Jose Maria Satrustegui, sacerdote en Urdiáin durante muchos años, proporcionó algunas referencias muy interesantes sobre esta danza a Patxi Arraras (1972:56-57). Según las mismas era palpable la relación de esta soka-dantza con el poder, ya que en los días más solemnes era el alcalde el que guiaba el primer baile. Del mismo modo otras referencias subrayaban la honestidad que debían demostrar las chicas: además de los habituales pañuelos que servían para no contactar con las manos de los chicos, entre las costumbres antiguas se encontraba la de que cada chico ofreciera vino a su pareja, que la chica debía rechazar.
En el zortziko o giza-dantza encontramos la soka-dantza local, con sus propias características. Algunas características antiguas son apreciables tanto en sus músicas -utilización del sistema de los txuntxuneros tradicionales, melodías cantables- como en sus danzas, como por ejemplo la parecida al Trapatan. No son muy comunes en otros lugares ni las evoluciones hacia atrás ni algunos otros pasos. Y para finalizar, lo que ha ocurrido con esta danza en Urdiáin demuestra con claridad que una tradición perdida puede recuperarse, sobre todo si la gente joven lo quiere y hay un ambiente social favorable para ello.