Politiques et Fonctions Publiques

Madoz e Ibáñez, Pascual (version de 1989)

La descomposición de la monarquía isabelina. La última etapa de la vida de Madoz coincide con la descomposición de la monarquía isabelina. Las dificultades de todo tipo, que han tenido lugar desde 1833, constituyeron un reto al régimen liberal. Unas veces fue necesario hacer frente a serios problemas económicos, otras a conflictos sociales, las más a dificultades políticas. En estas circunstancias el segundo tercio del siglo XIX español presenta como rasgo más definido de la vida política un desarrollo inestable. A pesar de todo, el sistema liberal fue capaz de traspasar la barrera de los años 50. En el verano de 1856, a la marcha de la izquierda liberal durante su «bienio» vino a sumarse el contragolpe de O'Donnell, que dejó al partido progresista casi al borde de la disolución. El 14 de julio de 1856, Madoz presentó en el Parlamento una moción de censura. Más tarde, defendió en las calles madrileñas el régimen del «bienio», al frente de la Milicia Nacional. El partido progresista quedó disuelto y disperso. Marcha de nuevo a Francia y al regresar, en 1858, había surgido en España un nuevo partido dirigido por O'Donnell, que proponía a La Unión Liberal, como una opción de centro. Los progresistas puros se situaron decididamente en la oposición. Madoz se colocó a la cabeza. En 1863 acaban los cinco años de gobierno de La Unión Liberal. La revolución de 1868 acaba con la monarquía isabelina. Hasta 1868 habían fracasado las distintas intentonas revolucionarias. En septiembre de aquel año Isabel II era expulsada de España. Poco tiempo después Madoz rechazaba en el Congreso el papel de conspirador. No estuvo en primera línea cuando la gestación de «La Gloriosa»; su presencia en la Junta revolucionaria de Madrid, en calidad de presidente, dio pie a que se le adjudicara a Madoz la iniciativa del grito «Abajo los Borbones». Poco después, Madoz abandonaba el cargo de gobernador de Madrid, alegaba motivos de salud para la dimisión. La Revolución de septiembre, en definitiva, repudiaba la monarquía liberal, para instaurar la monarquía democrática, asentada sobre el sufragio universal. El partido monárquico-demócrata, en el que se había integrado Madoz, ganó las elecciones. Entre los numerosos candidatos a la corona española figuró Espartero, que encontró en Pascual Madoz su mejor promotor. Desde finales de 1869, cuando ya se empezaba a tantear a los extranjeros, Madoz presentó a las Cortes distintas exposiciones de apoyo a Espartero para que ciñera la corona. En el mes de mayo de 1870 habían fracasado los primeros intentos de Prim de encontrar un rey para España. Fue entonces cuando, desde las esferas del gobierno, se apuntó hacia Espartero. Prim envió a Madoz a Logroño para que le entregase una carta al duque de la Victoria, en la que se le preguntaba si aceptaría la corona de España. Su contestación fue negativa. Se llegó a la votación en las Cortes, una vez que se encontró un candidato. El 16-XI-1870 triunfaba la candidatura del duque de Aosta. En el mismo día de la votación se nombró la comisión que habría de ir a Florencia, a fin de notificar al duque de Aosta el resultado del escrutinio. Entre los diputados que marcharían a Italia se encontraba Pascual Madoz. El día 4 de diciembre la expedición española fue recibida por el rey de Italia en el palacio Pitti. Ruiz Zorrilla ofreció la corona española a Amadeo de Saboya. Partieron de Florencia, presididos por Ruiz Zorrilla, los diputados que regresaban a Madrid. La primera escala la hicieron en Turín. De allí se dirigieron a Génova, a fin de fletar un barco que les condujera a Niza, desde donde proseguirían el viaje por tierra. Su estado de salud impidió a Madoz continuar con la expedición. Permaneció en Génova al cuidado de los médicos de la escuadra española, muriendo el 11 de diciembre de 1870 en la capital ligur. Ref. Paredes Alonso, F. J.: «Pascual Madoz», Pamplona, 1982.