Las curanderas, médicos de los pobres, eran baratas o gratuitas, mas el desarollo de los procesos de brujería hizo que fueron incluídas las curanderas entre las brujas. De las brujas se decía que iban al akelarre a adorar a Satanás y así lo declaraban las torturadas. Esteban Materre en su Dotrina (1617) escribió que se las debía quemar. Al contrario el filósofo suletino Jusef Egiategi escribió:
"Me parece que el demonio no necesita criados y criadas para actuar.
Si necesitase enriquecería a brujos y brujas, y no les dejaría como mendigos.
Si es cierto que las brujas actuan, todavía, en este oficio se ve que no reciben una soldada y que no la esperan. Todas viven en situaciones vergonzosas. De aquí que, o el dueño es tacaño o que los servidores le sirven mal.¡Oh! Nunca he visto un servidor sin paga, sin embargo las brujas se encuentran así."
J. Egiategi Filosofo Huskaldunaren Ekheia 1785, II, Euskaltzaindia, Bilbao, 2011.
En los documentos de la Inquisición de Logroño se destaca el inventario del brujo Mellado de Bargota en Navarra, el material constaba de pomitos, redomas y tarros con ingüentos. La fuente de sus conocimientos eran ocho libros de magia.
En el País Vasco se quemaba el retrato de una persona para dañarle, pero también se pedía una misa con varias intenciones y durante la misa se quemaba un cirio pidiendo la muerte o la enfermedad de un adversario, eihar meza "misa de sequedad". Si se practicaron misas negras en Euskal Herria, como me contó el médico navarro Aingeru Irigarai, pero las parodias no terminaban con un sacrificio humano sino con el de un ave. Con Internet tenemos un desarollo de la magia moderna.