Toponymes

Estados Unidos de América. Oeste americano

En el oeste americano, la vida del trabajador vasco típico en los años 1860-1940 abarcaba la ganadería o la agricultura. La mayoría de los inmigrantes al oeste era de los caseríos rurales, pues era mucho menos probable que la gente de la ciudad emigrara hacia los EE. UU. El sistema del mayorazgo, las Guerras carlistas y la fuga del servicio militar fueron los factores que impulsaron la emigración vasca de la época.

Entre 1897 y 1902, de los 636 emigrantes con apellidos vascos llegados vía Nueva York, el 86% era varones y el 77% solteros. El estudio estadístico de Marie Pierre Arrizabalaga, de los censos de 1900 y 1910 concluyó que en 1900 hubo unos 986 vascos viviendo en los estados de California, Nevada, Idaho y Wyoming, pero en 1910 ese número había aumentado hasta los 8.398. La mala cosecha en Hegoalde de los años 1904-1906, produjo que la inmigración vasca a los Estados Unidos de 1907 fuera la más alta de la época.

Entre los que salieron legalmente, recoge el Consejo de Emigración, que sólo entre 1911 y 1915, salieron de las cuatro provincias vascas en España 18.547 hombres jóvenes. Buscaban trabajo y oportunidades por el mundo para ahorrar el suficiente dinero para poder regresar a Euskal Herria.

El modelo de colonización y residencia de los vascos fue seguido aproximadamente igual por los navarros y vasco-franceses en California y el oeste de Nevada, y por los vizcainos en Idaho, Oregón y el norte de Nevada. No obstante, la mayoría se introdujo en el negocio de la crianza de ganado y específicamente ovejas.

Las etapas del año se constituían por la siembra y la cosecha, la época de nacimientos de animales y la de la matanza. En determinados meses se esquilaban las ovejas en los ranchos y esa lana la traían al pueblo para mandar por tren a los centros comerciales. Estos vascos necesitaban donde hospedarse cuando venían al pueblo. Sus familias necesitaban donde quedarse cuando visitaban al médico, al dentista o para ir al banco. Pero también necesitaban donde vivir y reunirse con los amigos cuando la época dura de trabajo descendía. En estos pueblos surgieron las instituciones de las pensiones u hoteles vascos, "ostatuak" o "boardinghouse".

En la mayoría de los ejemplos que hay en los estados de Nueva York, California, Arizona, Nuevo México, Utah, Nevada, Oregón, Idaho, Utah y Montana, estas pensiones fueron edificadas cerca de las estaciones de trenes pensando en los clientes nuevos que venían sin conocer el pueblo. Cualquier vasco que llegara por vez primera en tren, veía los letreros de los hoteles con nombres vascos desde la ventanilla del mismo. Poder comunicarse en euskara, y buscar trabajo e información junto a otros vascos fue un alivio tremendo para los que emigraron sin tener la ayuda de familia. La dueña y las chicas de la casa servían comida vasca, había música vasca y casi siempre mus, baile y deporte vasco. Chicas recién llegadas de Euskal Herria con empleo en la limpieza y cocina, conocían a una variedad de clientes vascos, en general varones solteros. Numerosos matrimonios de vascos en el nuevo mundo se conocieron en un hotel vasco.

En 1910 el 88% de los vascos del oeste trabajaba en la crianza de ganado, de forma itinerante y utilizando las tierras públicas para apacentar los animales. Cuando se acercaban a los pueblos se alojaban en los hoteles vascos para poder socializarse, ver amigos, comer comida vasca, jugar a la pelota, cantar y bailar con los suyos. También eran lugares de información sobre problemas con los vaqueros, el uso de terrenos y para conseguir nuevos trabajadores. Ya en 1920 hubo abundancia de pastores y de negocios de crianza de ganado lanar y los vaqueros y terratenientes empezaron a quejarse. En 1924 el Congreso nacional inició el Acta de Orígenes Nacionales, conocido como el Acta de Cuotas, que casi cerró la puerta a la inmigración vasca. El Acta estableció ciertas cuotas basadas en grupos de origen nacional y el cupo para los vascos de España era muy bajo. En 1934 el Acta de Apacentamiento de Taylor fue aprobado por el Congreso de Washington D.C. con la finalidad de reservar las tierras públicas para el uso protegido de los dueños de ganado que también fueran terratenientes En lo sucesivo, los vascos que practicaban métodos itinerantes de traslado de los rebaños continuamente en tierras públicas, ya no los podrían utilizar. Fue un cambio que transformó el flujo de la inmigración y en consecuencia afectó a los negocios de los hoteles y pensiones vascos.

Categorizaremos a estas instituciones como hoteles y pensiones vascos no solo porque los propietarios eran vascos, sino por su esfuerzo por mantener la cultura, idioma y costumbres de Euskal Herria. Aunque habrán existido otros hoteles no mencionados en este artículo, los que incluimos son los que servían a vascos casi exclusivamente. La comida era de la cocina vasca, la forma de servir también. Construyeron frontones para disfrutar de partidos de pelota y mantener el deporte vasco. Organizaban bailes y actividades exclusivamente para gente vasca y para sus clientes vascos. Los servicios de interpretar, buscar trabajo, divulgar información de empleos y paliar el choque psicológico de separación de la familia, casa, pueblo y país, fueron los más importantes para muchos clientes.

En las zonas rurales, los hoteles vascos sirvieron también de hospital y clínica. Madres en las últimas semanas de su embarazo se quedaban en el pueblo y la "etxekoandre" hacía de comadrona. Una vez que los niños tenían edad de asistir a la escuela, enviaban también a sus hijos a las pensiones, para quedarse durante el curso. En los pueblos donde no había iglesia católica, las bodas, los bautizos y los rosarios, fueron celebrados en los vestíbulos de los hoteles. En las investigaciones de Jerónima Echeverria acerca de los hoteles y pensiones vascos, la autora constata que los clientes, a menudo, se acordaban de los hoteleros y hoteleras con detalle, pero no siempre del nombre del establecimiento. Las personas y la ayuda recibida eran significantes, pero el edificio mismo no. El hotelero y la hotelera ejercían también de interpretes de la cultura americana. Explicaban las normas, las leyes y las costumbres a los recién llegados y a los clientes que vivían en los ranchos apartados de la sociedad.

Se percibe en estos pueblos el modelo que sigue la "teoría de los cinco años". Cuando el primer vasco llegaba a una nueva localidad y se introducía en el negocio de las ovejas, en general, al cabo de cinco años, fundaba el primer hotel vasco. Estas instituciones se levantaban cerca de la estación del tren, facilitando su conocimiento y anuncio. Los datos de Arrizabalaga muestran que en 1900 había unas 32 personas vascas registradas como empleadas en un hotel o pensión; en 1910 el número se elevaba a 329 personas.

Hay cuatro etapas en la historia de estas instituciones vascas. La primera es de entre aproximadamente 1850 y 1890, cuando los vascos estaban recién establecidos en California y Nevada. La segunda etapa es de la de las siguientes cuatro décadas y la cumbre de la inmigración vasca; atraídos por las oportunidades económicas y con eslabones con miembros de sus familias y amigos del pueblo de origen que habían emigrado antes. Aquí es cuando vemos la fundación de varios hoteles, pensiones y familias alquilando habitaciones en sus casas particulares.

En general la década de los 1890 fue período de cambio en la historia de los hoteles vascos. El aumento de la población vasca en California, pero también la de Boise (Idaho), Jordan Valley (Oregón) y Yakima (Washington) coincide con la industria ovejera creciente. El auge entre 1890 y 1930 de la segunda fase fue paralela a la inmigración nueva. Con cambios legislativos estableciendo cuotas de inmigración y el Taylor Grazing Act que hizo difícil seguir con el éxito previo que tuvieron los que se dedicaron al negocio del ganado lanar, al prohibirse el pastoreo gratuito en tierras públicas, los años 1930 y 1940 y la tercera etapa, demuestran la estabilidad de la mayoría de las pensiones vascas en relación con los clientes existentes.

Al mismo tiempo, en algunas zonas se cierran negocios que ya tuvieron éxito y conocimiento aunque siguió la costumbre entre los clientes y viajeros de consultar entre ellos e intercambiarse información acerca del mejor hotel en otro pueblo.

La etapa final es de 1950 en adelante, cuando la mayoría de estas instituciones vascas que sirvieron a miles de pastores, mineros, viajeros, recién llegados, esposas y familias de trabajadores, uno por uno cerraron sus puertas. La inmigración vasca casi había desaparecido y los que venían no trabajaban como pastores o en la agricultura, teniendo la mayoría de ellos familiares con quienes quedarse.

Durante el declive de los hoteles y pensiones vascos, estos empezaron a utilizar sus restaurantes para clientes de afuera y luego incluso para no-vascos. Con unas habitaciones vacías, había que sacar provecho de otra manera y muchas familias vascas que tenían sus propias casas, gustaban de pasar los domingos en los hoteles con otros amigos vascos. Los restaurantes funcionaban con el objeto de paliar las pérdidas de los hoteles.

En los últimos años recibían a no-vascos como clientes permanentes, a viajeros, a parejas disfrutando de su viaje de novios y a cualquier cliente que buscara alojamiento y comida. El cometido de regir la pensión u hotel vasco era difícil y demandaba muchísima energía y trabajo cada día. En general, de las instituciones del oeste, un propietario casi nunca duraba más que 15 años en el puesto. Muchas parejas firmaban contratos de arrendamiento para gestionar y dirigir los hoteles pero no los compraban. Sin duda, estas pensiones y hoteles funcionaron como las instituciones sociales más importantes de los vascos durante 100 años, entre 1850 y 1950.

Estimaciones numéricas de vascos llegados a California sin ser nativos de México anteriormente, registran a varios cientos entre 1849 y 1852. De éstos, muchos vinieron de Sudamérica. Por ejemplo: entre 1849 y 1852 en las listas de pasajeros embarcados de Valparaíso, Chile, con destino a San Francisco (California) aparecen 170 apellidos vascos. La mayoría no permanecían mucho tiempo en las minas, más bien trabajaban en el suministro y equipamiento a los campamentos de mineros. Como consecuencia de la Guerra Civil estadounidense entre 1861-1865 y la falta de agricultura, industria ganadera, y la producción en general, el precio de la lana y productos de la oveja subieron notablemente. Tierras relativamente baratas en el oeste impulsaron en el margen de beneficio de los pastores. Las primeras pensiones de California y Nevada entre 1860 y 1890, eran en general, casas particulares localizadas en las rutas de carretas de los pioneros.

  • San Francisco

Conocido como el primer hotel vasco en San Francisco, el Aguirre Hotel fue fundado por Juan Miguel Aguirre en 1866 en la calle de Powell, junto con Broadway. Éste había salido de Euskal Herria para el Uruguay después de combatir en la Primera Guerra Carlista. Estableció un negocio en Montevideo pero, cuando llegaron las noticias de la fiebre del oro, se embarcó con su esposa, María Martina, en un viaje de seis meses hacia San Francisco, llegando el 15-5-1849. Aguirre también construyó el primer frontón poco después de edificar su hotel. Para 1870 el hotel de los Aguirre era además conocido como una agencia de empleo para los vascos, que sabían que allí podían conseguir información sobre trabajo en otras regiones del estado y más tarde también en Nevada.

Los dueños de los ranchos iban al hotel a conocer y a emplear a los vascos que buscaban puestos. Juan Miguel Aguirre falleció el 30-8-1897 con 84 años y la viuda y sus cuatro hijos siguieron en la administración del hotel hasta que se quemó en los incendios del terremoto de 1906. El Hotel des Alpes y el Hotel de Basses Pyrenees surgieron a finales del siglo XIX. La familia de Juan Francisco Yparraguirre inició el Basque Hotel, también con su propio frontón durante la década de los 80 en la misma zona de las calles Powell y Broadway. Le encantaba la música e invitaba a su amigo Vicente Arrillaga, del Colegio de Música Arrillaga, a tocar y cantar.

El terremoto y los consiguientes incendios de 1906 duraron tres días y destruyeron los edificios, sus registros y documentos, por lo que no se tienen detalles de esta época en la comunidad vasca de San Francisco. Algunos restablecieron sus hoteles en otra zona de las calles Columbus y Broadway, en el barrio de North Beach; los Yparraguirre y Aguirre no restablecieron sus negocios.

En 1907 había unos 949 vascos residentes en San Francisco de un total de 342.782. El "ostatu" de Ambrosio Yrionda surgió, y los hermanos Lugea -Ramón, Miguel y José- edificaron el Hotel de España en 1907. El Hotel Español y el Hotel des Pyrenees fueron construidos poco después.

En el censo de 1910 San Francisco sobrepasó por vez primera a Los Angeles en ser la comunidad más numerosa de vascos del estado. El Hotel Iriarte debe ser de la misma época aunque los documentos empiezan con su compra y cambio de nombre al de Jai Alaia, por Juan Basabe, natural de Gernika (Bizkaia), en 1919. Los testigos de la época dicen que hubo baile vasco los sábados, cenas de familia los domingos así como partidos de pelota. Al mus se jugaba todos los días y a cualquier hora con otros clientes. José y Dionisia Lusaretto Yriberri, en su hotel, también organizaban entretenimiento para sus clientes.

Los cocineros, bareros y sirvientes trabajaron sin parar y era una vida muy difícil la de la familia propietaria. La dueña de la casa tenía la responsabilidad de sus hijos y esposo, y también la de los clientes y sus familias. La "etxekoandre" u hotelera, tenía que ser una persona con muchísima energía, compasión y sabiduría. Las pensiones de San Francisco servían a los trabajadores de la ciudad, además de a los viajeros o recién llegados vascos numerosos y frecuentes. Hubo clientes que dejando sus trabajos de pastores se emplearon en las panaderías, las lecherías y en los jardines de la ciudad. Vivían de forma continuada en los hoteles. Aunque en otros pueblos pequeños del oeste la emigración vasca casi desapareció después de los 1950, en las grandes ciudades como San Francisco, el movimiento de la población continuó. Entre 1956 y 1975 Ganix y Ana Iriartborde gestionaban el Des Alpes y, en su negocio de 15 habitaciones, nunca alquilaron a gente no-vasca porque había abundancia de clientes vascos.

Con la falta de jardineros como resultado de la política estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial de encarcelar a los residentes de origen japonés, hubo posibilidades de empleo en esta disciplina. Muchas familias vascas de San Francisco llamaron a sus hermanos y amigos del pueblo. En esta área como había una mayoría de vascos de Francia, vinieron muchos de ésta y su influencia en la comunidad continúa.

La zona de estas pensiones era como un barrio vasco de comercios, frontones, hoteles y cultura vasca. La gente se reunía frecuentemente y la música vasca sonaba en los bares. En 1957 el ayuntamiento compró la manzana de terrenos con la idea de arrasar lo existente y construir apartamentos de renta baja. En 1958 derribaron el Hotel des Pyrenees, el Hotel Español, el hotel El Globo, y el mejor frontón de la ciudad. Las instituciones Hotel de España y el Hotel du Midi cercanas permanecieron, y en otros barrios el Hotel des Alpes, el Hotel Cosmopolitan, el Hotel de France y el Hotel Obrero siguieron con éxito. El Hotel y Restaurante des Alpes fue gestionado por los Iriartborde hasta 1975, y luego por Ciriaco y Elaine Iturri en los finales de la emigración vasca a San Francisco y los Estados Unidos en general. El Hotel de España y el Hotel du Midi eran de Louis y Marie Elu desde 1959 a 1983, cuando se jubilaron y alquilaron ambos a dirigentes chinos. El Hotel Obrero fue gestionado por Juan y Nieves Yriarte entre 1943 y 1952 y después por Pierre y Catherine Goyenetche durante 14 años. Fue un lugar conocido por su sabrosa cocina y la amistad de los dueños.

En 1960 todavía edificaron dos nuevos negocios; el Basque Hotel, y el nuevo Pyrenees Hotel que lo trasladaron Los dueños del Pyrenees Hotel, Amelie y Jean Sorhondo continuaron con su negocio de hotel y restaurante de clientes pero además, como los hoteleros y hoteleras de todos los lugares, hicieron de interpretes, médico y comadrona, padres, abogados, consejeros y asesores entre 1957 y 1993. Las 25 habitaciones fueron alquiladas a varones solteros que trabajaban en la ciudad. El establecimiento de un hotel vasco era como la casa fuera de casa. Así guardaron el euskara y los niños aprendieron el idioma y las costumbres de sus padres.

Con la mengua de la inmigración vasca en los 1970, el papel de la institución del hotel vasco desapareció. A comienzos del siglo XXI seguían solo tres de la larga lista de los que había estado dotada la ciudad; el Pyrenees Hotel, el Hotel des Alpes y el Basque Hotel y Restaurante. La construcción del Centro Cultural Vasco de San Francisco, San Francisco Basque Cultural Center, en 1982, concluyó la fase social de los hoteles vascos. Desde la fundación del centro vasco con restaurante, bar, salón, frontón cubierto, biblioteca y salas de reuniones, todo en el mismo local, los clientes empezaron a reunirse en el centro y no en los hoteles. Los clientes de los hoteles vascos son cada vez más no-vascos y los fines de semana no vienen las familias vascas que lo hacían años atrás -en general asisten al Basque Cultural Center-. Sin embargo, las instituciones de San Francisco han durado más tiempo que en cualquier otra ciudad con la inmigración de vascos hasta los 70.

  • Stockton

La ciudad de Stockton (California) ha sido influyente en la historia del desarrollo de California y en la de la industria ganadera. Su ubicación cerca de San Francisco y con la conexión por ferrocarril determinó que la evolución de Stockton fuera la de un centro comercial importante en el mundo de la crianza de ovejas y el mercado de la lana. Como los vascos se situaron y entraron en estas economías, los viajes a Stockton eran frecuentes y fructíferas para muchos vascos. En 1917 Stockton contaba con unas 20 familias vascas y numerosos varones solteros, clientes de los comercios. Surgieron numerosos hoteles y pensiones vascos y pronto, en los 20, hubo cinco establecimientos. Tres tenían dueños de Hegoalde (País Vasco español) y otros dos de Iparralde (País Vasco francés) y los clientes repartidos consecuentemente. El primero fue el Basque Hotel en 1907, otros lo siguieron. La norma de establecer los establecimientos cerca de las estaciones del tren, fue también el modelo seguido en Stockton. El California Hotel dirigido por la familia Alustiza durante casi 50 años y el Central Hotel de los Artozqui durante 30 son ejemplos como el Royal, la Baskonia, La Coste, el Ospital, el Wool Growers. En el apogeo de la población y movimiento de los vascos en Stockton, había 19 hoteles vascos en funcionamiento. Desde otros estados venían a negociar los precios de las ovejas y la lana, y se quedaban a disfrutar del ambiente vasco.

Con varios frontones, siempre había algún partido de pelota o una competición entre los clientes de cada hotel. En la segunda mitad del siglo XX, como no había frontón en San Francisco, venían los pelotaris a practicar y competir aquí todos los domingos. En la primera década del XX, Stockton tuvo tres hoteles vascos; entre 1920 y 1939 seis y en la década de los 40 la cifra se elevó a ocho. Después de esta cumbre, el declive terminó en 1970, cuando el último hotel cerró sus puertas. A comienzos del siglo XXI no queda ningún hotel vasco en Stockton (California).

  • Fresno

En Fresno (California), se encuentran dos pensiones vascas que han sobrevivido a los cambios migratorios de la población vasca. Las minas de Richmond Gold, Quicksilver, Minas Arrambide (cerca de Mendota (California) y la Mina New Idria, atrajeron a trabajadores vascos y en 1896 las vías del ferrocarril de Santa Fe llegaron a Fresno, facilitando sus viajes. El Basque Hotel y el Santa Fe Hotel y Restaurante siguen funcionando desde la década de los 20. Martin Iribarren estableció el Bascongado Hotel en 1898 y en 1906 Francisca Saragueta vino de San Francisco, tras el terremoto, y trabajó durante años en el Bascongado. Martin Iribarren además construyó el Fresno Sheepcamp Hotel en 1902. El Hotel des Pyrenees se fundó en 1901 por Dominic Bordagaray y Frank Frechou y Frechou lo compro dos años más tarde. De 1910 a 1920 el negocio de 14 habitaciones Casa Frechou fue renombrado.

La población total de Fresno en 1910 era de 12.470 habitantes y muchos eran varones solteros itinerantes en busca de trabajo. En 1929 Tomas y Maria Ballaz compraron una pensión de 10 habitaciones, el Victoria viejo y para 1932 se trasladaron a otro hotel de 30 habitaciones, el Victoria y lo dirigieron hasta la década de los 1950. El Basque Hotel fue construido en 1923 y lo adquirieron en 1935 los dueños Felix y Lyda Martinto Esain. El Basque Hotel añadió un frontón donde se celebraron campeonatos y competiciones en las décadas de los 40-60. Añadir una cancha atraería a clientes adicionales que ayudaran al negocio, mientras perjudicaba a los otros por no ofrecer el mismo entretenimiento. Muchas veces la competencia entre negocios vascos era importante. Las 28 habitaciones se encontraban ocupadas casi siempre. El precio en los 30 era de 1 dólar para alojamiento, tres comidas y vino.

El dueño del Basque Hotel, Fermin Urroz, y su socio, Arnaud Ardans, lo mantuvieron desde 1980 y Urroz sigue al comenzar el siglo XXI. El Hotel Santa Fe aparece en una guía de negocios de 1929 y Javier Eleano como dueño. En 1932 John Baptiste y Asunción Curutchet alquilaron el negocio. En 1936 Martin y Marcelina Dolagaray lo gestionaban, después los Toqueros, los García y en el 2001, J.P. y Manuela Etchechury. Los hoteles y pensiones daban alojamiento y comida a gente y cultura conocidas. Los fines de semana los partidos de pelota, los bailes y el ambiente en general en estos establecimientos era de fiesta. Podía suceder que los pastores no hubieran tratado con otra gente durante meses y meses. Otros trabajadores echaban de menos la comunicación en euskara, la falta de comida conocida y amistades. Los hoteles y pensiones servían como casa familiar para cientos y cientos de vascos.

Las hoteleras Lyda Esain y Benita Idiart García, del Hotel Santa Fe entre 1961-1975, hicieron el papel de madre para muchos jóvenes solitarios y de bastantes mujeres embarazadas a las que les faltaba ayuda, información, sentimientos y compasión. El Yturri fue construido en 1940 por Paul y Marcelina Yturri y siguió hasta 1991. El Santa Fe continua como pensión y restaurante vasco con los propietarios Jean Pierre y Manuela Etchechury. Benita y Pete Idiart lo gestionaron en la década de los 50 del siglo XX.

  • Bakersfield

Cuando los vascos llegaron al área de Bakersfield (California) se encontraron con franceses y numerosos vascos del área de los Aldudes establecidos en Bakersfield. La comarca de Kern era y sigue siendo la segunda de todo el país y la primera en California en el numero de ovejas criadas. Casi todos los grandes negocios de ovejas y ganado lanar en Bakersfield son propiedades de vascos. Se crían aproximadamente 150.000 ovejas en la comarca y el 95% son de vascos según Paco Iturriria, Presidente de la Asociación de la Comarca de Kern de la Crianza Lanar (Kern County Wool Growers Association) (Zubiri, 1998: 154). En 1900 Bakersfield contaba con 213 vascos y cuatro hoteles. En 1894 Etcheverry estableció el Pyrenees Hotel y luego fue dueño del Iberia Hotel de Bakersfield. Pudiera ser que estuviera en el mismo edificio y que cambiara el nombre del negocio. En 1910 había un total de 267 vascos adultos, de los que el 80% eran varones. Los ranchos de Miller y Lux y el Kern County Land Company empleaban a muchos de estos vascos. Desde 1893 el Iberia Hotel de Faustino Mier Noriega y Fernando Etcheverry recibió, durante décadas, a cientos de jóvenes vascos; luego cambiaron su nombre por el de Noriega, el cual existe todavía a comienzos del siglo XXI. El edificio sigue con las mismas 13 habitaciones para los clientes. Ambos además fundaron el Pyrenees Hotel con 9.000 dólares.

  • Bakersfield

Gracianne Elizalde dirigió el Noriega durante más de cuatro décadas, cuando Francisco y Anselma Amestoy lo dejaron en 1928. Tenía frontón, bar, restaurante y hotel. Los capataces de los pastores o vaqueros venían al Iberia / Noriega buscando mano de obra. "Grace" Elizalde gestionó el Noriega entre 1931 y 1974, cuando falleció de cáncer.

Los primeros hoteles también incluyeron el Hotel d'Europe de Jean y Jeanne Erreca Burubeltz, y el Metropole Hotel. Francisco y Anselma Ballaz Amestoy (hermana de Tomás Ballaz, hotelero de Fresno) compraron el viejo Cesmat Hotel y fundaron su propio Amestoy Hotel en 1928 y trabajaron juntos allí hasta 1942. Durante los años de la prohibición de alcohol (Ley seca), entre 1919 y 1933, la policía entró tres veces en el hotel Amestoy, deteniendo a Francisco dos veces y a Anselma una.

Bakersfield en los 1930-1950 tenía una zona vasca, con hoteles, restaurantes, frontones y cafés. Contar con un local donde reunirse era muy importante para la transferencia de información, un lugar donde escuchar o practicar un poco el inglés por los emigrantes y, para el descendiente de vascos, el lugar donde practicar el euskara. Incluso, los euskaldunes aprendieron a hablar entre sí en los distintos dialectos y pronunciaciones. Los de Bizkaia se esforzaban en entenderse con los de Iparralde y viceversa. En 1953 Josephine Amestoy compró el hotel de su madre y lo dirigió hasta 1964 en que lo vendió a Raymond Maitia. El hermano de Raymond, Frank Maitia (ambos naturales de Saint-Jean-de-Pied-de Port, Baja Navarra) llegó al oeste americano en 1930 y después de ahorrar el dinero suficiente trabajando como pastor, compró el French Hotel en 1942 y lo denominó el Basque Café. Funcionó como restaurante pero no como hotel. Frank Maitia ejerció de agente de empleo para el área. Se comunicaba con gente de Euskal Herria pidiendo cierto número de trabajadores; cuando éstos llegaban a Bakersfield les ayudaba con su alojamiento en el Noriega y el Amestoy, luego distribuía a los hombres en los ranchos necesitados de ellos. Le gustaban los partidos de pelota y organizaba campeonatos y partidos en Bakersfield cada domingo.

El terremoto de 1942 destruyó el edificio del Hotel Metropole pero los demás salieron sin graves problemas. A comienzos del siglo XXI, el único hotel vasco que queda es el Noriega, aunque siguen los restaurantes vascos de Noriega, Woolgrowers, el Pyrenees, el Chalet Basque, el Chateau Basque, y el Dominique's Basque Restaurant.

  • Los Ángeles

Durante la década 1878-1888 diez distintas pensiones vascas se establecieron en el área de Los Angeles (California). En la misma época, en 1873, se había iniciado una fábrica de tejidos de lana de los Hermanos Barnard y el ferrocarril Atchison, Topeka y Santa Fe había llegado a Los Angeles, influyendo en la afluencia de vascos por razones de trabajo y de oportunidad. Aunque el inicio de la emigración vasca a esta área fue muchísimo antes; cuando eran tierras coloniales de España y más tarde de México, en 1848, por el Tratado de Guadalupe, por el que México cedió California a los Estados Unidos. Fue poco después cuando se dieron a conocer los primeros descubrimientos de oro.

Los primeros vascos llegaron, no de Euskal Herria, sino de Sudamérica; muchos de Argentina, siendo los más conocidos los hermanos Bernardo y Pedro Altube que hicieron sus fortunas en los negocios del ganado vacuno, y luego los extendieron a Nevada. El predominio de la agricultura y crianza de ganado en Los Angeles sirvió para aumentar las oportunidades nacientes de los emigrantes vascos. Mientras otros buscaron el oro, los vascos se introdujeron en el servicio de suministrar bienes y comidas a los campos de mineros. El "Escualdun Gazeta", diario publicado en euskara en Los Angeles, estimó en 1886 en unos dos mil los vascos viviendo en Los Angeles, aunque no es un número avalado con cifras; con toda la población de Los Angeles, 18.000 en el año 1884, parece exagerado este dato. En las ediciones de "California'ko Eskual Herria" y el "Escualdun Gazeta" de las décadas de 1880 y 1890, los hoteles difundían anuncios para atraer a los clientes a sus negocios. En 1878 se encontraba el G.B. Levque hotel, y para 1881 Pascal Ballade y su esposa, junto a Martín Hirigoyen, y Pascal Harotcarena habían establecido sus hoteles, cerca del Hotel de France de Louis Etchepare y Domingo Apestegui. Los hoteles vascos recibían a inmigrantes recién llegados, así como a vaqueros y pastores en las épocas bajas del año. Construyeron frontones, comercios; un hotel hasta llegó a construir un redil donde guardar los perros de los pastores que los traían al pueblo consigo.

La mayor parte de los clientes eran emigrantes navarros o vasco-franceses y se distribuyeron así también en los hoteles, los navarros con los dueños navarros, y los de Iparralde con dueños de Iparralde. Ignacio Mayo era navarro y la mayoría de sus clientes en el hotel también. El Pyrenees Hotel, de Juan Ordoqui, edificó un frontón adecuado y tuvieron partidos y competiciones a menudo. El Eskualdun Ostatua fue fundado por Domingo Hiriart en 1893; junto con su esposa Catherine e hijos lo mantuvieron hasta 1938. En el censo de 1900 había 269 vascos en la comarca de Los Angeles y en 1910 ese número había crecido hasta 1.036 vascos.

Durante la Prohibición de alcohol entre 1919 y 1933, mientras que en otras ciudades la policía entraba en los hoteles vascos a menudo, en Los Angeles, es posible que pudiera haber habido algún tipo de arreglo, porque no eran molestadas. Para los años 30 del siglo XX la mayoría de los vascos habían salido de la ciudad y comprado terrenos en las afueras de Los Angeles, o cambiado de residencia. El ayuntamiento había planificado cambios en el centro de la ciudad donde estaban los hoteles vascos. Nuevas carreteras trasladaban el tráfico y los clientes a otras zonas y, en 1930, con el fin de construir una nueva estación del ferrocarril de la Union Rail, se destruyeron varios edificios del barrio vasco. El Hotel Comercial y la Taix Restaurante fueron los últimos en sucumbir a la nueva economía en la década de los 50.

  • Santa Bárbara

En el área de Santa Barbara el Borderre French Hotel, en 1899 era de vascos, pero como la gente no conocía a los vascos, le pusieron el nombre de Borderre's Hotel Francés. Los dueños eran José y Jennie Alfaro Borderre. Los clientes disfrutaron del frontón y de la oportunidad de jugar a la pelota. Otras pensiones eran casas de familiares en las que se alquilaban habitaciones a los huéspedes. Antonio Bastanchury y Pierre y Hortencia Anchordoquy Heguy eran familias conocidas y socios en el Hotel Francés. Eduardo Linzuaín gestionaba el Hotel España durante 1920-1932. Para los 40, ya no existían las pensiones vascas en Santa Barbara y la población vasca se habían trasladado a otras comunidades.

  • La Puente

La mayoría de los vascos del pueblo de La Puente (California), era de la zona de los Aldudes, Urepel y Banca en Baja Navarra. Llegaba a los pueblos información de otros emigrantes y los nuevos emigrantes buscaban gente de su pueblo y se ayudaban unos a otros. En La Puente de los años 30 del siglo XX, el Puente Hotel en el edificio Bidart fue gestionado por John y Alice Oxarat durante años, hasta 1948, y el Biminy Hotel fue dirigido por Frank Bidegain en la década de los 30. En el centro de La Puente hubo el Valley Hotel comprado por Jean Nogues en 1930, que siguió hasta 1964. En la comarca de Orange County, entre 1910 y 1920, hubo 13 negocios vascos de ranchos de cítricos que empleaban a numerosos vascos.

  • Chino

Al sudeste de La Puente, en Chino (California), Jean Baptiste y Grace Robidart edificaron el Centro Vasco Hotel en 1940. Le añadieron un frontón y en 1947 lo vendieron a Valentín y Victoria Juarena, quienes lo vendieron a Ben y Melanie Sallaberry. Los clientes eran los trabajadores de una carnicería, los de las lecherías y los jardineros, también unos pocos pastores y rancheros. Los hoteles del área de La Puente y Chino se desarrollaron relativamente tarde en comparación con otras comunidades. Los ranchos de la región sirvieron como primeros puntos de encuentro de vascos y luego los hoteles y restaurantes.

  • San Juan Bautista

El Plaza Hotel en el pueblo de San Juan Bautista fue dirigido por Julián Ursua en la década de los 1850 y luego por otras familias vascas. El pueblo estaba situado en el cruce de caminos de norte al sur y los de oeste al este. Los carruajes de la compañía Wells Fargo se cruzaban en la intersección de San Juan Bautista. Los vaqueros venían de todas partes del estado para comprar y vender sus animales y como no había banco por entonces, el Plaza Hotel servía como centro comercial. Dueños y pastores vascos, incluidos los de los negocios de Arrivallaga, Irigoyen, Anoitzbehere, Ayoigar, Gastimbide, Etcheaundi y Oyarbide, se alojaban en el Plaza cuando venían al pueblo. A comienzos del siglo XXI sigue funcionando este edificio en un parque histórico cuidado por el estado de California.

  • Tres Pinos

En Tres Pinos (California), John Etcheverry estableció su hotel en 1874, para clientes de las minas de New Idria que abrieron en 1870; luego lo vendió a Leon Yparraguirre y siguió en el nuevo siglo.

  • Mendota

Alfred Arnaudon edificó su Arnaudon Hotel junto con un mercado en el pueblo de Mendota (California), en 1893. Las Minas Arrambide atrajeron a numerosos mineros vascos que eran los clientes del Arnaudon Hotel. Con la llegada de las vías del Southern Pacific Railroad, Mendota creció como centro de producción de lana y fue el lugar a donde llevaban las ovejas para esquilarlas. Los pastores bajaban sus ovejas y los trabajadores les esperaban en Mendota. Todos se alojaban en los hoteles vascos si podían.

  • Los Baños

En Los Baños, al norte de Fresno, Antón y Josefa Lassart establecieron el primer hotel vasco, el Lassart Hotel, en 1914, pero tras cuatro años se quemó en un incendio. José Goñi se trasladó de Alturas (California) y construyó allí el Woolgrowers cerca de la estación de tren en 1925 donde sigue operando a inicios del siglo XXI.

  • Merced

El Pyrenees Hotel de John Elgart en el pueblo de Merced se prolongó desde 1929 a 1968. Elgart lo vendió a Bartolo Goñi en 1939 y se quedó en la familia hasta 1968.

  • San Juan Capistrano

En San Juan Capistrano, en 1880, Domingo Oyharzabal y su socio Juan Salaberri compraron dos edificios del pueblo y los convirtieron en el French Hotel. Los amigos se habían conocido en el viaje de Chile a California en 1868. En 1901 Domingo y su hermano Etienne compraron las acciones de Salaberri y los dos hermanos continuaron con el hotel. Etienne y su esposa Lucille Darius, de Baiona, gestionaron el French Hotel hasta que se cerró en 1903.

  • Antelope Valley y Tehachapi

En la zona montañosa de Antelope Valley, al este de Bakersfield, y también en el pueblo de Tehachapi, los vascos se empleaban en otros asuntos del país en desarrollo. La economía minera y de la leña obligaba a los trabajadores a vivir en el monte y en 1876 llegaron las vías del tren Southern Pacific Railway. Mineros y leñadores vascos se alojaban en el Hotel Piute de Austin y Marianne Goyehen Young, el Cesmat, el Basses Pyrenees completo con frontón, el Bazko Hotel, el Hotel Capdeville, el Commercial Saloon y Hotel, y el Tehachapi Hotel. En 1895 el Basses-Pyrenees de Jean-Pierre y Dominique Martinto, naturales de Ossès (Baja Navarra), era el hotel más grande de la ciudad. En 1896 Jean Pierre se casó con Verónica Borda y dirigieron el Basses-Pyrenees durante 12 años, hasta alquilarlo a Vicente Iriarte. El Basko Hotel de Tehachapi se fundó en 1896 por George Esponda y su esposa Marie Alzuet Borda, que lo gestionaron hasta 1914 en que lo vendieron a Jacques y Grace Iriart quienes lo redenominaron Franco-American Hotel. En el cambio al siglo XX hubo competiciones de pelota y los hoteles eran lugares para jugar al mus, cantar canciones tradicionales vascas, bailar y buscar pareja. Los propietarios de los hoteles pedían a sus familias en Euskal Herria que mandaran chicas para servir en las pensiones y ellas mismas eran un reclamo para los hombres. Bastantes matrimonios se conocieron en los hoteles vascos como cliente y empleada, o quizás lo hicieron en las cenas y bailes que patrocinaban los hoteles. En la década de los 40 empezaron a conseguir mejores empleos y salieron del pueblo muchos vascos. El terremoto de 1952 derribó la mayoría de los edificios de Tehachapi y los pocos hoteles que sobrevivieron los eliminaron para dar paso a nuevas construcciones. La mayor parte de la población vasca había afluido durante años hacia Bakersfield y, tras el terremoto, casi todos partieron para empezar de nuevo en otro lugar.

  • Marysville y Susanville

En Marysville hubo tres hoteles y solo el Uriz Hotel sigue, aunque ya no es vasco. En el pueblo de Susanville, el Hotel St. Francis sigue en activo con los dueños Richard y Angie Goñi. Fue construido en 1914 y la madre de Richard, Marie Jeanne Goñi, lo compró en 1947. Organizaban bailes vascos cada mes y era un lugar muy popular para los vascos y no-vascos. Otros hoteles vascos del pueblo eran el Pyrenees de John y Marie Beterbide, y el Marion's Hotel de la familia Larrea. El Commercial Hotel funcionó como pensión vasca en la década de los 40 pero en los 60 del siglo XX un incendió lo destruyó.

  • Alturas

Alturas (California) era un lugar de leñadores, serrerías de madera, ranchos y pastores. Urbano Pedroarena "Pete Arena" y su esposa Mary establecieron la primera pensión, el Buena Vista Hotel, en 1929, y lo mantuvieron hasta 1965. Otro amigo, Bartolo Goñi, estableció el Alturas Hotel al mismo tiempo y luego lo vendió a Benito Apecechea. Con la disminución del pastoreo y la política de protección de los bosques, Alturas es, en el 2001, un pueblo de 3.500 habitantes y los dos hoteles han desaparecido.

En California como en los otros estados, el declive de la emigración y la falta de clientes permanentes, aumentó la importancia de los restaurantes al poder servir comidas a cualquier cliente.

Los primeros vascos a los Estados Unidos llegaron al oeste y específicamente viajaron de Sudamérica por la Costa Pacífica a California. Los que viajaron de Euskal Herria con idea de unirse a los miles de inmigrantes buscadores de oro en 1848 y las oportunidades que se ofrecían, llegaron por la costa Pacífica -después de haber cruzado el océano Atlántico y el océano Sur y tras haber pasado la Tierra del Fuego y navegando por todo el continente americano-. En 1869 en el Punto de Promontory (Utah) completaron las vías del ferrocarril transcontinental, uniendo los Estados Unidos de este a oeste. El viaje de meses de Burdeos a San Francisco ahora sería de semanas después de llegar a Nueva York y trasladarse por tren al oeste. El movimiento, el polvo y ruido del tren eran mucho más seguros y preferidos al mareo. La mayoría viajó con la intención de reunirse con familiares y conocidos en el oeste y de trabajar en la agricultura y cría de ganado, aunque otros se inclinaron por las oportunidades de la ciudad en expansión, centro de la economía mundial. Hubo marinos de las costas y puertos de Euskal Herria que fueron a trabajar en la industria marítima del nordeste estadounidense. También hubo emigrantes que, tras sufrir tanto en el viaje transoceánico, se negaron a otros cuantos días de viaje al desierto del oeste y se asentaron en la ciudad de Nueva York. Para los vascos recién salidos del caserío y zonas rurales, resultó muy difícil acostumbrarse al nuevo hábitat de los alrededores. Para los que se quedaron en la ciudad, se añadía el problema de la vida entre rascacielos, polución, ruido y el mantenerse al corriente de la vida cotidiana de ser "kaletarra" (habitante del medio urbano). En la mezcla de la variedad étnica, los vascos no fueron conocidos ni se destacaron por sus trabajos corrientes; eran solamente una pieza más en el mosaico de lo que sería una de las ciudades más importantes del mundo.

La primera comunidad vasca neoyorquina vivió reunida en el mismo barrio, al pie del famoso puente de Brooklyn, en las calles Cherry y Water. La iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, cerca de Greenwich Village, tuvo un cura vasco y muchas familias practicantes asistieron a ella para la misa y también para las bodas y bautizos. Valentín Aguirre (monte Sollube, Bizkaia 1891), y su esposa Benita Orbe, establecieron la Casa Vizcaina en Nueva York en la primera década del siglo XX. La cocina de Benita era también conocida fuera de la comunidad vasca, pero, en general, el restaurante se llenaba de clientes y de otros vascos de Nueva York y de los que vivían en la costa Atlántica. Valentín comunicaba con las agencias de viaje acumulando información para sus clientes vascos que llegaban de Euskal Herria e incluso de Sudamérica. Comunicaba con otros hoteles vascos del oeste consiguiendo información sobre la situación del empleo, alojamiento, pasajes por tren, etc.

Él y más tarde sus hijos, iban al embarcadero donde entraban los barcos tras pasar los exámenes de Ellis Island, gritaban en euskara a los pasajeros por si había euskaldunes a bordo. Ese sentimiento profundo de escuchar la lengua materna en ocasión tan inesperada y conocer a otros vascos que les ayudarían, ha sido narrado en los testimonios de cientos de vascos. Llegaban al puerto de Nueva York oprimidos por la ansiedad, con miedo a lo desconocido y llenos de incertidumbre de cómo se las arreglarían una vez en la gran metrópoli. Algún miembro de la familia Aguirre les acompañaba a la Casa Vizcaína, o después de 1917, a su nuevo hotel Santa Lucia. Les daban de comer, facilitaban alojamiento y cualquier otro servicio que necesitaran de inmediato. Los recién llegados, en general, se quedaban entre 2 y 7 días, tiempo en el que Valentín Aguirre les aseguraba sus pasajes para el tren rumbo el oeste. Benita hacía de madre, hotelera, cocinera, traductora, consejera y agente de viajes también. Entre Valentín y Benita y sus ocho hijos -Lucy, Antonia, Tomas, John, Valentina, Anita, Peter y Mary- atendieron a cientos y cientos y tal vez miles de vascos que pasaron por sus puertas. Cuando el huésped vasco estaba listo para continuar su viaje, Valentín u otro miembro de la familia les llevaba a la estación del tren con una bolsa de comida y un papel con instrucciones en inglés para enseñárselas al maquinista del tren, indicándoles dónde bajar y como hacer las conexiones. Estos papeles les aseguraban sus llegadas y su futuro. Es difícil valorar el trabajo que hizo la familia Aguirre. En las entrevistas grabadas entre cientos de vascos de la época, la mayoría resaltó la significación de esta recepción extraordinaria en su encuentro inicial con América. En sus cartas a miembros de la familia y amigos que les seguían al oeste americano, daban los nombres de Valentín y Benita Aguirre a quienes buscar en Nueva York.

Durante décadas se trasladaron varias veces a edificios más grandes y, en 1917, encontraron el local donde se quedaron, cerca de Greenwich Village. La Casa Vizcaína había sido convertida en tres instituciones: el Hotel Santa Lucía, el Restaurante Jai Alai y la Agencia de Viajes Valentín Aguirre. La muerte de Valentín Aguirre, en 1953, señaló la fase final del negocio del hotel vasco en Nueva York. Coincidió con la época de los viajes aéreos también, cuando los pasajeros vascos ya no llegaban tras de varios días en el mar y no precisaban alojamiento antes de continuar. Volaban de Europa, en varias escalas, a su punto de destino y la recuperación de unos días en Nueva York ya no era necesaria. La familia de Benita Orbe y Valentín Aguirre y sus hoteles ayudaron y sirvieron a más vascos que cualquier otro de los Estados Unidos.

Con el crecimiento de la población, en California hubo menos terreno público donde pastorear los animales y los vascos empezaron a trasladarse al interior del país, a Nevada y a Idaho. Noticias de minas descubiertas, de tierras baratas y expansivas llegaron a California y con la finalización de la conexión del ferrocarril, el transporte de personas era muchísimo más fácil. Con los descubrimientos de plata en De Lamar y Silver City y de oro en Idaho City, cada pionero vasco escribía a sus hermanos y vecinos invitándoles a venir. La multitud de vizcainos en el sudoeste de Idaho, pertenece a la zona de la costa de Ondarroa y Bermeo y hasta de Markina, Aulesti y Gernika.

  • Boise

Cientos de vascos que llegaron a Boise entre 1900 y 1915 precisaban alojamiento para varios días, antes de salir para los campamentos o para otros pueblos. En 1900 Boise contaba con unos 250 residentes vascos en la ciudad misma. Algunas instituciones incluían alojamiento y comida, pero otras como los "roominghouse", solo ofrecían alojamiento. En los años 1920 existían 12 instituciones vascas. El Hotel Oregón u Oregón Rooms, fue uno de los primeros construidos en Boise por Antonio Azcuenaga en 1900: después lo alquiló a Mateo Arregui. El Capitol Boardinghouse fue dirigido por Mateo y Adriana Arregui entre 1905 y 1912, año en que cambió a Cruza Arostegui que lo gestionó durante casi 50 años con la ayuda de Maria Epeldi. El edificio fue derribado en 1965. El Star Rooming House, construido en 1895, funcionó desde 1903 como hotel vasco. Los propietarios, José y Felipa Uberuaga, dirigían el hotel y el frontón. En 1915 lo vendieron a Francisco y Gabina Aguirre, matrimonio que tuvo durante 60 años el hotel y una zapatería en la parte delantera del mismo. Gabina lo vendió cuando su marido "zapatero" falleció en 1975. Juana y Juan "Saracondi" Uberuaga gestionaron el Saracondi's Boarding House desde 1911 hasta los 1920. El caserío de los padres de Juan era Saracondi y asi denominó su hotel. Con ocho hijos propios decidieron dejar el negocio y vivir en su propia casa. El hermano, José Uberuaga, y la esposa, Hermenegilda, dirigieron durante 60 años el Uberuaga en la casa conocida como la Cyrus Jacobs House, que es la casa más antigua construida en ladrillo de Boise (1864). Simón y Josefa Galdos lo dirigieron desde 1910 hasta 1918, y en 1928 los Uberuaga lo compraron de la familia Jacobs. Cerraron el Uberuaga en 1978 y seis años más tarde lo compró Adelia Garro Simplot para restaurarlo. A comienzos del siglo XXI forma parte del Centro Cultural Vasco de Boise y lo preservan como museo para poder mostrar el funcionamiento de las pensiones vascas y cómo vivían los clientes.

El Hotel Barbero, más conocido como el Modern Hotel, era pensión vasca desde 1912. Entre 1927 y 1940 lo gestionaron Benito y Asunción Ysursa y el hermano de ésta Tomás y Antonia Ysursa; luego siguió hasta los 70 siendo demolido para edificar el ayuntamiento nuevo de Boise. En 1940 los hermanos Ysursa constituyeron su propio negocio, el Valencia Hotel y el Restaurante Valencia, cuyo edificio original es uno de los pocos que quedan en Boise. Había música vasca y restaurante que servía al público, además de a los clientes y a otros vascos. Actualmente es un restaurante italiano. Muchos vascos elegían los hoteles por su comida, o por sus dueños -vizcainos con vizcainos, guipuzcoanos con guipuzcoanos-. Varios hoteleros y hoteleras cambiaban a menudo de residencia y los clientes los seguían. El hotel Del Río existió unos treinta años, hasta los 50, con dueños vascos, los últimos Hipólito y María Sabala.

En 1950 trasladaron el negocio a otro edificio y siguieron hasta 1969, cuando otra vez, su propiedad fue destruida para ensanchar las carreteras del centro de la ciudad. La pensión vasca de los Blue Bird Rooms se mantuvo hasta la década de los 60 del siglo XX. A una cuadra de donde se encuentra hoy el euskal etxea de Boise, funcionó la pensión Letemendi de Antonio y Leandra Ondarza Letemendi, desde 1921 hasta 1968, pero en 1972 hicieron un parking con los terrenos. Leandra, quien vivió hasta los 99 años, fue conocida como la "madre" de cientos de pastores, vascos recién llegados, esposas esperando su primer hijo y muchísimos otros que pedían información o consejo. Los Letemendi también habían dirigido el Hotel DeLamar desde 1912. Fue un negocio de vascos desde 1912 hasta 1973; los últimos propietarios fueron Hilario y Laura Arguinchona, que lo fueron durante 28 años. Como otros del centro de la ciudad, fue suprimido para edificar negocios y oficinas nuevas. En 1918 Juan y Juana Anduiza abrieron su pensión, también en el centro del pueblo, cerca de las vías del tren. El Anduiza fue construido alrededor de un frontón cubierto. Las habitaciones estaban a los dos lados y la cocina debajo de las habitaciones. Como pensión permaneció durante 36 años. En 2001 las habitaciones sirven como oficinas de abogados, arquitectos y pequeños negocios y el frontón sigue igual con unos 15 pelotaris y otros que juegan a pala. Anunciación y Anastacio Jayo tuvieron seis negocios de pensiones, todas en distintos emplazamientos de Boise. El Chico Club era de Agustín y Francisca Belaustegui y hoy en día sirve como oficinas enfrente del Boise Basque Center. Otros hoteles conocidos por los vascos fueron el Iberia Hotel, el Overland Hotel, el Arego, y uno de los que quedaron, el Hotel Vizcaya, gestionado por Juan y Cristina Uscola.

  • Nampa

En la ciudad de Nampa, a unos 50 kilómetros de Boise, el Spanish Hotel de Luis Bermensolo alojó a los muchos pastores vascos que llegaban en tren en busca de trabajo en la zona. La familia de Tomás y Tomasa Jausoro lo gestionaron entre los años 1920 a los 50. Un hijo, Jim Jausoro tocaba el acordeón para los clientes y los bailes en el hotel. Luego se convirtió en el músico más importante de la comunidad vasca en Idaho, tocando para los Oinkari Basque Dancers y para los "txikis" del Boise'ko Gazteak durante más de 50 años. Las familias Echeverria y Onaindia administraron sus propias pensiones desde antes de la década de los 40 del siglo XX. El Modern Hotel era de la familia Bastida y más tarde de los Arana. Frances y Frank Bilbao gestionaron el Valley Club y el Emery Hotel desde 1945 hasta 1972. Después de la Segunda Guerra Mundial y el regreso de los hombres que sirvieron en las fuerzas armadas, el pueblo de Nampa perdió su atracción y pocos se interesaron por trasladarse. El mercado de ganadería lanar bajó y bastantes vascos vendieron sus negocios y terrenos. Nampa se quedó, como muchos otros pueblos, sin hoteles vascos y sin ninguna organización social vasca.

  • Emmett

En el pueblo de Emmett (Idaho), también hay una historia de emigración vasca y con ese movimiento de habitantes se necesitaba alojamiento. Simón "Charcha" Galdos y su esposa Josefa establecieron una pensión vasca en Emmett en 1917 y en 1921 compraron otra pensión que dirigieron hasta 1967. La otra pensión del pueblo era de la familia Bicandi. Los pastores venían los fines de semana y en la época baja de la crianza de ovejas. Organizaron bailes, cenas, partidos de mus y siempre había música y comida vasca. El edificio de los Bicandi a comienzos del siglo XXI sirve como la casa privada de la hija Margaret Bicandi Foruri.

  • Mountain Home

Al sur de Boise, el actual pueblo de Mountain Home, fue en sus tiempos, un importante centro comercial para el mercado de la lana. Pedro Anchustegui construyó el Basque Hotel en 1907 y el año siguiente su propio frontón. Aunque el edificio se quemó en un incendio en 1984, el frontón de piedra fue renovado y reinaugurado por los vascos de Mountain Home y su zona, en agosto del 2001. José Bengoechea estableció el elegante Bengoechea Hotel en 1910. Historiadores de Mountain Home escriben que en los otros hoteles en los que se alojaban los vaqueros, los pastores que no hablaban inglés no recibían buena acogida. Bengoechea hizo su hotel para los vascos. Lo edificó enfrente de las vías del tren y todos los pasajeros que entraban en Mountain Home veían el impresionante edificio de tres pisos. Trajo al cantero Ignacio Berriochoa, de Shoshone (Idaho), para producir las piedras angulares del hotel y añadió el funcionamiento de agua corriente, siendo uno de los primeros en disfrutar de esta comodidad. La familia Bengoechea vendió el hotel a la familia Bideganeta. Agapito Bideganeta poseyó varias pensiones en distintos lugares del pueblo y el más conocido fue el Royal Hotel que también tuvo frontón. Carmen Oñederra Arruti lo dirigió de 1945 a 1956, cuando lo derribaron para levantar el edificio de los bomberos. Carmen Arruti estableció su propio negocio de pensión vasca denominado Carmen's, en una casa durante 30 años y la familia Arruti sigue con la propiedad. El RoseStone Inn de Agapito Bideganeta es la única pensión que queda en Mountain Home. Comprada por Bideganeta en 1917, sus seis habitaciones han servido a muchísimos vascos durante décadas. La nuera de Agapito, Santa Bideganeta, dirigió el negocio durante 40 años.

  • Shoshone

Cerca de la estación de tren, en Shoshone (Idaho), se encontraban los hoteles y pensiones vascos de Beitia, Pagoaga, Berriochoa, Mendiola, Soloaga, Ansola y el Oneida que permaneció hasta 1995. Francisco y Benita Onaindia llegaron a Idaho con sus hijos en 1916 y establecieron su hotel en 1917 o 1918. Habían cambiado la ortografía del apellido a Oneida para facilitar su pronunciación a lo anglo. Los primeros años las pensiones sirvieron como clínicas por la gripe que enfermó a tantos. Benita era la cocinera, enfermera, comadrona, consejera, amiga y "amuma" (abuela) de muchísimos vascos que pasaron por sus puertas. Durante los veranos trabajaba en otro hotel en Hailey (Idaho) donde los pastores trabajaban con las ovejas. Cuando fallecieron Benita y Francisco, el hijo Pete Oneida y su mujer, Dollie, emprendieron el negocio en 1968. Dollie dirigía el hotel y la cocina, mientras Pete trabajaba en el negocio de las ovejas. Se jubilaron y cerraron el Oneida's en 1995. Pete Mendiola abrió su pensión en Shoshone y después se trasladó al pueblo de Hailey, mientras que Ramón Urrutia gestionó el de Shoshone. En 1929 Carlos y Ramona Berriochoa compraron el negocio de Mendiola y Ramona lo dirigió cuando Carlos abrió el Rio Club en el pueblo de Ketchum. Ramona Berriochoa gestionó el negocio hasta 1953 en que falleció. Mazonero Ignacio Berriochoa construyó el hotel y sala de billar de Manuel y Fernanda Beitia que lo rigieron desde 1910 hasta 1938. Berriochoa también edificó la pensión y frontón de Domingo Soloaga. En esta zona de Idaho la mayoría de los hoteles y pensiones vascos cerraron en los años 1960 por la caída del negocio ovejero y la falta de nueva emigración.

  • Gooding

En el pueblo cercano de Gooding, la Casa Española fue construida por Claudio y Gregoria Ascuena en 1907. Gregoria tuvo ocho hijos que atender además de a sus clientes. El hotel sirvió al pueblo como hospital hasta que tuvieron su propia institución. Entre 1922 y 1935 Antonia y Florencio Uriaguereca administraron otro hotel vasco en Gooding, el hijo, Luciano, estableció un mercado una tienda con comidas vascas que funcionó hasta 1978. Henrietta y Felix Gamboa fundaron su pensión vasca en una casa grande que mantuvo hasta los 60. La mayoría de los clientes de las pensiones en Gooding eran pastores o empleados de una carnicería en el pueblo.

  • Twin Falls

Un poco más al este de Gooding se encuentra la ciudad de Twin Falls (Idaho) donde el primer hotel vasco fue construido en 1920 por Florentina y Francisco Sabala. En 1925 Lorenzo y Benita Selaya fundaron su negocio que mantuvieron hasta 1946. Santa Bilbao estableció su negocio y luego, en 1937, edificó su propio hotel que dirigió hasta 1949. Aniceto y Alma Bengoechea compraron el negocio a la familia Bilbao y siguieron hasta 1976. Adela Olavarria también dirigió su propia pensión en su casa, así como un bar en el pueblo.

  • Jerome

En el pueblo de Jerome, Mercedes Gogenola y su hija Julie dirigieron un hotel para vascos desde 1939 y lo vendieron en 1955.

  • Rupert

En Rupert (Idaho) los vascos se reunían en la pensión de La Chata para disfrutar de la comida vasca de Louise Etcheverry. Etcheverry había establecido un hotel en Pocatello y después cambió su residencia a Rupert, donde abrió La Chata. Los domingos por la tarde se reunía gente para jugar al mus y cenar y cantar juntos. El Padre Garatea, que llegó a Rupert en 1966, recuerda que la verdadera institución era la mujer que lo llevaba. Louise Etcheverry era conocida de todo el pueblo y muchos de los vascos la consideraban como su madre. La mayoría de sus clientes fueron vascos trabajadores en el Proyecto de la Represa Minidoka.

  • Hailey

El pueblo de Hailey se encuentra a unos kilómetros del famoso Sun Valley donde la gente acomodada viene a disfrutar de sus vacaciones. Es una estación de esquí conocida por todo el oeste americano y los clientes son tanto de Hollywood como de Washington D.C. Pero, a comienzos del siglo XX el área era terrenos de pasto para las ovejas durante el verano y hoy en día todavía continúa en ciertas zonas. En 1911 Pía Unamuno y Eusebio Arriaga fundaron su Hotel Arriaga en Hailey. Cuando Eusebio falleció, Pía lo vendió a Julio y María Astorquia. Los Astorquia hicieron su propio edificio en 1934 con el Hotel y Bar Rialto. Era suficientemente grande como para albergar bailes vascos y otras fiestas del pueblo. David y Epi Inchausti gestionaron su bar y restaurante el Gem Bar, alquilando otro edificio para alojar a los clientes. Los huéspedes dormían en un edificio y comían en el restaurante de Epi. Las nietas de Epi, Chris Ansotegui y Gina Ansotegui Urquidi establecieron su restaurante, Epi's, en honor a su abuela, en 1998, en Meridian (Idaho) cerca de Boise. La familia Menchaca mantuvo su casa privada también como una pensión e incluso construyó un frontón. Como la mayoría de los pastores llegaban a la zona sólo los veranos, las pensiones estaban llenas los veranos pero casi vacías durante el invierno.

  • Mullan

En el norte del estado de Idaho cerca de la frontera con Montana, hay minas importantes de plomo, plata y oro. En el pueblo de Mullan entre 1925 y 1939 funcionó la pensión de Eugenio y Dominica Solaga Mingo. Dominica llevaba la pensión mientras que Eugenio trabajaba en las minas.

En Idaho, como en otros estados, debido a la disminución de los negocios de ganado lanar en los Estados Unidos y al progreso y mejora políticas y económicas en Euskal Herria, cada vez menos vascos emigraron de su país.

Entre 1870 y 1890, se estima que más de dos millones de ovejas de California fueron trasladadas al norte de Nevada, muchísimas dirigidas por pastores vascos. Mientras en 1900 había unos 180 vascos en el estado, en 1910 se registraban 986, aproximadamente el 1% de la población total de Nevada. En este estado también encontramos el fenómeno de la "casa fuera de casa" y los hoteles vascos que sirvieron a tantos vascos itinerantes.

  • Reno

En Reno, el primer hotel vasco aparece citado en el libro de Sol Silen, Historia de los Vascongados en el oeste de los Estados Unidos, de 1917, como el Commercial Hotel de Jean Etchebarren y J.P. Aldaz. El Santa Fe, el Star, el French Hotel, el Altona, el Indart, el Hotel Español, el Toscano, y el Martin se fundaron más tarde. Con el abultado negocio ovejero cerca de Reno, los hoteles eran un negocio lucrativo pero siempre con mucho trabajo. Los dueños no tomaban nunca vacaciones, por haber siempre clientes a quienes dar de comer y preparar habitaciones. El Indart y el Hotel Español, de 1916, disfrutaron de frontones y partidos de pelota. Diariamente había trabajadores jugando al mus, alguien tocando el acordeón y varios cantando. Los hoteles organizaban bailes los fines de semana y los domingos familias enteras participaban en las comidas y entretenimiento.

La pareja Martin y Josephine Orriaga gestionó o compró cuatro hoteles en Reno entre 1927 y 1950. Compraron el Alturas y lo dirigieron entre 1927 y 1936, cuando lo vendieron a Harrah Hotel y Casino. Compraron el Toscano con Joe Elcano como socio y gestionaron el Santa Fe con varios socios hasta que se quemó en 1948. El nuevo propietario, Martin Esain, lo reconstruyó en el mismo lugar. Los Orriaga también dirigieron el Martin Hotel entre 1941 y 1948. El hotel Santa Fe y el Hotel Español son los únicos hoteles vascos que quedan en Reno a comienzos del siglo XXI. La clientela del Santa Fe cambió con el tiempo y en lugar de pastores y trabajadores, se alojaban parejas en su viaje de novios a los casinos de Reno para disfrutar de la naturaleza de Lake Tahoe. Louie's Basque Corner, de Louis y Lorraine Erreguible, existe desde los 1960 y aunque es más conocido por su restaurante, sigue alquilando habitaciones al público.

  • Carson City

En Carson City, Therese y Dominique Laxalt dirigieron el French Hotel durante las primeras dos décadas del siglo XX.

  • Gardnerville-Minden

En el pueblo vecino de Gardnerville-Minden, sigue el Overland Hotel, establecido en 1906, que fue comprado por John Etchemendy en 1921, Eusebio Cenos en 1967 y junto con su esposa, Elvira Cenos, en 1980. Elvira Cenos es cocinera y gerente del establecimiento de 14 habitaciones. El J y T Bar y Restaurante son de 1895, traídos desde Gold Hill o Silver City. Antes también hubo el East Fork Hotel de Ramon Borda y el French Hotel de Baptiste Borda. El French Hotel tuvo frontón hasta la década de los 50, patrocinaba competiciones y campeonatos de pelota en él y los niños jugaban al fútbol. Con el paso del tiempo las familias Borda redujeron sus negocios a solo bares. En 1947 Joe y Jeanne Micheo fundaron y trabajaron en su propio negocio, el Pyrenees, continuando hasta 1972.

  • Winnemucca

El pueblo de Winnemucca fue uno de los destinos más importantes de la emigración vasca. El ferrocarril llegó en 1868 procedente de San Francisco facilitando el movimiento de personas, animales y productos. Empezando en 1873, los primeros vascos se acomodaron a la vida estadounidense, por ejemplo, José Erquiaga, Juan Aldamiz y Diego Ferrato se hicieron ciudadanos. Una vez ciudadanos podían comprar terrenos. En la época de los 80 del siglo XIX volvieron al País Vasco con Mateo Badiola y Joe Ugarriza, promoviendo Winnemucca como destino lucrativo. En las listas de pastores de los ranchos se encuentran apellidos vasco-navarros y vizcainos en su mayoría. Muchos pastores trabajaban unos años, tiempo en que ahorraban el dinero suficiente para volver a Euskal Herria. Vivían en los hoteles vascos. Aunque el Martin Hotel fue establecido sólo como hotel en 1880, con dueños franceses, Agustín y Elisa Martin, en 1914 cambió al estilo vasco como pensión, continuando así en el 2001.

El Winnemucca Hotel fue establecido en 1863 también por franceses. Los primeros dueños vascos fueron Martín Arbonies y John Esparza, en 1919. Los hermanos John, Epifano y Daniel Esparza lo gestionaron en la década de los 30. Había también frontón de pelota, muy popular y razón para organizar partidos, campeonatos y actividades en el hotel. En 1965 Miguel Olano y Claudio Yzaguirre lo gestionaron y en 1971, Olano lo compró a Yzaguirre. La familia Olano de Miguel, su esposa Margaret e hijo Mike, llevan las 36 habitaciones, el bar y el restaurante. Al suroeste de Winnemucca, en 1931, Tomás Alcorta descubrió minas que producirían mercurio. Luego, las minas de oro, plata y cobre atrajeron a nuevos emigrantes hasta la zona. Ignacio Arrascada dirigió el Busch Hotel entre 1908 y 1924, año en que se quemó en un incendio.

  • Paradise Valley y Golconda

En Paradise Valley, cerca de Winnemucca, la familia Echevarria gestionaron el Paradise Valley Hotel hasta los 1950, y en el pueblo de Golconda el hotel Arrascada, de Ignacio Arrascada y su esposa Estebana Sololuce venidos de Winnemucca y el Star Hotel con frontón se quemaron como tantos otros edificios de madera.

  • Elko

En 1868, mientras los vascos trabajaban en las minas, en los ranchos, en el desierto y en las montañas Ruby, llegaron por fin las vías del Central Pacific Railway al pueblo de Elko. Cuando bajaban al pueblo a visitar al médico, a tratar de sus negocios y cuando llegaba la época baja del negocio de ovejas, los hoteles y pensiones vascos de Elko se llenaban.

Los hoteles vascos de Elko están construidos cerca de las vías de tren y a comienzos del siglo XXI siguen como hoteles y restaurantes. El Star Hotel es el más antiguo de actividad continua, desde 1910, en el estado de Nevada. Los primeros propietarios fueron Pete y Mathilde Jauregui. Pedro Jauregui tuvo experiencia en el Hotel Telescope (Telescopio) con su socio Guy Saval desde 1908, lo que le ayudó en su éxito con el Star. Inauguraron el Star Hotel y, con la creciente clientela de pastores, doblaron el numero de habitaciones rápidamente. El Star era hogar y Mathilde la "madre", de cientos de vascos que pasaron por sus puertas. Hubo bodas, cenas, bailes, funerales, cumpleaños, etc. celebrados cada mes. Funcionó también como clínica para vascos enfermos o heridos y muchísimos niños nacieron en el Star con la ayuda de Mathilde Jauregui. Los propietarios del Star han incluido a los Jauregui, Corta, Arrascada, Garmendi, Bengoa, Ozamis, Juaristi, Esnoz, Yanci, Aldazabal, Sarasua y Miguel y Teresa Leonis con Severiano Lazcano. Como los dueños del Star eran vizcainos, los clientes lo eran también, y como el dueño del Telescopio, Martin Inda, era de Valcarlos (Navarra), los navarros se alojaban en él. La familia Samper tenía experiencia con el Hotel Amistad antes de comprar el Telescopio, en 1936 y su competencia les ha mantenido hasta comienzos del siglo XXI. El frontón cubierto fue convertido en un salón de baile en 1911 e hicieron otro frontón al aire libre.

El Overland Hotel y el frontón fueron establecidos por Domingo y Gregoria Sabala en 1908; el hotel se mantuvo hasta la década de los 1970 con otros dueños tras haberlo vendido los Sabala en 1938. Hubo campeonatos de pelota entre los de Elko y otras ciudades, incluso otros estados. Durante la época de la Ley Seca, entre 1919 y 1933, los hoteles siguieron sirviendo vino, cerveza y whiskey, pero ocultamente. Las mujeres se reunían en el salón para tomar refrescos y en general los hombres en un callejón para tomar unos tragos de whiskey. Todos los hoteleros sabían que sus clientes esperaban un vaso de vino con la comida y la cena, pero, aunque iba contra la ley, hicieron lo posible para aplacar a sus clientes y amigos sin ser investigados por la policía. Otros hoteles vascos también surgieron. En 1927 Anastacio y Jeanne Viscarret construyeron el Nevada Hotel y bar. En 1949 el propietario Aguirre trasladó el negocio a otro edificio y siguió otros 40 años como pensión vasca. A comienzos del siglo XXI es el Nevada Dinner House y solo funciona como restaurante. José Marisquirena era propietario del Hotel Amistad antes de 1920 y la familia Arrascada fue dueña del Elk Hotel en la misma época. Jack Errecart lo fue del Clifton Club y Hotel con 9 habitaciones, durante casi 40 años, hasta 1997 en que falleció. Fue pensión de vascos y sigue siendo el lugar donde los vascos de edad se juntan para jugar a la briska o al mus por las tardes. Establecido en 1888 la familia Plaza lo dirigió durante los años 1930 y 1940 cuando se encontraba lleno de pastores. Jack Errecart compró el Hotel Clifton en 1960.

  • Ely

Gregoria Mariluch Cordana fue hotelera de primera clase en Ely (Nevada) durante décadas. Con su marido Pete Mariluch estableció el Currie Ranch y el Currie Hotel, cuyos clientes eran trabajadores de los ferrocarriles. Para poder atender la escuela, los miembros de la familia, se trasladaron al pueblo de Ely y compraron el Plaza Hotel y el Spokane Hotel. Gregoria Mariluch dirigió el Spokane Hotel, convirtiéndolo en una pensión vasca. El Spokane Hotel se quemó en un incendio. Cuando Pete Mariluch falleció, Gregoria casó con Charlie Cordana y en la década de los años 1920-1930 dirigió el Ely Hotel y el Plaza Hotel. La hija de Gregoria, Marianna Goyhenetche siguió en el Plaza y el Ely hasta 1991 en que los vendió a un no-vasco. La familia Paris compró el Scott Rooms y Beltran y su esposa Marie fueron sus dueños hasta que lo vendieron a Joe Gamboa. El Commercial Hotel fue dirigido hasta 1952 por Jean y Eva Orrueta. El Commercial ardió en 1952, muriendo dos personas. Eusebio "Jimmy" Zubizarreta compró el terreno y en 1954 construyó el hotel y bar Club Rio.

  • Eureka

A los finales del siglo XIX, el pueblo de Eureka era una ciudad creciente y llena de trabajadores, mineros, pastores, vaqueros y negociantes. Cuando en Eureka se descubrió plata en 1864, presumieron de contar con 10.000 habitantes, pero en el año 2000 hay aproximadamente mil personas. El Colonnade Hotel, construido por la Sociedad Italiana de Beneficencia en 1880, sigue funcionando en 2001 bajo la dirección de Mary Jean Sallaberry Labarry. Los padres de Mary Jean, Gracieuse y Jean Sallaberry, compraron el hotel en 1947. En 1973, Mary Jean y su esposo Raymond Labarry vinieron a ayudar a los padres con el negocio. Jean Sallaberry falleció en 1973 y Raymond Labarry en 1977. Mary Jean y la madre "Grace" continúan su trabajo como hoteleras en los inicios del siglo XXI. Aunque entre los años 1947-1970 la mayoría de los clientes eran pastores vascos u otros vascos de viaje, actuálmente son turistas de todas las partes del mundo. Otra institución vasca es el Eureka Hotel y Café que fue construido por Ed Herrera y más tarde comprado por Pete y Mary Laborde, en los años 30 que se mantiene en Eureka. Martin Inda dirigió el Spanish Hotel y John Landa el Rooming House en la primera mitad del siglo XX.

  • Austin

En el pueblo cercano a Eureka, Austin, hubo una pequeña comunidad de vascos y allí Frank Aldape dirigió el Silver State Bar y Hotel desde 1937 hasta 1968, en que un incendio lo destruyó. Al igual que los demás hoteles y pensiones vascos de la época, el Silver State contaba con clientes de todo tipo y de gente variada.

  • Jordan Valley

Entre Winnemucca (Nevada) y Boise (Idaho) está ubicado el pueblo de Jordan Valley (Oregón), famoso por los numerosos vascos que trabajaron en la ganadería lanar. Su posición de parada en los itinerarios de carruaje, de transporte caballar, y el descubrimiento de oro en la Caleta Jordan en la década de los 1860, atrajeron a nuevos pioneros. En 1889, José Navarro y Antonio Azcuenaga dejaron su pueblo de McDermitt (Nevada), con un caballo cargado y caminaron a pie al través del desierto hacia el norte, durante una semana, antes de llegar a Jordan Valley. En esta época no habían llegado otros vascos a la zona, pero enseguida lo hicieron, primero vascos de Nevada y de California, y después directamente desde Euskal Herria. En 1915, Ambrosio Elorriaga, Domingo Yturri y otros vascos albañiles construyeron el frontón de Jordan Valley, el cual fue arreglado y reinaugurado en 1997.

En las primeras décadas del nuevo siglo XX bastantes vascos se trasladaron hacia el norte de Nevada y sur de Oregón y de Idaho. Las tierras públicas facilitaron el negocio trashumante e itinerante de la ganadería. Los vascos trabajaban como pastores y poco a poco compraban sus rebaños de ovejas hasta hacerse con su propio negocio. Necesitaban los terrenos para pastorear los animales y cuando los terrenos de Nevada se llenaron, se movieron más al norte. El apogeo de la emigración vasca a Jordan Valley se alcanzó en la década de los 1930 cuando, de las seiscientas familias, aproximadamente 2/3 eran vascas y el 90% de los negocios ovejeros eran de vascos. En 1880, Agustín Azcuenaga construyó el Jordan Valley Hotel y lo renovó en 1912. José Navarro estableció el Monopole Hotel, Otras pensiones de familia incluyeron la de Domingo Yturri conocido como el Yellow House, Casa Amarilla, después de llegar en 1908. Lo vendió a su hermana Eustaquia Marquina quien dirigió la pensión durante años.

Ambrosio Elorriaga, cuñado de Domingo Yturri, llegó al oeste americano desde Euskal Herria en 1911. Trabajó de minero en DeLamar y, habiendo ahorrado dinero suficiente, construyó una replica de la casa familiar de su esposa a fin de convencerla para que viniera de Sondika (Bizkaia) y trajera la familia a Jordan Valley. Cuando el marido falleció joven, la mujer crió a sus cuatro hijos en esta casa y la mantuvo como pensión Elorriaga, Eulogio y Trinidad Madariaga se casaron en Boise (Idaho) y trabajaron en el Overland Hotel antes de cambiar de residencia a Jordan Valley. Compraron una casa y la mantuvieron como pensión vasca durante décadas. Además de sus once hijos, cuidaron de muchísimos vascos recién llegados de Bizkaia. Trinidad sirvió de comadrona, cocinera y consejera. En la pensión tuvieron un piano automático y con los acordeones había siempre música vasca para cantar y bailar.

El frontón se hallaba entre el Yellow House de Domingo Yturri y el Jordan Valley Hotel de Agustín Azcuenaga.

Las nuevas cuotas de inmigrantes establecidas por el Congreso nacional estadounidense en 1924, y la crisis económica de 1929 fueron suficientes para destruir la comunidad vasca de Jordan Valley, pero el Taylor Grazing Act, de 1934, dio el golpe final al negocio de ovejas. En 1934 el Senador Edward Taylor, de Colorado, consiguió hacer aprobar en el Congreso nacional la ley que terminó con las oportunidades de pastorear animales gratis en tierras públicas. Los pastores vascos eran itinerantes y se movían con los animales en busca de pastos. No compraban terrenos por ser requisito indispensable la obtención de la ciudadanía estadounidense. La mayoría pensaba en trabajar unos años, ahorrar todo y volver a Euskal Herria con sus fortunas. No tenían intención de quedarse. En esta década de graves problemas económicos, los vascos salieron hacia otros lugares en busca de trabajo, muchos a Ontario, Oregón y Boise (Idaho). En 1972 la población no llegaba a 200 habitantes y en el inicio del siglo XXI había unos 400 habitantes.

  • Ontario

En Ontario, los primeros vascos en emigrar fueron pastores y luego granjeros agrícolas. Tras la década de los 70 del siglo XX, otros entraron en el negocio de las lecherías. En 1922 Jack y María Echanis salieron de Burns (Oregón) y se trasladaron a Ontario estableciendo su Echanis's Boarding House. Cuando se quemó en 1930, tuvieron que empezar de nuevo y construyeron otro en el mismo lugar. Cuando María falleció en 1990, la hija Josephine Echanis Keim tomó posesión de la casa donde vive actualmente con su familia. La familia Mingo que dirigía una pensión en el pueblo minero de Mullan (Idaho), también inició una pensión vasca en Ontario pero no duró mucho tiempo. La casa de Echanis era el lugar donde poder encontrarse con otros vascos, donde comer comida vasca y donde poder comunicarse y cantar en euskara.

  • Vale

En Vale, donde llegaban las vías del tren, Francisco y Angela Unamuno edificaron el Spanish Rooming House en 1912.

  • Burns

En Burns (Oregón) hubo vascos en el negocio de ovejas y también trabajadores en las serrerías de madera en la compañía Hines, El Star Hotel fue edificado en 1911 pero el primer negocio de pensión vasca fue el de Felix y Cecilia Urizar en 1926. En 1946 lo vendieron a Tomas Zabala y éste a su hermano Pedro y esposa Elvira Zabala, que lo mantuvieron como pensión hasta los años 70. Pedro Zabala falleció en 1992 y Elvira se quedó en la casa, sin haber cambiado ni actualizado las comodidades, casi igual que cuando la fundaron. El Plaza Hotel era conocido como el hotel de Marcelino y Margarita Osa y más tarde el de Lucy Garatea. Los Osa lo gestionaron entre 1929 y 1945 y lo vendieron a Joe y Paulina Lizundia, quienes vendieron a Lucy Garatea en 1949. Lucy había trabajado en Boise en el Star Rooming House de su tía, Gabina Aguirre. En 1948 se trasladó como viuda y con hijos a Burns (Oregón) a gestionar y luego comprar el Plaza Hotel, Mantuvo el Plaza hasta 1965, luego lo hicieron Bernardo y Maite Andueza y después Domingo y María Lete hasta 1981. Se quemó en un incendio en 1991. Al igual que en otros lugares, los hotel vascos de Burns eran lugares donde celebrar fiestas vascas, bailar y cantar canciones conocidas en euskara y, en general, relacionarse con otros vascos.

Aunque en la década de los 90 del siglo XX los vascos de Seattle (estado de Washington) se organizaron para iniciar una asociación vasca en este estado del extremo noroeste de los Estados Unidos, no había las oportunidades de contar con tierras públicas para apacentar la ganadería.

José y Expectación Elizalde dejaron su negocio anterior, el hotel La Cancha en San Francisco, e iniciaron El Hotel Bascongado en 1912, en Yakima. Expectación lo gestionó y al cabo de unos años lo renovó y añadió habitaciones hasta obtener una estructura de dos pisos con 25 habitaciones. En los años 1920-40 El Hotel Bascongado tuvo un éxito tremendo y los vascos que llegaban a Yakima no quisieron alojarse en otro hotel; no importaba que el Bascongado estuviera atiborrado de clientes. Se acomodaban de cualquier manera a fin de estar con otros vascos y disfrutar de la comida vasca. Fue uno de los pocos hoteles vascos que no sirvió alcohol durante los años de prohibición del alcohol, 1919-1933. Los que quisieran cualquier tipo de bebida alcohólica debían de ir a otro negocio. Expectación falleció en 1937 y la hija, Elena Elizalde Arralde, continuó con su trabajo hasta 1993. El ayuntamiento de Yakima se hizo con el terreno y derribó éste y otros edificios para construir una estación de autobuses. El Hotel Bascongado y sus recuerdos desaparecieron de la historia.

Los emigrantes vascos que eligieron como destino el estado de Utah, en general habían viajado primero por otros estados, llegando a Utah como segunda o tercera opción. La iglesia de los Mormones había desarrollado la economía, la agricultura y la ganadería y en general la mayoría de la población de Utah era mormona. Fue difícil entrar en el mundo de los negocios de ganadería lanar pues los mormones no facilitaban a los que no lo eran el hacerse con sus propios rebaños. Los que llegaron a trabajar a Utah lo hicieron como mineros, en las minas cerca de Salt Lake City de Kennecott Corporación de Cobre y el Silver King. El trabajo de minero era peligroso y otra gente no quiso arriesgarse. Pero para el emigrante que no hablaba inglés y buscaba empleo era una opción y para algunos, la única.

  • Highland Boy

En el pueblo minero de Highland Boy tuvo una pensión Matilde Zabala desde 1920 hasta los 1950. La pensión era famosa entre los vascos y la cocina y el restaurante en todo el pueblo. Los mineros vascos trabajaron hasta ahorrar lo suficiente para salir de las minas y montar sus propios negocios en Salt Lake City u otros lugares, otros volvieron a Euskal Herria.

  • Salt Lake City

En Salt Lake City, el Hogar Hotel de John y Claudia Landa, como otras pensiones vascas, era exclusivo para los vascos -no se podía entrar sin ser serlo-. Después de ser hoteleros en Pocatello (Idaho), los Landa se trasladaron a Salt Lake City y, en una casa construida en 1877, establecieron el Hogar Hotel en 1927. Muchos vascos vivieron en el Hogar Hotel durante años, otros permanecían unos meses o semanas y dejaban allí sus efectos mientras buscaban empleo o cuando volvían a Euskal Herria. En bastantes hoteles y pensiones vascos por el oeste hay historia de trajes, cartas, papeles oficiales, joyería y sacos de dormir abandonados. El Hogar Hotel estaba situado en el centro de la ciudad, cerca de la estación del tren, en las líneas que llegaban de Boise y Los Angeles, los cuales fueron muy importantes en la historia del movimiento vasco. Sirvió como el centro de la comunidad vasca durante 50 años. Se celebraban en el hotel las bodas, la Navidad y el Año Nuevo. Las comidas de funerales de vascos se organizaban en el Hogar Hotel. En los 60 y 70 del siglo XX lo gestionaron Milagros y Gracian Etchepar y después Pete y Kathy Urquidi. Con la muerte de John Landa, en 1977, se vendió el edificio y en el inicio del siglo XXI constituye un negocio de antigüedades.

La Otasue Fonda Español, a dos manzanas del Hogar Hotel, también tuvo éxito como hotel vasco pero lo derribaron en la década de los 70 del siglo XX. En los 40 hubo por lo menos otros dos hoteles en la misma zona del Hogar. Pascual y María Barrutia salieron de Bingham (Utah) y compraron el Realty Hotel en el centro de Salt Lake y la planta baja era bar, el Downtowner Lounge. Como las leyes del estado de Utah tenían y siguen teniendo gran influencia de la religión Mormón, no se podía servir alcohol, excepto cerveza. Entonces los vascos del Hogar y de la Fonda Español y del Realty bajaban al Downtowner Lounge a fin de disfrutar por lo menos de varias cervezas. Últimamente, en los 90, el nuevo dueño renovó el edificio del antiguo Hogar Hotel y al derribar unas paredes aparecieron varias botellas de whiskey de 1924 escondidas dentro de las mismas.

  • Park City

Park City (Utah) que luego servirá de sede de la Olimpiada del 2002, históricamente fue un campamento de mineros de la plata desde 1860. Tres pensiones vascas recibían exclusivamente a clientes vascos. El Imperial fue construido en 1904 por el dueño de las minas de Silver King. Justo Unamuno lo adquirió a finales de la década de 1950 y lo vendió en los 60. Frank y Teodora Allende dirigieron el Star durante unos 50 años desde el inicio en 1910. En la década de los 30 tuvieron suficiente éxito para poder extender el negocio y añadir habitaciones, pero, cuando se agotó la plata de la mina, la población de repente disminuyó y, en 1960, los Allende vendieron su hotel. Otras familias vascas alquilaban habitaciones en sus casas privadas, como la de Arsenio Treviño en 1924, que recibió a mineros durante años.

  • Ogden

Ogden (Utah) fue una ciudad importante en las vías transcontinentales del ferrocarril y los hoteles vascos sirvieron a clientes de distintas clases. Desde Ogden se transbordaba al norte, a Idaho, o se continuaba al oeste, a Nevada y California, y después del cansancio que suponía un viaje tan largo, tras cruzar el océano Atlántico y también las tierras de los Estados Unidos, mucha gente se quedaba unos días en Ogden para recuperarse. Varios vascos se casaron e hicieron su viaje de novios por Ogden. Además de los recién llegados, hubo otros vascos trasladándose a otros estados, o volviendo a Euskal Herria sobre sus primeros pasos por Ogden hacía Nueva York. Como la Casa Vizcaina de Nueva York, los hoteles de Ogden tuvieron bastantes clientes que solo se quedaban unos días, continuando luego su viaje al destino final. En 1910 se edificaron el Pyrenees French Basque hotel, y también el Vizcaino. Los vascos de Ogden, entre los cuales Aniceto Varelo, Santiago Sapelana, Ignacio Botino, José Erquiaga y José Laucirica dueño de uno de los hoteles vascos, se unieron en 1914 como asociación vasca, pero no hay otra información de este grupo.

  • Price

El pueblo de Price (Utah) tuvo dos pensiones, el French, y el Allies y también un frontón anterior a la caída económica de 1929. Las pensiones de Ogden sirvieron para intercambiar información entre los vascos que iban y venían por el continente. Los de California cambiándose de residencia a Montana daban información sobre la situación del empleo allí. Los de Idaho pasando hacia Nevada hacían lo propio. Estos retazos de información ayudaban a los recién llegados y a los trabajadores en busca de cambios de empleo.

Al oeste de las Montañas Rocosas se encuentra la población vasca de Colorado. Durante el invierno se pastoreaban las ovejas en los desiertos de Utah o Nevada y en invierno las trasladaban a las montañas de Colorado. Los vascos con ranchos o con granjas estaban dispersos y no hubo comunidades vascas como en Boise, San Francisco o Elko. Como los pastores pasaban por el pueblo cuando cambiaban de lugar con las estaciones, en Grand Junction hubo dos hoteles vascos. Los problemas entre los vaqueros y los pastores eran habituales en Colorado así como en otros estados y Grand Junction era territorio de vaqueros. En su libro, Nancy Zubiri cuenta una anécdota de Jean y Benny Urruty: después del fallecimiento de un hombre vasco, Jean tuvo que enterrarlo él mismo porque la funeraria no lo aceptaba por ser vasco (Zubiri, 1998:478). En 1919 Tony Coscorrozza estableció la pensión Cantabarria y el año siguiente, su sobrino y esposa, Tony y Margarita Retolaza, asumieron su administración en el centro del pueblo. Tuvieron una tienda, un salón de billar y la pensión todos juntos. Jean y Benny Urruty compraron un motel, La Salle, donde sus clientes dormían, pero comían en el comedor de los Retolaza. Isador y Louie Eisaguirre dirigieron su pensión entre 1936 y 1946, después de trasladarse de Salt Lake City a Grand Junction. Con la bajada de los precios de la lana y de los productos de oveja, la población vasca desapareció de Grand Junction y con la muerte de Jean Urruty, los ímpetus organizativos de los que quedaban también se disiparon. El frontón de los Urruty lo donaron al ayuntamiento de la ciudad donde hicieron un parque y la Plaza Urruty.

En el pueblo de Montrose (Colorado), el Mesa Hotel de la familia Arruabarrena era popular entre los pastores y vaqueros vascos en tránsito hacia otros pueblos.

La pensión Jesús, en Flagstaff (Arizona) existía desde la primera década del siglo XX y en Winslow, la pensión de Carmen Serrabia Chacon también era de la misma época. No hay mucha información sobre los hoteles vascos, excepto en el periódico "California'ko Eskual Herria" donde se constata que en 1894 hay una pequeña colonia de vascos en Tuscon.

Como en otros estados los vascos de Wyoming se dedicaron al negocio del ganado lanar y no tanto al del vacuno. En la área de Rock Springs y Green River, Aniseta y Casimiro Larrabaster establecieron la primera pensión vasca en 1909. Cecilia Tayo fundó su propio negocio unos años después y en 1921 Mary Loisate estableció su pensión en el mismo pueblo, en su propia casa. En la ciudad de Buffalo los primeros vascos en llegar procedían de la zona de Saint-Étienne-de-Baïgorri y Arnéguy, en Baja Navarra, y en general tuvieron alguna conexión con los hermanos Jean y John Esponda de Baïgorri. En 1910, unos años después de haber comprado su rancho los Esponda, sólo en esta comarca había unos 43 vascos y 126 en todo el estado.

Tras la Segunda Guerra Mundial los pastores que llegaron a la zona de Buffalo, en general, eran de Bizkaia. Cuando en los 1950-1960 los rancheros vascos empezaron a comprar y cercar tierras, no había falta de pastores para el cuidado de las ovejas. El hecho de comprar tierras era un compromiso con el país de adopción y con un futuro en los Estados Unidos en contraposición a trabajar para ahorrar todo posible y volver a Euskal Herria, como hicieron muchos pastores. En la década de los 40, Joseph Roy Castelli investigó, cómo fueron vascos los que compraron casi 40.500 hectáreas (100,000 acres) de terrenos y que en total eran propietarios de 101.250 hectáreas (250.000 acres) en la comarca de Johnson County donde se encuentra Buffalo. Siguen siendo los propietarios más importantes de la región. En los 1930 y 1940, John y María Bilbao dirigieron una pensión en su propia casa. Era muy popular por el piano mecánico con que contaban y la música que podían disfrutar. Madeline Iberlin Harriet y su esposo Simon U. Harriet establecieron el Idelwild Hotel con habitaciones pero, como no daban comidas, los pastores tuvieron que acudir a otros lugares para este menester. Lo cerraron en 1985. Madeline Ardans también alojaba a pastores en su casa. Algunos pastores que pasaban por el pueblo se alojaban en el Occidental Hotel, desde 1917, pero la mayoría de ellos se quedaban en casa de la familia de sus ranchos.

Para los años 1890 los negocios de ovejas y el pastoreo itinerante habían llegado al estado norteño de Montana. En Miles City hay datos de una pensión vasca en los años 90 del siglo XIX.

En la mayor parte de las experiencias de los pioneros vascos en el oeste americano, el pasajero fue recibido en la estación del tren por otros vascos y de no ser así, desde la plataforma de la estación podía verse por lo menos un hotel o pensión con apellido vasco en su letrero. Después de viajar tantos días seguidos y no conocer el ambiente, el idioma, la comida, las costumbres etc. encontrarse con otros vascos en un hotel vasco y poder conseguir información de empleo, alojamiento y comida vasca era la salvación. La transición de la cultura de Euskal Herria, casi siempre del caserío o de pueblos muy pequeños, al país estadounidense era un choque y susto impresionantes. Las entrevistas, cartas y diarios escritos por los inmigrantes describían su soledad y de qué manera echaban de menos su ambiente. El traslado desde los montes y costas verdes, al desierto, con miles y miles de hectáreas deshabitadas y las diferencias de ambiente físico pesaban mucho. Las instituciones de hoteles y pensiones vascas aliviaban por lo menos, lo emocional, lo espiritual y lo cotidiano del ser vasco. Sirvieron como direcciones fijas donde recibir cartas y depósito de trajes y lo innecesario del rancho. Eran lugares donde encontrarse con los amigos, hablar y cantar en euskara y bailar con las canciones conocidas. Funcionaban como lugares para hacer negocios y efectuar la selección de empleados. Los bailes, partidos de pelota y actividades resultaron con frecuencia lugar de encuentro de chicas vascas con varones solteros y muchísimos matrimonios se conocieron en una pensión vasca. Las embarazadas parieron con la ayuda de la hotelera y las nuevas madres fueron cuidadas en estos hoteles. Luego esos hijos, cuando tenían edad de asistir la escuela, vivían en las pensiones, cuidados, otra vez, por los dueños mientras los padres trabajaban en los ranchos. Una visita al médico, al dentista, al banco, al abogado, al comercio podía terminar pasando la noche o fin de semana en uno de estos hoteles. Sirvieron como los oasis del desierto, como gestores, como los padres, como los buenos amigos de la cuadrilla.

  • Arizona

En la ciudad de Flagstaff: El Jesús en 1910.

En Winslow: El Chachon en los años 1920.

  • California

En la ciudad de Alturas: El Pedroarena o conocido también como Arena, en 1923; El Pyrenees Hotel en los años 1920.

En Bakersfield: El Amestoy Hotel en 1931; El Hotel d'Europe en 1906; El Iberia Hotel o también nombrado el Noriega en 1893; El Metropole Hotel en los 1920; El Pyrenees Hotel en 1921.

En la ciudad de Bishop: El Ostatua Frantsesa en 1893.

En Cedarville: El Juarena en 1910.

En Chester: El Iribarne's Chester Hotel en 1884.

En Chino: El Centro Vasco en 1940.

En Firebaugh: El Iriart Hotel en los años 1890.

En Fresno: El Bascongado Hotel en 1897; El Basque Hotel en 1929; La Casa Frechou o Frechou House en 1910; El Fresno "Sheepcamp" Hotel en 1900; El Hotel des Pyrenees en 1901; El Hotel de Spanio en 1907; El Laxague Hotel en 1924; El Santa Fe Hotel en 1926; El Victoria Hotel en 1929; El Villanueva's Boarding House en 1929; El Yturri Hotel en 1940.

En el pueblo de Guadalupe: El Basque House en 1920.

En el pueblo de Huron: El Mouren's Central Hotel en 1890.

En la ciudad de La Puente: El Puente Hotel en las 1930; El Valley Hotel en 1930.

En la ciudad de Los Angeles: El Ballade o Pyrenees en 1881; La Bengochea Boarding House en 1920; La Buena Vista House en 1893; El Euskaldun Ostatua o Pensión Francaise en 1893; La European House en 1896; La Harotcavena's Boarding House en 1881; La Hiriart House en 1881; La Hirigoyen's Boarding House en 1881; El Hotel des Basse Pyrenees en 1888; El Hotel de Bayonne en 1893; El Hotel Español en 1904; El Hotel de Europe en 1891; El Hotel de France en 1881; El Hotel Maritonia en 1893; La Levque's Boarding House en 1878; La Mayo's Boarding House en 1909; La Olasso's Boarding House en 1912; El Oyamburu en 1912; La Pensión Francaise en 1896; El Pyrenees Hotel en 1900; La Sartiart's Boarding House en 1886; La Sempere's Boarding House; La Urruty's Boarding House en 1912; El Victoria Hotel en 1912.

En la ciudad de Los Baños: El Lassart Hotel en 1914; El Woolgrowers Hotel en 1925.

En McKittrick: El Iribarne's Boarding House en 1924.

En Marysville: Varios establecimientos en la década de los 1910 inclusive el Aguila en los 1910; El Belza en los 1910; El Estrella en los 1920; El Mendiola en los 1910; El Tehesta en los 1910; El Ugarte's Bark Hotel en los 1910; El Uriz en los 1910.

En el pueblo de Mendota: El Arnaudon Hotel en 1893.

En Merced: El Hotel des Pyrenees en 1939.

En Oroville: El Estea en la década de los 1920.

En Sacramento: El Hotel España en los 1920; El Hotel Español en 1923.

En San Diego: El Hotel d'Europe en 1893.

En San Francisco: se edificaron unos 22 hoteles o pensiones vascos; El Abaurrea's Hotel Español en los años 1920; El Aguirre Hotel en 1866; El Basabe's Hotel Iriarte en la 1920; El Basque Hotel en 1960; El Europa Hotel en 1899; El Hotel des Alpes en 1904 en la calle Pacific; Otro Hotel des Pales en la calle Broadway en 1916; El Hotel Des Basses-Pyrenees en 1890; El Hotel España en 1908, tuvieron cuatro distintos Hotel de France establecidos en 1890, 1912, 1916 y 1960; El Hotel du Midi en los años 1920; El Hotel Yberico en 1908; El Obrero Hotel en 1943; La Savart's Boarding House en 1896; El Sorhondo's Pyrenees en los 1940; El Yparraguirre's Hotel Vasco en 1888; La Yriberri's Boarding House en 1910; La Yrionda's Boarding House en 1907.

En San José: El New Lake House en 1893.

En San Juan Bautista: El Plaza Hotel en 1856.

En San Juan Capistrano: El Oyharzabal's French Hotel en 1878.

San Pedro: El Uruburu en los 1920.

En la ciudad de Santa Bárbara: La Anchordoquy's Boarding House en los 1920; El Borderre's French Hotel en 1899; La Campos's Boarding House en 1933; La Egu's Boarding House en 1917; El Hotel España en los 1920.

En Sentinella Ranch: Una pensión vasca, la Indart Adobe .

En Stockton: Varios como el Basconia Hotel en 1949; El Basque Hotel de Hazelton en 1907; El Basque Hotel Hunter en 1912; El California Hotel en 1924; El Estrella Hotel en 1921; El French Hotel en 1935; El Hotel Basco en 1912; El Hotel Basque en 1935; El Hotel la Bilbaina en 1909; El Hotel Central en 1916; El Hotel España en 1917; El Hotel Español en 1916; El Hotel de France en 1907; El Hotel Royal en 1908; El La Coste en 1936; El Pyrenees Hotel en 1935; El Royal Hotel en 1924; El Woolgrowers Hotel en 1949.

En Susanville: La Beterbide's Boarding House en 1930; El St. Francis Hotel en 1947.

En Tehachapi: El Basko Hotel en 1896; El Basses-Pyrenees Hotel en 1895; El Franco-American Hotel en 1895; El Hotel Cesmat en 1900; El Juanita Hotel en 1922; El Piute Hotel en 1895; El Tehachapi Hotel en 1931.

En Tres Pinos: El Tres Pinos Hotel en 1874.

En White's Bridge: El White's Bridge Hotel en 1886.

  • Colorado

En la ciudad de Grand Junction: El Eisaguirre en 1936; El Retolaza's Cantabarria en 1919; El Star Hotel en los 1910.

En la ciudad de Montrose: El Anza en 1940; El Arruabarrena's Mesa Hotel en 1952.

  • Idaho

En la capital, Boise: El Anduiza en 1914; El Arrego en1914; El Arrego/Arguinchona en 1918; El Arregui en 1921; El Arriola en 1918; El Azcuenaga's Oregón Hotel.; La Bicandi's Boarding House en 1910; El Bilaustegui en 1918; El Bilbao en 1939; El Capitol Rooming House en 1912; El DeLamar Rooming House en 1912; El Echevarria's Blue Bird en 1936; El Gabica's Metropole en 1925; El Jayo en 1923; El Letemendi en 1921; El Madarieta en los 1910; El Martin's Rooming House en 1914; El Murelaga's Economy Hotel en1936; El Ormachea/Barbero en 1915; El Sabala en 1950; El Sabala's Del Rio en 1950; El Saracondi en 1911; El Spanish Hotel y Restaurante en 1900; El Star Rooming House en 1903; El Uberuaga en 1918; El Arestil's Eagle en 1936; El Uscola's Nuevo Vizcaya en los 1970; El Yribar en 1918; El Ysursa's Modern Hotel en 1921; El Ysursa's Valencia Hotel en 1941.

En el pueblo de Caldwell: El Caldwell Hotel pero no se conoce la década en la cual se estableció.

En Cascade: El Bilbao's Valley Club y Emery Hotel en 1945; El Echeverria en los 1940; El Onaindia en los 1940.

En Emmett: La Bicandi's Boarding House en 1925; El Charcha en 1917.

En Gooding: La Ascuena's Casa Española en 1907; El Gamboa en los 1940; El Goicoechea en los 1920; El Uriaguereca en 1922.

En Hailey: El Arriaga-Unamuno en 1911; El Astorquia's Rialto Hotel en 1934; El Inchausti en 1936; El Menchaca en 1920; El Mendiola en los 1910.

En Jerome: El Bilbao-Bengoechea en los 1930; El Gogenola en 1939.

En MacKay: El Urresti en los 1930.

En Mountain Home: El Anchustegui's Basque Hotel en 1907; El Carmen Urruti en 1957; El Bengoechea's Mountain Home Hotel en 1910; El Royal Hotel en 1945.

En Mullan: El Mingo-Soloaga en 1925.

En Nampa: El Bermensolo en 1910; El Jausoro's Spanish Hotel en 1920; El Modern Hotel en 1936.

En Parma: El Parma Hotel en los 1920.

En Pocatello: El Etcheverry en los 1930; El Pocatello Hotel en 1910.

En Rupert: La pensión La Chata en los 1930.

En Shoshone: Varios inclusive el Ansola en los 1930; El Atiyeh en 1923; El Beitia en 1910; El Berriochoa en 1929; El Mendiola en 1917; El Oneida en 1918; El Pagoaga en los 1920; El Soloaga's Basque Hotel en 1909; El Urrutia en 1925.

En Twin Falls: El Bengoechea en 1950.

El Bilbao en los 1930; El Olaverria en los 1940; El Sabala en 1920; El Selaya en 1925.

  • Montana

En el estado de Montana hay noticia de un hotel vasco en Miles City, el Miles City Hotel que se estableció en la década de los 1910.

  • Nevada

En la ciudad de Austin: El Aldape's Silver State Bar y Hotel edificado en 1936.

En Battle Mountain: El Arrieta en los 1910; El Commercial en los 1910; El Mendive en los 1910; El Silver State Hotel en 1919.

En Carson City: El French Hotel en los 1910.

En Currie Ranch: El Mariluch's Currie Ranch Hotel (cerca de Ely, Nevada) en los 1920.

En Elko: El Amistad en los 1920.

El Arrascada en los 1920; El Errecart's Clifton Hotel en los 1960; El Garretch's Railroad Depot Hotel en los 1920; El Nevada Hotel en 1927; El Sabala's Overland Hotel en 1908; El Star Hotel en 1910; El Telescope Hotel en 1907; La Uriarte's Elko Boarding House en los 1920; El West Hotel en 1929.

En Ely: El Beltran Paris's Scott Rooms en los 1930.

El Cordana's Ely y Plaza Hoteles en los 1920; El Irigaray Ely Hotel en los 1920; El Mariluch/Cordana Spokane Hotel en los 1920; El Orueta Commercial Hotel en los 1930.

En Eureka: El Inda's Spanish Hotel en 1924.

El Laborde's Eureka Hotel en los 1930; El Landa en los 1930; El Sallaberry-Labarry's Colonnade en 1947.

En Fallon: El Grand Hotel en los 1930; El Morning Star Hotel en 1924.

En el área de Gardnerville-Minden: El East Fork Hotel en los 1930.

El French Hotel en los 1930; El J&T Hotel en 1960; El Overland Hotel en 1921; El Pyrenees Hotel en 1947.

En Golconda: El Arrascada en los 1930; El Star Hotel en los 1930.

En Gold Creek: El Arrascada en los 1930.

En Jack Creek: El Jack Creek Hotel en 1900.

En Lovelock: El Lovelock Hotel en los 1930.

En McDermitt: El Alcorta's McDermitt Hotel en los 1930.

En Paradise Valley: El Bridge Street Hotel en los 1910; El Gastenaga en 1910; El Paradise Valley Hotel a principios del siglo XX.

Reno tuvo varias pensiones y hoteles vascos: El Altona Hotel en 1932; El Alturas Hotel en 1927; El Butcher House en 1912; El Colonial Hotel Español en 1911; El Commercial Hotel en 1904; El Español Hotel en 1906; El French Hotel en 1900; El Hotel Indart en 1906; El Louis' Basque Corner en los 1960; El Marin Hotel en 1941; El Old Toscano Hotel en 1927; El Santa Fe Hotel en 1929; El Yriberri en 1914.

En Unionville: El Unionville o Evans Exchange Hotel en los 1910.

En Wellington: El Goñi Hotel en los 1940.

En Winnemucca: El Busch Hotel en los 1920; La Larre's Boarding House en los 1910; El Martin Hotel en los 1920; El Winnemucca Hotel en 1919.

  • Nuevo México

En el estado de Nuevo México hubo un hotel vasco en la ciudad de Grants, el Grants Hotel que se estableció en la década de los 1930.

  • Nueva York

En Nueva York el hotel y pensión Casa Vizcaina, de Valentín y Benita Orbe Aguirre, fue fundada en la primera década del siglo XX. En 1917 se trasladaron y separaron los negocios al Santa Lucia Hotel y Jai Alai Restaurante. Era famoso por la cantidad de vascos que pasaron por sus puertas una vez llegados a los Estados Unidos.

  • Oregón

En el pueblo de Andrews: El Urizar en los 1920.

En Burns: El Ebar's Rooming House en los 1930; El Larraneta en los 1930; El Plaza Hotel en 1929; El Star Hotel en 1926.

En Crane: El Urquidi en los 1910.

En Jordan Valley: El Azcuenaga's Jordan Valley Hotel en 1922; El Elorriaga en los 1910; El Madariaga en 1914; El Yturri-Marquina's "Yellow House" en 1908.

En Ontario: El Echanis en 1922.

En Vale: El Unamuno's Spanish en 1912.

  • Utah

En el pueblo de Highland Boy: El Zabala en los 1920.

En Ogden: El Pyrenees French Basque en los 1910; El Viscaino en los 1910.

En Park City: El Allende's Star Hotel en los 1910; El Imperial Hotel de los 1950; El Trevino en 1924.

En Price: El Allies Hotel en los 1920; El French Hotel en los 1920.

En Salt Lake City: El Landa's Hogar Hotel en 1927; El Otasue's Fonda Español en los 1930.

  • Washington

En la ciudad de Yakima: El Alvarez en los 1920; El Elizalde-Arralde en 1912; El Esain en los 1920; El Garay en los 1930; El Itçaina en los 1930.

  • Wyoming

En la ciudad de Buffalo: El M. Ardan en los 1930; El Dominica Bejino en los 1930; El Bilbao Place en los 1930; El Idlewild Hotel en los 1910; El Mrs. Irigaray en los 1930; El Occidental Hotel en 1917.

En Rock Springs: El Larrabaster en 1909; El Loisate en 1921; El Tayo en la década de los 1910.

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