Villes

Izkue

El casco urbano se levanta en un leve promontorio, situado en suave pendiente y cuyo punto más alto va ocupado por la iglesia. A la entrada del pueblo podemos apreciar una casa de formato horizontal alargado, cuya planta se adapta al trazado de la calle. Presenta dos alturas, bajo tejado a dos aguas con potente alero. Los muros, de mampostería, se muestran hoy sin enlucir, con cadenas de sillar en los enmarques de los vanos y en las esquinas de los paños. La puerta es un medio punto de dovelas cortas que llevan la rosca moldurada, mientras que las ventanas son rectas, con antepechos moldurados en el piso noble. La situada encima del acceso remata con un arco conopial rectilíneo, de regusto goticista aunque muy utilizado en fechas tardías. Sobre la clave del arco, una inscripción reza: ESTA POR/ TALADA/ YZO MAR/ TIN DE GA/ RRO DEL AÑO/ 1740. Enfrente hay una casa reformada de desarrollo en altura, con planta cuadrada y tres alturas, más tejado en pabellón. Los muros van enlucidos, con cadenas de sillar en enmarques y esquinas. El acceso va adintelado, y las ventanas son rectangulares. Cerca hay un caserón reformado con arco de medio punto en la planta baja y balcones en el piso noble.

Frente a la iglesia se alinean varias casas formando una placita. Tienen dos alturas, con accesos de medio punto y ventanas rectas, habiéndose eliminado los enlucidos en una reciente reforma. Sigue un caserón de mayores pretensiones, con recinto ajardinado cerrado por una verja. La planta es cuadrada, bastante desarrollada, y con dos alturas más desván, bajo tejado a cuatro aguas. Los muros van enlucidos, con las sabidas excepciones, aunque en la fachada principal muestran en planta baja sillares almohadillados. La puerta es un arco rebajado situado en posición centrada, mientras que el piso noble lleva balcón central y ventanas rectas a cada lado. En alto, el desván se abre por pequeños tragaluces. Siguiendo adelante vemos un recio caserón de gran desarrollo en planta, con planta rectangular y dos alturas más ático, rematado todo con un tejado en pabellón. Los muros son de mampostería, con las sabidas excepciones. La fachada principal se abre con un arco de medio punto con la rosca moldurada, flanqueado por tres ventanas a un lado y una en el otro. En la planta noble hay dos ventanas y tres balcones sin vuelo, y rematan los pequeños tragaluces del desván.

En una callecita lateral de trazado quebrado podemos ver los restos de una antigua construcción gótica, probablemente la casa más antigua del lugar. Tiene planta cuadrada y muros de sillarejo, y se encuentra en mal estado de conservación. En uno de sus frentes se abre una ventanita geminada compuesta por dos arquillos apuntados muy toscos, con un canon alargado que denota gran antigüedad. Otras casas situadas cerca repiten formatos ya reseñados.

En la parte baja del pueblo podemos ver una fuente medieval que sigue la tipología de las de Cizur Menor o Artáiz. Se muestra hoy sin las losas de la cubierta, como acontecía con las otras fuentes mencionadas antes de sus respectivas restauraciones, mostrando los sillares del trasdós de la bóveda interior. Desagua en un "aska" alargada que termina en un lavadero público descubierto.

  • Ermitas

Pérez Ollo cita la ermita de el Salvador, que al parecer se encontraba en la ladera de la sierra de Sárbil, pero que a día de hoy ha desaparecido.

  • Iglesia vieja de San Pedro de Elizaberría

Pérez Ollo la menciona como ermita, aunque sí recuerda que fue iglesia y parroquia antiguamente. Fue reutilizada como capilla cementerial, y hoy se encuentra en ruinas. Al parecer se cita ya como monasterio para el primer cuarto del siglo XII, momento en el que Urraca Semenoiz lo donaba la villa de Izcue. Todavía en la misma centuria, cuando el obispo de Pamplona García Ferrández viajó, por motivos desconocidos, a Dinamarca, utilizó este monasterio como garantía del pago de un préstamo que le habían dado, al quedarse sin recursos en Normandía. Después de la Edad Media la iglesia de San Pedro de Elizaberría pasó por diferentes vicisitudes, cambió su advocación por la de Santa Eulalia en el siglo XVII, y fue reedificada en el siglo XVIII.

Se encuentra en un alto promontorio, muy separada del caserío, y hoy consta de una fábrica protogótica de principios del siglo XIII. Su planta es de una única nave, sin articulación en tramos y terminada con una cabecera absidial semicircular peraltada, algo más estrecha que la nave. El acceso se practica desde el lado de la Epístola.

Los muros son de sillarejo alargado y menudo. Se perforan por una saetera o tragaluz situado en el eje de la cabecera, rematado con un pequeño arquillo de medio punto y con derrame interior. El acceso se sitúa en el lado de la Epístola, y consta de un sencillo arco de medio punto sobre pies derechos.

La iglesia tuvo una cubierta abovedada, aunque de ella sólo quedan las ménsulas que apeaban sus empujes a través de los correspondientes arcos fajones. La cabecera muestra aún una bóveda de horno.

Al interior, el presbiterio va ocupado por un Crucificado moderno, flanqueado por las tallas romanistas de la Virgen María y San Juan Bautista. Vemos igualmente una talla de la Virgen del Rosario, barroca del XVII y con la cabeza repuesta en época tardía.

  • Parroquia de Santa Eulalia

Se trata de un templo del siglo XVIII, y que aún sustituyó a otro anterior, edificado a su vez por la lejanía de la iglesia vieja. La fábrica actual consta de una única nave, dividida en cinco tramos iguales más una cabecera semicircular. El acceso se sitúa en el lado de la Epístola, a la altura de su segundo tramo, y va cobijado por un pórtico y por el edificio de las antiguas escuelas. En el muro de enfrente se ve el volumen para alojamiento de una escalera de acceso al coro y a la torre. A los pies de la nave se abre una pequeña capilla bautismal, de planta rectangular, y la sacristía es una estancia de planta cuadrada, adosada a la cabecera por el lado de la Epístola.

Los muros son de sillarejo, aunque la iglesia va parcialmente oculta por el edificio de las escuelas, y al interior muestran un enlucido que imita el despiece de sillería. Se perforan por dos ventanas que dan luz al interior, en la cabecera y en el muro meridional. A los pies de la nave se levanta un coro de obra, con balaustrada de madera.

La nave se cubre mediante cinco tramos de bóvedas de lunetos, articulados mediante arcos fajones de medio punto, que apean sus empujes en una cornisa que recorre el perímetro interior del templo. La cabecera recibe una bóveda de horno, y la sacristía un techo plano con viguería de madera.

Al exterior, la torre se levanta sobre el primer tramo de la nave, siguiendo en esto los usos de la arquitectura de los templos rurales del medievo navarro. Su fuste es macizo y corto, y se perfora en alto por los medios puntos para las campanas. La puerta es adintelada, y lleva una hornacina para alojamiento de una escultura de la Virgen con el Niño, gótica del XIV y mal conservada.

El presbiterio va presidido por un retablo romanista, de la primera mitad del siglo XVII. Su traza es ochavada, para adaptarse a la forma de la cabecera, y consta de banco, dos pisos de tres calles y doble frontón curvo, partido el del exterior. Se articula mediante columnas corintias, y presenta un sagrario original del tiempo de la construcción del retablo. En el primer piso vemos las escenas en relieve de la Anunciación y la Visitación, con tratamiento de los paños rígido y geometrizado, un tanto tosco. En el segundo piso se suceden las tallas de San Fermín, San Pedro y San Juan Bautista. Una pequeña hornacina alberga una talla de Santa Eulalia, patrona de este templo, bajo la imagen titular de la antigua parroquia, San Pedro.

Flanquean este retablo dos colaterales, bajo la advocación de Nuestra Señora de Fátima y a la Virgen María, de idéntica traza, que consta de un único cuerpo entre columnas corintias y ático con frontón triangular. El primero de ellos lleva imaginería moderna y sin interés, a excepción de dos tallas de San Miguel y un Santo Obispo, romanistas de fines del XVI. El segundo retablo muestra imágenes de Santa Catalina y Santa Bárbara, también romanistas, entre otras tallas modernas. Cerca vemos un Crucificado algo tosco, de estilo barroco.

En el lado del Evangelio podemos ver un Crucificado romanista de principios del XVII, y en la capilla dispuesta a los pies del templo hay una pila de bautismos medieval, con fuste cilíndrico y copa semiesférica. En la sacristía se custodia alguna talla más, de menor importancia, así como varias piezas de orfebrería.

  • CARO BAROJA, J.: La casa en Navarra, Pamplona, vol. II, C.A.N. 1982, pp. 434-435.
  • FERNÁNDEZ-LADREDA, Clara: Imaginería medieval mariana, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1988, pp. 361.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. alt.): Catálogo Monumental de Navarra, vol. V**, Merindad de Pamplona, Imoz-Zugarramurdi. Pamplona, Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1996, pp. 433-438.
  • PÉREZ OLLO, Fernando: Ermitas de Navarra. Pamplona, C.A.N., 1983, pp. 134.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. alt.): Navarra, guía y mapa, Estella, C.A.N. 1983, pp. 218.

JAS 2009