Villes

Lizasoain

A los pies de la iglesia se adosa la casa parroquial, un inmueble muy modesto y en regular estado de conservación. Presenta dos alturas más ático, con tejado a dos aguas y muros de mampostería que han perdido su enlucido, con cadenas de sillar en esquinas y enmarques. Las ventanas son rectas, y la puerta baja un arco de medio punto sin molduras. En la placita situada tras la iglesia encontramos una casa muy remozada, que mantiene aún un arco apuntado de trece dovelas larguísimas, cuya rosca lleva una media caña. La clave va decorada con un escudo cuartelado, y encima una ventana geminada compuesta por dos arquillos conopiales, a la que se ha suprimido el mainel central. Puerta y ventana obedecen sin duda al trabajo de un mismo taller, que realizó los vanos en un estilo tardogótico, probablemente a fines del XV o principios del XVI.

Ascendiendo por la calle vemos un caserón de cierto empaque, llamado "Barberenekoa", con planta cuadrangular, tres alturas y tejado en pabellón. Los muros van enlucidos, con las sabidas excepciones, incluyendo un paño triangular en el que se abre el acceso. En planta baja presenta la puerta, con arco de medio punto de cortas dovelas sin decorar. En el piso noble vemos cuatro balcones, y en la planta superior dos tragaluces y una galería de cinco arquillos de medio punto. Entre los balcones podemos ver dos escudos, uno de ellos es rococó y el otro barroco, en el que puede leerse "Munárriz año 1666".

En la parte alta del pueblo vemos una callecita en la que se levanta una casa de formato horizontal alargado. Los muros van enlucidos, con cadenas de sillar en los lugares acostumbrados, y se abre en puerta baja mediante un arco de medio punto de dovelas largas. Encima se ven ventanas rectas, alguna con antepecho resaltado y moldurado, y dos escudos barrocos muy decorados y de cierto empaque, que contrastan con la modestia del inmueble.

  • Ermitas

Pérez Ollo cita la ermita de Nuestra Señora de Legarra, de la que dice que antiguamente se llamaba Legarda. Su aspecto es moderno y sin mucho interés artístico. La planta es muy sencilla, alargada y rematada con cabecera recta. El acceso se practica por el lado de la Epístola, mediante un sencillo arco apuntado, de sabor civil, cuya clave lleva decoración incisa de raigambre geométrica. Los muros van en sillarejo, y dan al interior iluminación varias saeteras y ventanas de aspecto moderno, abiertas de forma un tanto anárquica. Se cubre con una sencilla techumbre de viguetas, con tejado a dos aguas sobre estructura de madera, sobre el que se alza una pequeña espadaña moderna. Pertenece a esta ermita una Virgen con el Niño románica, del siglo XII, de carácter algo tosco y popular. Cerca hay un púlpito de estuco, del siglo XVIII.

  • Parroquia de San Lorenzo

La iglesia actual sustituyó a otro templo medieval, situado en distinto emplazamiento. Se levantó en el siglo XIX, siguiendo directrices barrocas. La planta consta de nave única, dividida en cinco tramos iguales, de los cuales el último ejerce de cabecera, rematada en testero recto. El acceso se practica en el lado de la Epístola, a la altura del segundo tramo, y va cobijado por un pórtico. La torre se emplaza por el mismo lado, a junto al primer tramo, y la sacristía es una estancia rectangular adosada a la cabecera también por el muro de la Epístola.

Los muros son de sillería de buena estereotomía, y al interior van decorados con una imitación del despiece de ortostatos. Para dar iluminación al interior se han abierto tres ventanas por el lado de la Epístola, y a los pies de la nave se levanta un coro con arco de embocadura escarzano.

La nave se cubre con bóvedas de lunetos de tradición barroca, articulándose mediante arcos fajones de medio punto, que apean sus cargas en una imposta que recorre todo el perímetro interior del templo. La sacristía recibe un simple techo plano con viguería de madera.

Al exterior se aprecia en primer lugar el volumen de la torre, que se levanta junto a los pies de la nave. Su fuste prismático se perfora en alto con los medios puntos para las campanas. Cierra por uno de los lados el pórtico del templo, con dos arcos rebajados sobre pilar de sección cuadrada. En la enjuta situada entre ambos arcos se ha remetido un medallón medieval donde se reproduce la efigie del Cordero Místico, y encima se ve una estancia abierta por una ventana grande y con sillares en los enmarques. La puerta de la iglesia consta de un simple arco rebajado.

El retablo mayor es una máquina moderna, de estilo ecléctico. Reaprovecha una talla de San Lorenzo, expresivista del siglo XVI, así como las imágenes romanistas del Calvario y San Juan Bautista. En el lado izquierdo del presbiterio vemos el retablo de la Virgen del Rosario, barroco temprano, compuesto por banco, un cuerpo de tres calles y ático con machones y rematado con frontón curvo partido. En cuanto a la iconografía, en el banco aparecen dos virtudes, la Templanza y la Fortaleza, recostadas al modo miguelangelesco. En el cuerpo figura la Virgen del Rosario, flanqueada por Santa Quiteria y Santa Catalina de Alejandría, y en el ático remata una imagen de la Anunciación. En el lado derecho, dispuesto de manera simétrica, se encuentra otro pequeño retablo, en este caso bajo la advocación de San Miguel Arcángel. Presenta el banco con los relieves de San Juan y San Marcos, y en el cuerpo las tallas de Santa Apolonia y Santa Águeda centran al titular San Miguel, que se representa alanceando al dragón. En el ático preside una imagen de la Aparición del ángel a San José.

En el bajo coro hay una pila de bautismos medieval, compuesta por un pedestal cúbico con decoración en relieve, muy perdida, entre la que parecen distinguirse varias figuras humanas. La copa es semiesférica, gallonada y decorada con una doble cenefa en espina de pez y con sogueado exterior. En la sacristía pueden encontrarse tres tallas barrocas, datables como del siglo XVIII, un Crucificado, un San Francisco Javier y una Virgen del Rosario, así como diversas piezas de orfebrería.

  • CARO BAROJA, J.: La casa en Navarra, Pamplona, vol. II, C.A.N. 1982, pp. 431-432.
  • FERNÁNDEZ-LADREDA, Clara: Imaginería medieval mariana. Pamplona, Gobierno de Navarra, 1988, pp. 107-118.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C.: La escultura romanista en Navarra. Pamplona, Gobierno de Navarra, 1986, pp. 100-149.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. alt.): Catálogo Monumental de Navarra, vol. V**, Merindad de Pamplona, Imoz-Zugarramurdi, Pamplona, Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1996, pp. 441-445.
  • PÉREZ OLLO, Fernando: Ermitas de Navarra, Pamplona, C.A.N., 1983, pp. 148.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. alt.): Navarra, guía y mapa, Estella, C.A.N. 1983, pp. 218.

JAS 2009