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Historia del Arte. Pintura

Los cambios operados en el arte durante el Renacimiento (representación de un espacio geométrico matemático, conocimiento anatómico del cuerpo humano y recuperación de la cultura greco-romana) llegaron al País Vasco por dos vías principales. Por un lado las influencias italianas en el arte de los reinos limítrofes: Aragón, Castilla y Francia; y por otro, los cambios que se estaban operando en la pintura flamenca.

Como hemos dicho, desde finales del siglo XV estaban llegando gran cantidad de tablas flamencas al País Vasco, especialmente trípticos al óleo con escenas de la Pasión de Cristo.

Pero, otro tipo de trabajos serán los que ocupen a gran parte de los pintores del siglo XVI en el País Vasco, nos referimos a la pintura de retablos, que aunque en su mayoría eran escultóricos, requerían la intervención de los pintores para su policromía y su dorado.

Por último, apuntar que poco a poco vamos conociendo mejor la pintura mural realizada en el Renacimiento debido a los recientes descubrimientos en los trabajos de restauración de iglesias y de capillas. Como ejemplo podemos mencionar la Capilla de la Soledad de la Parroquia de Azpeitia y las pinturas murales del techo de la iglesia del Museo San Telmo de San Sebastián. Además, parece ser que la realización de retablos pintados era una práctica corriente en esta época, tal como demuestran descubrimientos recientes.

También conocemos ejemplos de pintura mural en fachadas y salones de edificios civiles de la época, pintados muchas veces con la técnica bícroma de la grisalla, como podemos ver en la decoración al temple de la fachada del palacio de Oriz perteneciente a la familia Cruzat, conservada en el Museo de Navarra.

De la segunda mitad del siglo XVI data el techo de la escalera del palacio del marqués de San Adrián en Tudela, pintada por el italiano Pietro Morone con escenas de diosas mitológicas greco-romanas, típicas del Renacimiento.

Para finalizar, debemos mencionar los talleres dedicados a pintar cuadros de caballete. La gran mayoría eran talleres familiares y de calidad media baja, comparados con los talleres españoles y franceses. Aunque conocemos los de Pedro de Aponte, Joan Bustamente -que trabajaron en la zona de Pamplona-, el del flamenco Rolan de Mois, el de Juan del Bosque o el de Miguel Baquedano, el más destacado es el de la familia Oskariz afincada en Pamplona y el de Pedro Pertus y su hijo establecidosn en Tudela, así como el de Juan Landa. Por su parte, el guipuzcoano Martín Oñate y su familia introdujeron las novedades renacentistas en Álava. En Gipuzkoa destacan las imágenes de las 10 sibilas conservadas en el monasterio de Bidaurreta en Oñati de autor desconocido, y en Bizkaia, mencionaremos a los Beaugrant y a Francisco Mendieta autor del conocido cuadro de Fernando el Católico jurando los Fueros, datado en 1609.

Pero cada vez fue más habitual que los nobles y los pudientes del País Vasco importaran cuadros de caballete de autores conocidos de los focos artísticos españoles o franceses. La adopción de la tela como soporte del cuadro de caballete a finales del siglo XVI, facilitó el transporte de este tipo de mercancía por lo que los palacios e iglesias del País Vasco comenzaron a llenarse de cuadros producidos por autores conocidos.

Para finalizar, también debemos mencionar el papel de algunos artistas vascos en la implantación de escuelas de pintura al modo europeo en América. En este sentido Baltasar de Etxabe el Viejo esta considerado como el fundador de la escuela de pintura mejicana.