Le fueron otorgados fueros por el rey de Navarra Sancho el Fuerte (1194-1234). Fue poblada Irañeta con gentes del antiguo poblado de Urrunza. Recopila Yanguas que los labradores de él recibieron a tributo o censo perpetuo del rey por los años 1394 los términos de los lugares, sin duda despoblados, de Zabal y de Torrino, con todas las yerbas, pastos y derechos que el rey tenía en ellos, por 6 robos y 2 cuartales de trigo y otra tanta cebada al año. (Hay un Zabal en el valle de Yerri y un Torrano en el de Ergoyena, pero no parece que habla de éstos por estar muy distantes de Irañeta). El tributo de las heredades de Irañeta lo dio el rey en 1467 a Pedro de Navaz y su mujer. Los labradores de Irañeta recibieron a tributo los términos del despoblado de Zabal. En 1501 se suscitó pleito entre los vecinos hijosdaldo del lugar de Irañeta, y su concejo, alegando los primeros ser vecinos foranos de los lugares despoblados de Zabal y Torrino; para cuya decisión nombraron jueces compromisales quienes dieron sentencia declarando: que, dichos foranos, debían gozar de sus vecindades sin pagar pecha, censo, tributo ni otra cosa alguna, y también con sus ganados las yerbas y aguas de dichos lugares despoblados, y hacer leña y las demás cosas que los otros vecinos foranos de Zabal, Torrino e Irañeta, podrían hacer. Irañeta redimió la pecha que pagaba al patrimonio, en el año 1705, por la cantidad de 1.250 ducados. Según refiere Idoate en Rincones..., (t. III, págs. 569-571), Irañeta se separo de los demás pueblos del valle de Araquil en el año 1734, logrando además el título de villa, a cambio de una donación de 500 ducados para la reconstrucción de la Colegiata de Roncesvalles, que había sido víctima de un pavoroso incendio. Irañeta era el pueblo más importante del valle, contando con 41 vecinos, más algunos "moradores". Los demás pueblos protestaron ante los tribunales, aduciendo que precisaban del concurso de Irañeta para atender los gastos del valle. El día 12 de marzo de 1822 unas partidas realistas se presentaron en Irañeta, según refiere también Idoate (Rincones..., t. II, pág. 151). Fueron perseguidos por los soldados constitucionales del destacamento de Irurzun y se internaron en los montes de San Miguel de Aralar. En cumplimiento de la ley de desamortización del 1 de mayo de 1855 se vendieron en esta localidad, en 1863, cuatro fincas rústicas y una tejería. [Ref. R. G. CH. "La D. C. en N."].