale poco del nivel de la nave, constituye un cuerpo de cierto empaque, ciego y macizo, rematado en alto por los huecos de las campanas y con tejado en pabellón. El lado meridional va ocupado por un pórtico de piedra, en el que se abren dos arcos de medio punto sobre machones. La puerta propiamente dicha se aloja en un arco rebajado alojado entre dos contrafuertes. Consta de un arco apuntado, original del templo, sin tímpano y cuyo abocinamiento se salva mediante ocho arquivoltas del mismo perfil, cuya única decoración es un crismón trinitario dispuesto en una de las claves. Apean en columnitas dotadas de molduras corridas a modo de basas y capiteles. Estos llevan decoración figurativa, representando la Anunciación, la Visitación, Natividad, Adoración de los Magos, Matanza de los Inocentes y Huída a Egipto. Encima de la portada hay otro relieve representando un Calvario. Constituye un conjunto de cierta ingenuidad expresiva, pero con gran coherencia iconográfica, y tan sólo es de lamentar su mal estado de conservación.

El presbiterio va ocupado por un retablo neoclásico, dedicado a la Expectación de Nuestra Señora, ejecutado a principios del siglo XIX por Juan José Vélaz y Francisco Sabando, con imaginería de la misma época a excepción del Calvario, renacentista, así como la imagen del Padre Eterno que corona la obra, también del XVI.

En el lado del Evangelio hay un retablo bajo la advocación de San Antonio, propio del XIX, que cobija una talla del titular de estilo gótico y ejecutada en el siglo XV. Anotamos igualmente un San Sebastián del XVI. Hay también una pila sacramental románica, reformada en el siglo XIV al añadirle una galería de arquillos trilobulados.

En el lado de la Epístola se encuentra el retablo del Salvador, realizado por Pedro de Gabiria hacia 1570, en estilo plateresco. Consta de banco, dos pisos de tres calles y ático coronado por frontón triangular. Se articula mediante columnas de orden compuesto y jónico. En cuanto a la iconografía, en el banco vemos los relieves de los Apóstoles, en arquerías de medio punto. En el primer piso vemos a San Matías, San Pedro y San Bartolomé. El piso superior está ocupado por el Salvador acompañado de Santiago, y culmina el Calvario, además de un Santo Obispo y San Antonio Abad. En el mismo ámbito vemos una pila aguabenditera gallonada, del XVII.

El coro va ocupado por una sillería renacentista del XVI, decorada con cabezas de león y volutas naturalistas. En la sacristía, por último, podemos encontrar varias piezas de orfebrería.

  • ASIRON, J.: El palacio señorial gótico en la Navarra rural. Palacios de cabo de armería, torres de linaje, casas fuertes. Tesis doctoral sin publicar.
  • CARO BAROJA, J.: La casa en Navarra, Pamplona, vol. III, C.A.N. 1982, pp. 382.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C.: La escultura romanista en Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1986, pp. 50 y 226.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. alt.): Catálogo Monumental de Navarra, vol. II**, Merindad de Estella, Pamplona, Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1983, pp. 36-44.
  • PÉREZ OLLO, Fernando: Ermitas de Navarra, Pamplona, C.A.N., 1983, pp. 168.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. alt.): Navarra, guía y mapa, Estella, C.A.N. 1983, pp. 223.

JAS 2009