Concept

Historia editorial de Euskal Herria

En 1958 y bajo la protección de la editorial Icharopena, Estornés Lasa comenzó a publicar la colección Auñamendi, no sin tener que solventar numerosos problemas originados por la censura franquista. Las primeras obras de la colección se pusieron a la venta mediante suscripción, y se recibió un gran número de peticiones de suscripción que reflejaron el amplio interés suscitado por las obras entre la sociedad vasca. Fruto de aquel trabajo se constituyó como entidad jurídica la editorial Auñamendi, si bien es cierto que no puede hablarse de fundación, sino de la continuación de la editorial Beñat-Idaztiak, puesta en marcha antes de la Guerra Civil Española.

Por lo que a la colección Auñamendi respecta, en ella se publicaron más de un centenar de obras relacionadas con Euskal Herria, tratando temas como la literatura (escrita y oral), historia, geografía, folklore, lingüística o antropología de la mano de autores de primer orden entre los que cabe destacar los siguientes: Barandiaran, Arocena, Michelena, Irigaray, los hermanos Estornés Lasa, Urquijo, Campión, Aranzadi, Labayen, Orixe, Arrinda, López Mendizabal, Mújica, Zavala, etcétera.

Por otro lado, no hace falta señalar que la Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco constituye el proyecto de mayor envergadura de la editorial Auñamendi. El primer borrador de dicha enciclopedia lo preparó Estornés Lasa en los años 30 con la ayuda de diversos hombres relevantes de la cultura vasca (Aitzol, Irigaray, Azkue, Lafitte, Orixe, Etchegaray, etcétera), pero el estallido de la Guerra Civil Española impidió el desarrollo de dicho borrador. La enciclopedia sigue viva a día de hoy (incluída su versión digital en internet), y sin duda alguna es el mayor y más profundo trabajo enciclopédico jamás realizado sobre temas que atañen a Euskal Herria.

Finalmente, cabe mencionar que la obra Quosque tandem...! (1963) del escultor Jorge Oteiza también vió la luz de mano de la editorial Auñamendi.

Durante las décadas de los 50, 60 y 70 el Santuario de Arantzazu fue un centro cultural relevante, ya que diversos franciscanos allí residentes produjeron una amplia gama de trabajos en torno a la cultura vasca. El primer libro publicado en Hego Euskal Herria tras la Guerra Civil española fue Arantzazu: euskal poema (1949) de Salbatore Mitxelena, y fue publicado por los franciscanos. Dicha orden religiosa creó la editorial EFA en 1952 como proyecto para la provincia cántabra franciscana, y en ella, junto a numerosos trabajos sobre la religión, se publicaron varios tomos de y sobre la literatura vasca. Son dignos de mención los poemarios Elorri (1962), Uda batez Madrilen (1977) y Gabon dut anuntzio (1986) de Bitoriano Gandiaga, el amplísimo trabajo sobre el euskera y la literatura vasca desarrollado por Luis Villasante (Estudios de sintaxis vasca, Euskararen auziaz, Hacia la lengua literaria común, La oración causal en vasco, Sintaxis de la oración simple, Sintaxis de la oración compuesta, Axular. Mendea, Gizona, Liburua), algunos ensayos de Joxe Azurmendi (Zer dugu Orixeren alde?, Zer dugu Orixeren kontra?) y la reimpresión de algunos clásicos vascos del siglo XIX e inicios del XX (Txomin Agirre, Jean Hiriart-Urruty, etcétera). La colección Jakin sorta, en la que se publicaron algunos de los trabajos de los autores recién mencionados) también surgió de la mano de los franciscanos de Arantzazu.

En la década de los 60 se creó otra gran editorial: La Gran Enciclopedia Vasca. En ella se reeditaron con gran cuidado, sobre todo, trabajos originalmente publicados en otro tiempo (la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, fundamentalmente). Por un lado, la editorial preparó y publicó nuevas ediciones de las principales revistas culturales vascas aparecidas antes de la Guerra Civil Española: RIEV, Euskal-Erria, Euskalerriaren alde, Yakintza, etcétera. Junto a ellas, se realizaron nuevas ediciones de autores ya clásicos tanto en el ámbito de la literatura como en el de la investigación de temas vascos. Nos referimos a nombres como Etxepare, Iztueta, Mogel, Campión, Caro Baroja, Barandiaran, Dodgson, Lacombe, Jaurgain, Mañaricua, Vinson, Urquijo, Schuchardt o Azkue, por citar algunos.

Junto al trabajo de los anteriores, La Gran Enciclopedia Vasca también se hizo cargo de la impresión de las obras completas de Jose Miguel Barandiaran (en 22 tomos), del Diccionario Retana de autoridades de la lengua vasca y de las obras completas del guipuzcoano Agustin Kardaberaz.

Es suficiente ver el tipo de obras publicado por las editoriales antes mencionadas para percatarse de que la cultura vasca en su conjunto y la historia, la antropología y la etnografía en concreto suscitaban gran interés por parte del lector. Fruto de tal interés, precisamente, Luis Jiménez Aberasturi fundó la editorial Txertoa a finales de los años 60, tras solventar numerosos problemas provocados por la censura. La editorial sigue en funcionamiento y durante las últimas cinco décadas ha publicado todo tipo de libros. Aún así, cabe señalar que las principales disciplinas objeto de publicación en los inicios fueron la etnografía y antropología, teniendo gran relevancia autores como Barandiaran o Caro Baroja. Con el tiempo, sin embargo, dichas materias han perdido espacio en favor de la historia general de Euskal Herria.

Hoy en día la editorial mantiene cuatro colecciones: Anboto, Easo, Sokoa y Leire. Los ejes de la primera son la etnografía y el arte, la historia el de la segunda, la alimentación, las plantas medicinales y temas similares constituyen la tercera y la cuarta la componen todo tipo de libros-guía: métodos para aprender euskera, recetarios, etcétera.

La colección Auspoa surgió, de igual manera, en la década de los 60 bajo la dirección de Antonio Zavala, cuyo propósito fue recoger todo el material perteneciente a la literatura oral vasca posible. La colección aún perdura, y se trata de una de las colecciones más amplias sobre literatura oral a nivel mundial, ya que la componen más de 300 obras. El primer libro publicado fue Sagardoaren graziya, y los responsables de la colección aún se encargan de recopilar, analizar y publicar todo tipo de materiales relacionados con la literatura y transmisión popular oral: versos de versolaris tanto antiguos como contemporáneos, versos impresos, obras de teatro, coplas, anécdotas, biografías, etcétera.